El dominio sobre el petróleo ha sido uno de los agravantes de la corrupción en la región, la crisis en Medio Oriente y contra la paz en el mundo. Entre lo más destacado del legado de Donald Trump en la Casa Blanca ha sido el fin del Estado policial y el alcance de la soberanía energética, dos aspectos en peligro bajo la administración del demócrata Joe Biden.
Venezuela es el ejemplo más evidente de cómo tener recursos petroleros no es garantía de prosperidad, ni siquiera de la capacidad de extraer y refinar. De hecho, Venezuela ha llegado a importar gasolina de EE. UU.
La radicalización hacia el socialismo dentro del Partido Demócrata está empujando a Biden a tomar decisiones que le quitan soberanía al país y podrían afectar la economía.
El Acuerdo de París le cuesta 20000 dólares a cada familia en EEUU
Por ejemplo, la reincoporación al Acuerdo de París implica un gasto exigido a los países miembros, donde las naciones desarrolladas subsidian a las que están en vías de desarrollo para que estos reduzcan sus emisiones de gas.
Barack Obama prometió 3000 millones de dólares. Hasta ahora EE. UU. ha entregado un tercio de ese monto.
The Heritage Foundation estima que hasta el año 2035 el plan de la administración Obama-Biden implicaría:
- Una pérdida general de casi 400.000 puestos de trabajo, la mitad de los cuales serían en la industria manufacturera.
- Una pérdida de ingresos total promedio de más de 20000 dólares para una familia de cuatro miembros.
- Una pérdida total del PIB de más de 2,5 mil millones de dólares.
Con Biden EEUU ha vuelto a ser la policía del mundo
El lema ‘America First‘ de Trump implicaba poner a EE. UU. como prioridad. Eso incluía el fin del intervencionismo y también no poner en peligro a sus soldados y retirarlos masivamente de bases extranjeras. Trump juró en campaña que pondría fin a las políticas que volvían a EE. UU. la policía del mundo.
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Biden, al contrario, al mes del inicio de su gobierno ya lanzó el primer bombardeo contra Siria en su incansable lucha por romper con todo lo realizado por su predecesor, incluyendo la soberanía energética.
Durante el CPAC, la Conferencia de Acción Política Conservadora, por sus siglas en inglés, Trump así lo señaló este domingo 28 de febrero por la tarde.
«Ahora confiaremos en Rusia y el Medio Oriente para obtener petróleo», exclamó Trump. Destacó cómo bajo su gobierno EE. UU. logró la independencia energética. «Pero ahora está sucediendo lo contrario porque ahora le están quitando esta increíble independencia energética a la gente de nuestro país. Y verán que los costos se reducen como nunca antes. Es algo muy triste y muy estúpido lo que están haciendo. Las políticas de Biden son una gran victoria para otros países productores de petróleo. Y una pérdida para Estados Unidos y nuestros grandes ciudadanos».
Por primera vez desde 1957 EE. UU. logró la independencia energética en 2019 bajo el gobierno de Donald Trump.
De acuerdo con el Institute for Energy Research, “se puede agradecer a la industria del petróleo y el gas y su uso de la fracturación hidráulica y la perforación horizontal por ese hito, ya que la producción en esas industrias aumentó un 11 % combinado en 2019.La producción total de energía de EE. UU. se incrementó en un 5,7 % en 2019, mientras que la demanda de energía de EE. UU. disminuyó en un 0,9. %. Estados Unidos produjo 101 billones de unidades térmicas británicas (quads) de energía y consumió 100,2 quads el año pasado. Los combustibles fósiles representaron el 80 % tanto del consumo como de la producción de energía en 2019”.
La “capital solar y eólica” del mundo se congela
Si bien las energías renovables son una opción constructiva, no garantizan una fuente constante de energía.
Trump destacó cómo Biden apuesta por la energía hidráulica y señaló cómo los molinos de viento son falibles. Sobre todo en invierno, la energía renovable causa problemas. Los molinos de viento se congelan y los paneles solares no proveen energía suficiente por la falta de luz.
Aunque los medios masivos insisten en que los apagones eléctricos en Texas no son el motivo detrás de los apagones, lo cierto es que no son una fuente constante de energía.
Por ejemplo, Alemania, conocida como la “capital solar y eólica” del mundo se congela debido a que la nieve que “cubre millones” de paneles solares.
La radicalización del Partido Demócrata hacia el ala progresista conlleva una agenda ambientalista, la cual exigió a Biden prometer luchar contra la explotación de combustibles fósiles en casa y a favor de energías renovables pero paralelamente volver al tiempo cuando EE. UU. busca el dominio de recursos en tierras lejanas.
El caso más sobresaliente hasta ahora ha sido la cancelación del proyecto Keystone XL, que incluía la construcción de un oleoducto entre Canadá y EE. UU.
Al menos 1000 personas quedaron desempleadas y otras 10000 contrataciones fueron canceladas, a raíz de la orden de Biden. Pero la cifra total podría ascender a 52000 empleos perdido.
Sin embargo, Biden alega que creará millones de puestos de trabajo a través de su plan de energía limpia.
No obstante, el escepticismo crece. Pues el programa económico de Biden incluye un aumento significativo de impuestos, lo cual desincentivaría la creación de empleo.
Ha sido tal el temor por el impacto a la economía que el rapero 50 cent (50 centavos) hizo campaña a favor de Trump alegando que con Biden se convertiría en 20 centavos.
La lucha contra el fracking ha sido una de las promesas más destacadas de Biden a sus votantes progresistas. Esto impactaría tanto el acceso a energía, el costo y el desempleo.
Pero sobre todo sería parte de una agenda política que haría a EE. UU. volver al tiempo de la dependencia energética y la política externa bélica. Siria fue la primera muestra.