A ocho meses de la primaria obligatoria, que será la antesala de la elección presidencial de octubre, el oficialismo ya discute fuertemente las distintas estrategias para alcanzar la reelección. Hasta hace un año no había mucho que debatir: Macri elegiría una compañera de fórmula y comenzaría sin sobresaltos el período 2019-2023 ante un peronismo atomizado y un kirchnerismo molesto, pero testimonial. Sin embargo el endeble programa económico gradualista voló por los aires y ahora todo es más incierto. Si bien Macri continúa con posibilidades, sobre todo por la vigencia de Cristina Kirchner, Cambiemos sabe que no se puede confiar. Hasta no hace mucho, los más optimistas del Gobierno pensaban en un ciclo de 16 años: dos mandatos seguidos de Macri y luego dos de María Eugenia Vidal. Pero la economía tuvo otros planes y no hay horizonte más allá de 2019.
Alfonsín pide interna con Lousteau
Ricardo Alfonsín, hijo del primer presidente argentino desde el retorno a la democracia en 1983, no está conforme con el espacio de su partido dentro del ámbito del Poder Ejecutivo. Si bien el radicalismo cuenta con intendentes, gobernadores y legisladores dentro de Cambiemos, el dirigente de la UCR quiere ampliar el ámbito de debate interno.
“Yo no le tengo miedo a la discrepancia si uno actúa de manera responsable en una alianza. Era necesario que hubiera diálogo dentro de Cambiemos para que saldáramos las diferencias. No hubo un acuerdo programático. Eso es muy difícil de explicar. Y yo lo reclamo y me miran como algo impropio, inadecuado. Pero es lo más natural pedirlo”, indicó.
Para Alfonsín, Cambiemos todavía “no tiene un candidato natural” y considera que su partido debe volver a darle competencia interna a Macri. Su candidato es Martín Lousteau. El dirigente radical considera que “le puede ganar a Macri” y que la UCR podría volver a tener un presidente.
Patricia Bullrich pide pista
La ministra de Seguridad ha vivido en lo personal un fenómeno curioso en lo que va de gestión de Cambiemos. Mientras el Gobierno no era discutido en sus inicios, ella era una de las funcionarias más cuestionadas. Pero Bullrich se fortaleció y su figura creció cuando el núcleo duro del macrismo se enfrentó a los desatinos de la economía.
La autopsia de Santiago Maldonado, que demostró que no hubo nada ni remotamente parecido a un caso de Terrorismo de Estado, y el exitoso G20 en Buenos Aires hicieron que suban las acciones de “la piba”. Hoy es una de las fuertes candidatas para acompañar a Macri en la fórmula presidencial, pero todavía falta mucho. Si bien la actual vicepresidente, Gabriela Michetti, manifestó que “le gustaría” seguir en el cargo, el macrismo no volvería a repetir la misma fórmula de las elecciones pasadas.
La carta Vidal
La gobernadora de Buenos Aires sigue siendo la dirigente política con mejor imagen de Argentina. El equipo de campaña de Cambiemos tiene medidos todos los escenarios y sabe que María Eugenia Vidal podría imponerse incluso ante las posibilidades de derrota de Macri. Por ahora ella competirá nuevamente en el territorio bonaerense, pero es una carta que el oficialismo se guarda en caso de emergencia. Ante un escenario adverso para Cambiemos, ya sea por un peronismo unificado con un candidato competitivo o ante una nueva crisis económica, Vidal podría ser un comodín de emergencia.