Cuando la Cámara de Diputados dio media sanción a la ley del “congelamiento” de tarífas, el presidente argentino, Mauricio Macri avisó que, de aprobarse en el senado, la misma sería vetada. Desde el peronismo insistieron en que había que “darle un mensaje al Gobierno” y sesionaron, durante 12 horas, para aprobar la ley que jamás sería promulgada por el Ejecutivo.
Todo ocurrió como estaba previsto. Sesión maratónica, discursos interminables, proclamas populistas y veto presidencial.
El peronismo juntó a todas sus versiones (kirchneristas, antikirchneristas, representantes de las provincias, e independientes) y con 37 votos a favor superó a los 30 que pudo conseguir la coalición gobernante Cambiemos. El oficialismo no quiso que el resultado de la votación monopolice la tapa de los diarios y apenas culminó la sesión confirmó que, como habían prometido, habría veto.
¿Qué quiere decir “congelar” en idioma peronista?
El debate alrededor del desabastecimiento energético, la inflación y la quita de subsidios no tuvo, ni por asomo, el nivel que requería la problemática. Todos los medios y los políticos discutieron durante las últimas semanas si las tarifas se “congelaban” o no. Es decir, si la gente, por arte de magia, iba a dejar de percibir los aumentos para volver a pagar los montos de 2017.
Durante los 12 años del kirchnerismo, Argentina mantuvo tarifas subsidiadas que para el usuario no fueron modificadas desde la convertibilidad con el dólar. Aunque el peso se devaluó de 1 a 15 en esos años, la gente siguió pagando lo mismo y la diferencia la cubría el Estado por medios de subsidios provenientes de la emisión monetaria. La inflación, el control de cambios y el desabastecimiento energético fue el resultado inevitable de esa fiesta populista.
Hoy los subsidios continúan, pero el Gobierno busca retirarlos gradualmente. Con un déficit fiscal galopante y con las exigencias del Fondo Monetario Internacional de reducir el rojo, el peronismo arremetió con esta propuesta populista inviable. Además de ser contraproducente, el “congelamiento” era de imposible cumplimiento, ya que el mismo Congreso que aprobó esto, ya había votado el presupuesto. Es por esto que las partidas presupuestarias para volver a subsidiar a todos los usuarios, por encima de lo previsto, simplemente no existe.
Doble discurso
En medio de la madrugada, el jefe de Gabinete, Marcos Peña, salió a confirmar el veto de Mauricio Macri. En su contacto con la prensa aprovechó para arremeter contra el sector del peronismo “no kirchnerista” que, supuestamente, era muy consciente de que esta ley era una locura.
Además de reiterar que el presidente “vetará cualquier cosa que le mienta a la gente para sacar una supuesta ventaja política”, Peña manifestó:
“El peronismo avanzó con la ley sabiendo que iba a ser vetada indefectiblemente. En privado senadores y diputados nos pedían que vetemos este mamarracho argumentando que no hay margen para hacer otra cosa”.
Luego de la confirmación del veto, la central sindical comunicó que evalúan realizar un paro general con movilización para protestar en contra de la medida adoptada por el macrismo.