Las polémicas que se atribuyen a la denominada “apropiación cultural” siguen dando de qué hablar en la médula de Hollywood y en esta oportunidad el actor John Leguizamo es quien impulsa una nueva discusión en torno a esta narrativa que inyecta a diario la izquierda. Y es que el artista, quien nació en Colombia, arremetió contra las plataformas de transmisión y exigió cuotas para los intérpretes “latinos”, frente a la noticia de que el actor James Franco representará en pantalla al tirano Fidel Castro en la próxima película “Alina of Cuba”.
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“¿Cómo sigue sucediendo esto? ¿Cómo es que Hollywood nos excluye, pero también se roba nuestras narrativas? ¡No más apropiación de Hollywood y canales de streaming! ¡Boicotear! ¡Esto está jodido! ¡Además es una historia realmente difícil de contar sin engrandecimiento, lo cual estaría mal! No tengo problemas con Franco, ¡pero él no es latino!”.
Lo paradójico del discurso de Leguizamo está en su proceder, pues reconoció que ha ocupado roles que no corresponden a su cultura. Actuó en películas de la mafia italiana e incluso fue Luigi, el hermano de Mario Bros. Pero asegura que que se trata de una anomalía, no de la norma.
Sin embargo, el productor y director de cine Carlos Clavijo reprocha que detrás de las acusaciones hay intereses personales, pues, además de la italiana, Leguizamo ha ocupado roles que son de otras culturas. Desempeñó el rol de un francés que a su vez, tenía enanismo, condición ajena a su realidad. De acuerdo con su lógica, él no podría ni debería.
En las batallitas por la apropiación cultural a veces se esconden intereses personales.
John Leguizamo, que hizo de Toulouse Lautrec en “Moulin Rouge”, y lo hizo sin ser francés, enano o pintor, se queja de que el actor James Franco haga de Fidel Castro sin ser latino. https://t.co/4qg8E0ysQI
— ❤️🩹 Cositas Buenas Carlos Clavijo (@carlosclavijo22) August 7, 2022
Instrumentalización de la verdad: los hispanos son la minoría más grande
En lugar de apuntar al sueño americano donde, en teoría, cualquier persona puede sobresalir sin distinción de su origen, Leguizamo exige cuotas del 30 %. Parte de un hecho real, los hispanos son al momento la minoría más grande en Estados Unidos, pero suman el 18 %, no el 30 %.
También dijo algo muy cierto y es que los hispanos tienen las raíces más profundas en Estados, luego de los “nativoamericanos”. La historia data de más de 500 años atrás. De hecho, la primera ciudad fundada en Estados Unidos fue San Agustín, Florida, territorio español.
Lo que no dijo es que es hoy hogar de más de dos millones de cubanos que escaparon de la tiranía comunista de Fidel Castro. Tampoco de cómo hoy los hispanos están huyendo en masa del Partido Demócrata que tiene candidatos abiertamente socialistas, pues llegaron a EE.UU. buscando mayor libertad, no menos. Huyeron del socialismo, no lo quieren instaurar.
Identidad autoproclamada
El reclamo de Leguizamo es totalmente funcional a esta nueva izquierda. Lleva la lucha de clases del viejo socialismo a una guerra étnica. Y la batalla empieza en el lenguaje. Para comenzar, nunca dice “hispano”, dice “latino”. Al hacerlo, acusa que los portugueses y los italianos no son latinos, los españoles tampoco; solo aquellos que nacieron en “Latinoamérica” y tienen “mezcla”.
Lo dice para refutar que James Franco, de ascendencia portuguesa, es “latino”. Cuando en realidad, Leguizamo y Franco tienen más en común que con el “latinoamericano” promedio. Al igual que Franco, Leguizamo tiene ascendencia portuguesa, italiana, además puertorriqueña y libanesa. No obstante, se identifica “amerindio” y “mestizo”.
Es decir, aplica la misma retórica neomarxista donde no importa lo que uno persona es sino cómo se identifica. Así no prima la biología sino la ideología. Y John Leguizamo se vuelve funcional al ideario de Fidel Castro de fragmentación social.
Decir “latino” y no “hispano” es ideológico y político
Para comenzar, el término América Latina es ajena a la cultura hispana. Nace de las ambiciones imperialistas de Napoleón. Así lo explica Manuel Morillo en su obra Latino América, Denominación al Servicio del Imperialismo. Detalla que el primer uso oficial fue por parte del presidente de EE.UU., Woodrow Wilson, como parte de una campaña para borrar la huella hispana.
Al respecto, el escritor Álvaro del Castaño exclama que se debe llamar hispano al hispanohablante, no latino. Y si nació en América, es hispanoamericano. Ya que ese adjetivo corresponde a quien habla latín o bien es oriundo de Lacio en Italia. En caso de querer incorporar a Brasil, corresponde hablar de Iberoamérica; ya que son de ascendencia ibérica, en común con los hispanos.
La familia de Castro aprueba a James Franco
Por último, Fidel Castro era hijo de españoles peninsulares, es decir de ascendencia europea directa. Entonces los cineastas defendieron la decisión señalando el hecho de que Franco, cuya ascendencia incluye portugueses junto con rusos, judíos y suecos, en realidad compartía una estructura facial similar a la de Castro, quien nació en Cuba pero era de ascendencia española (europea).
“Para llegar allí con una apariencia tan difícil de proyectar, usamos la antigua heráldica gallega de Fidel Castro como nuestra brújula focal, y luego revisamos todas las filas de actores con raíces latinas en Hollywood para encontrar a alguien que tenga una estructura facial similar”, John Martínez O’Felan le dijo a la plataforma audiovisual Deadline y agregó: “Al realizar una búsqueda minuciosa de nuestros aspirantes a través del ojo de la genealogía española y portuguesa que tenían los gallegos, encontramos que James, por mucho, tenía el parecido facial más cercano”.
La propia hija de Castro, Alina Fernández, también aprobó la decisión del casting y dijo: “James Franco tiene un parecido físico obvio con Fidel Castro, además de sus habilidades y carisma”.
Fernández también destacó el hecho de que casi todo el proyecto, tanto delante como detrás de la cámara, es latino. No obstante, no es suficiente para el actor John Leguizamo. Reclama que Fidel Castro debe ser representado por un “latino”, según lo que él considera que lo es. Aunque la ascendencia portuguesa de James Franco le hace calificar como ibérico y el portugués es una lengua que deriva del latín, técnicamente lo es.
Y esto solo es el comienzo. Fiel a la esencia tiránica de Fidel Castro, Leguizamo pretende cuotas asignada para los hispanos. No que se destaquen por su mérito y capacidad sino por su etnia. Por cada paso que da el progresismo, también avanza progresivamente en sentido opuesto al sueño de Martin Luther King Jr., quien soñaba con una sociedad donde la gente no sea juzgada por su piel sino por su carácter.
Por su parte, la izquierda progresista quiere lo contrario, que la etnia lo defina todo. Paradójicamente, determinan de forma arbitraria quien es y no es, esto pasa según su conveniencia.