El US Open, conocido como el mayor torneo de tenis de Estados Unidos, no cuidó las formas en mostrar parcialidad en sus criterios para admitir a los deportistas en la competición. Lo más resaltante acá fue que dejó participar a tenistas rusos quienes habían sido vetados anteriormente en Wimbledon, debido a las sanciones que pesan sobre Rusia por la invasión a Ucrania, pero dejó relegado a otro punto a tratar: la prohibición a los competidores que no se han vacunado.
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En este caso, el principal afectado es el tenista serbio Novak Djokovic, quien no podrá jugar el US Open, así como no compitió tampoco en el Miami Open, ni en el Indian Wells. La causa de ello es que este atleta no ha recibido ninguna dosis de alguna vacuna contra el COVID-19 y, si bien desde el 12 de junio ya no es necesario presentar la prueba de coronavirus para entrar en Estados Unidos, sí es exigencia que los extranjeros estén vacunados para entrar al país y él no lo está.
Pese a que hay una excención en caso de causas médicas, Djokovic no puede aplicar, debido a la falta de voluntad por parte de la Asociación Americana de Tenis, quien es propietaria y operadora del US Open, según Christopher Clarey, en su artículo en The New York Times.
“Vamos a seguir las directivas del gobierno y de los CDC”, dijo Sherr, refiriéndose a los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades.
Por otra parte, el abogado estadounidense de origen serbio, Aleks Djuricic, ofreció sus servicios legales para garantizar que Djokovic pueda jugar en el US Open, que se disputará el 29 de agosto en Nueva York, uno de los estados más restrictivos en cuanto a políticas para enfrentar el coronavirus. Es decir, aun hay tiempo para apelar la decisión.
Con esta nueva medida que excluye nuevamente al deportista serbio de un torneo de alta envergadura, el gobierno de Estados Unidos insiste en discriminar a los no vacunados.
The latest from the US Open on Djokovic from my overnight piece: He is not able to enter USA at this stage. The USTA will not seek an exemption. Will follow government policy, which could, of course, change by late August.https://t.co/eCcUXXycIi pic.twitter.com/TGlwEGeuNW
— Christopher Clarey 🇺🇸 🇫🇷 🇪🇸 (@christophclarey) June 15, 2022
Las decisiones políticas que empañan el tenis
El jugador Novak Djokovic ha sido uno de los principales afectados desde el inicio de la pandemia, por su postura en favor de la libertad de elegir si vacunarse o no. Anteriormente, no pudo participar en el Abierto de Australia, al ser expulsado del país por no estar vacunado de COVID-19.
Otro de los torneos cuyas decisiones de tipo político afectó el puntaje del serbio es Wimbledon, cuya directiva ya se pronunció e indicó que no dejará participar a jugadores rusos, ni bielorrusos.
Los tenistas ucranianos Marta Kostyuk, Alexandr Dolgopolov y Sergiy Stakhovsky respaldaron a Wimbledon por vetar a los rusos y bielorrusos. Cabe destacar que Dolgopolov y Stakhovsky regresaron a Ucrania para unirse al ejército y participar del conflicto.
Sin embargo, esta medida a su vez tuvo una respuesta por parte de la Asociación de Tenistas Profesionales que, mediante un comunicado, anunció que eliminará de su listado mundial los puntos de Wimbledon para 2022.
Ante esta decisión, el seis veces campeón de este evento señaló que “este año voy a perder 4.000 puntos por decisiones políticas”. A pesar de ello, aclaró que participará en el torneo británico que se disputará del 27 de junio al 10 de julio, aún cuando pueda perder los 2000 puntos que se dan al vencedor de un Grand Slam.
“Es una mala decisión, no apoyo en absoluto a Wimbledon. No hablaron con nadie de la ATP ni tampoco con los jugadores rusos o bielorrusos para tratar de encontrar un terreno común. Había otras opciones que ni las estudiaron”, dijo.
El más beneficiado por esta decisión de la ATP sería precísamente Daniil Medvedev, número 2 mundial, que a pesar de tener prohibido participar en Wimbledon, podría recuperar el número 1 que tuvo un par de semanas tras los torneos de Indian Wells y Miami, donde Djokovic no jugó.
Su caso ha dejado en claro que ante la mirada mundial el coronavirus presenta mayor temor que la guerra. Por ende, resulta más peligroso un no vacunado que un ciudadano de un país que ha iniciado una guerra.
«Nunca apoyaré la guerra, siendo yo mismo un hijo de la guerra… Sin embargo, no puedo apoyar la decisión… Cuando la política interfiere con el deporte, no sale bien», exclamó.