En México, el senador oficialista Napoleón Gómez Urrutia anunció en una entrevista publicada el 21 de mayo, que tanto los empresarios como los sindicalistas que critiquen al Gobierno de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) sufrirán consecuencias económicas.
“Más les vale, por el bien de su fortuna; de sus negocios, también”, aseguró para El Universal de México. “Lo digo por los empresarios, pero también por los líderes sindicales”, insiste.
Esta afirmación tiene dos aristas. Por un lado anuncia el acorralamiento del sector privado que quedará supeditado al sector estatal y, por el otro, anuncia la persecución política.
Aunque acto seguido afirmó que no estaba amenazando, sino que quienes no se incorporen a los cambio de AMLO “se van a quedar atrás”, deja en claro que quienes no respaldan la “Cuarta Transformación” no cosecharán sus beneficios.
De eso Gómez Urrutia sabe, pues desde el 2006, cuando era presidente del Sindicato Nacional de Trabajadores Mineros, Metalúrgicos, Siderúrgicos y Similares de la República Mexicana (SNTMMSRM), se enfrentó al Grupo México, la empresa a cargo de la mina. Y afirma haber sido perseguido bajo el Gobierno de Vicente Fox, lo cual condujo a su exilio. Su enemistad con grandes grupos de poder sigue en pie.
Sin embargo, Gómez Urrutia ofrece a los empresarios la oportunidad para “que se incorporen a esta transformación y dejen de atacar al presidente, al Gobierno, al sistema”. Es decir, todavía pueden unirse antes de ser consolidados como enemigos.
AMLO amenazó a la prensa
Advertencias de estilo ya se han hecho antes bajo la gestión de AMLO y también se han rectificado enseguida.
A mediados de abril, el presidente de México arremetió contra la prensa en su emisión matutina alegando que “no solo son buenos periodistas, son prudentes porque aquí los están viendo y si ustedes se pasan, pues, ya saben lo que sucede”. Un día después intentó rectificar, pero las críticas no cesaron.
Autor denuncia autocensura en la prensa
Ya en marzo el autor Martín Moreno, que ha realizado novelas sobre cada presidente contemporáneo, explicó que en el Gobierno de AMLO hay una forma de censura aún más peligrosa que es la autocensura.
Escribió la obra Ladrón de Esperanzas, donde toma la figura de AMLO, y lo lleva a un persona de ficción cuyo nombre tiene las misma siglas.
En vista de que el autor ya ha publicado libros igualmente críticos de otros presidentes, resalta el contraste de la autocensura de los periodistas que no se arriesgan a difundir su obra.
“Debo haber enviado unas 60 cartas a los presentadores de radio y televisión, y solo cuatro o cinco me respondieron”, afirmó.
Cuando escribió su anterior libro, donde las siglas del nombre del protagonista eran iguales a las de Enrique Peña Nieto, el autor asegura que se llenaba de invitaciones.
En una entrevista con el periodista Andrés Oppenheimer, afirmó que el problema actual no es el de la amenaza directa por parte de AMLO, sino de la autocensura de los periodistas que no se atreven a criticarlo.
En la dictadura perfecta, no hará falta censura
Fue precisamente en México que en un diálogo entre Octavio Paz y Mario Vargas Llosa se refirieron al país azteca como la dictadura perfecta, bajo el Gobierno del PRI que estuvo al mando del país por más de 70 años.
AMLO, que fue parte del PRI por años, y la masacre contra los estudiantes de la UNAM en 1968 no fue suficiente argumento para renunciar, formó parte de lo que llamaban “la dictadura perfecta”.
“No se puede hablar de dictaduras, no es una dictadura militar… Ni una dicta blanda ni una dicta dura”, declaró Paz. En una “dictadura perfecta”, no se necesita la fuerza para actuar, ni imponer la censura por la fuerza, pues ante el miedo, los comunicadores que deberían esparcir el mensaje, ahora se están censurando a sí mismos.