México asiló a Evo Morales luego de que millones de bolivianos tomaron las calles por más de 20 días para exigir su salida. La presidente interina, Jeanine Áñez, advierte a los mexicanos sobre el líder que eligieron, ya que se alía con socialistas que llegan al poder por vía democrática y terminan aferrándose a este destruyendo la institucionalidad republicana. Así ha sucedido históricamente y fue lo que ocurrió en Bolivia bajo el Gobierno de Morales.
“Yo espero que México no pase por todo lo que hemos vivido nosotros durante este tiempo, porque así son los socialistas, utilizan mecanismos democráticos y luego se aferran al poder; y después engañan a la gente, cooptan instituciones, se termina la institucionalidad democrática. Pero la decisión de los mexicanos fue esa: un socialista en el poder, y ojalá que no tengan que lamentarlo como nosotros lo estamos lamentando ahora”, dijo la presidente interina en una reciente entrevista.
Aseguró que en Bolivia no hubo un golpe de Estado. Morales no salió por la fuerza. Él renunció, aclaró la presidente actual, “porque quiso, porque no se atrevía a responderle al país. Fue un acto cobarde”.
En palabras del propio Morales, “Quien se esconde o escapa es un delincuente confeso”. “No me escapé ni me escondí. Les gané con la verdad”, dijo el exmandatario al enfrentar a sus adversarios en el 2016. Ahora, tras su renuncia, optó por huir a México.
"Quien se esconde o escapa es un delincuente confeso. NO es un perseguido político"
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— Libertario 🟨⬛ (@QuotesforGoal) November 12, 2019
Por eso la actual presidente espera que los mexicanos “no pasen estas situaciones tan desafortunadas que hemos pasado nosotros solamente por reclamar el hecho de vivir en democracia y libertad, solamente por querer reclamar el hecho de que se respete el voto nuestro cuando vamos a las urnas”.
Hay muertos fruto de la represión ejercida por los simpatizantes de Morales contra quienes piden democracia, e incluso grupos de supuestos mineros leales a Morales usaron dinamita para dispersar a los manifestantes. Todo por denunciar que Morales pasó por encima de la Constitución, de la democracia e incluso logró tener al Tribunal Supremo Electoral bajo su control.
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Llevaba 14 años en el poder e intentó prolongar su Gobierno por medio de la anulación del balotaje en las elecciones del 20 de octubre. Multitudes de ciudadanos salieron a la calle para exigir el respeto a su voto. Con los días, pasó de ser un reclamo por elecciones transparentes a exigir la salida de Morales, puesto que su candidatura presidencial era ilegal.
La Constitución boliviana solo permite dos elecciones consecutivas por cada presidente y Morales buscaba un cuarto periodo. Para lograrlo se llevó a cabo un referéndum para cambiar la Constitución y así permitir la candidatura. Pero el 21 de febrero de 2016 Bolivia dijo no en las urnas.
No obstante, Morales no respetó el voto democrático y lanzó su candidatura. Logró que el Tribunal Supremo Electoral declarara que era su “derecho humano” ser candidato, por lo cual se presentó a las elecciones de octubre pasado.
López Obrador creó una Guardia Nacional al estilo chavista
Quien hoy le ofrece asilo a Morales también habría pasado por encima de la Constitución al crear a la Guardia Nacional, un grupo armado legal que podría tener el mismo papel que cumplen las Fuerzas de Acciones Especiales (FAES) y la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) bajo la tiranía chavista. Estas se han empleado no para resguardar a los ciudadanos, sino como una custodia del régimen para que este se perpetúe en el poder, reprimiendo a todo aquel que lo cuestione.
Pese a que el Congreso mexicano, cuya mayoría le pertenece al partido de Gobierno, ya aprobó la creación de la Guardia Nacional, la justicia está evaluando su constitucionalidad. Dos controversias constitucionales fueron interpuestas por la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) y la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) las admitió a trámite.
Los recursos de la CNDH se basan en las presuntas omisiones legislativas al conformarse entre ambas cámaras (Congeso y Senado) la Ley de la Guardia Nacional, la Ley Nacional de Uso de la Fuerza Pública y la Ley Nacional de Registro de Detenciones.
También en lo económico está implementado políticas de corte socialista. Optó por cancelar licitaciones en el sector petrolero, lo cual solo agrava la deuda en la empresa estatal de petróleo, Pemex. En lugar de permitir el ingreso de inversiones extranjeras, aumentó el gasto estatal y consigo el monopolio de los recursos.
Lo mismo sucedió con la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de México, que fue cancelada por decisión de López Obrador, lo que significó una millonaria deuda para el Estado y el debilitamiento de México en el mundo de los negocios.
AMLO ha declarado que idealiza a Fidel Castro
Sin pudor alguno, López Obrador resaltó su simpatía hacia el modelo comunista en Cuba, que lleva más de 60 años en el poder y solo permite un partido único. Cuando falleció Fidel Castro, López Obrador dijo: “¡Fidel Castro es un gigante!”.
“Sabemos que a los conservadores, a la derecha, no les gusta nada de lo que tenga que ver con la lucha por la justicia, con la libertad, con la independencia de los pueblos. Nosotros pensamos distinto”, agregó.
“Para nosotros el Comandante Fidel Castro es un luchador social, político, de grandes dimensiones”, exclamó.
Mientras tanto, dos millones de cubanos han huido, incluso en balsa, del régimen comunista. Lo mismo que cuatro millones de venezolanos, donde el socialismo ha usurpado el poder. Pero Morales, convenientemente, no pidió asilo en ninguno de esos dos países, sino en México donde la escasez aún no ha empezado y por tanto es terreno fértil para ser la sede del Grupo de Puebla, que cumple el rol del Foro de Sao Paulo, desplazado por una presidencia hostil al socialismo, la de Jair Bolsonaro.