Un cartel publicitario en la medianera de un edificio de la ciudad costera de Mar del Plata abrió el tercer capítulo de una lucha sin cuartel que hace tiempo se viene desarrollando en Argentina: el desembarco de la aplicación de Uber y la violenta resistencia de los sindicatos de taxis. Ya pasó en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y en la provincia de Mendoza. Hasta el momento, la causa amarilla y negra ha perdido las dos batallas. Ahora amenazan con una violencia “peor” de la que se vivió en la Capital.
Pero el capítulo Mar del Plata tiene un elemento particular que indigna a los taxistas particularmente. El diputado provincial Guillermo Castello, que nuevamente tomó notoriedad nacional con motivo de esta discusión, no considera que la prohibición de una aplicación que contacta a un conductor con un pasajero sea razonable. Si bien en la Ciudad de Buenos Aires todos los legisladores aprobaron una normativa violatoria de las libertades básicas que buscaba prohibir a Uber, en Mar del Plata los taxistas resistentes a la competencia se encontraron con un problema: un legislador obstinado con sus creencias al que no han podido comprar ni quebrar. Resulta que Castello es liberal y estas causas para él son cuestión de principios.
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La lucha por la libre competencia del transporte público es sólo una de las batallas de Castello en el parlamento provincial, donde discute hasta con su propio bloque. Con motivo de las regulaciones de los comercios farmacéuticos, el diputado de la Coalición Cívica-Cambiemos hizo una encendida defensa de la libertad de elegir: “La ley de farmacias es una pieza arqueológica”, manifestó en ese debate. Una de las pequeñas grandes causas del único legislador de clara orientación liberal de Argentina se convirtió en victoria recientemente, al menos por este verano. Castello logró extender el horario de bebidas alcohólicas durante la temporada de las 21 hasta las 23 horas.
Las amenazas de siempre
“Si empieza a funcionar acá, va a ser peor de lo que pasa en Capital”, manifestaron desde la Cámara de Taxis de Mar del Plata. En la tradicional ciudad costera hay registrados 2.147 taxis y Uber ya tiene 11.000 marplatenses interesados en comenzar a trabajar con la aplicación.
La discusión recién comienza. Para Castello esta cuestión simboliza “lo que Argentina debe combatir, sectores de la sociedad que pretenden que el Estado les garantice las ganancias en desmedro del consumidor”.