La tarde del 3 de julio, se emitió la orden de prisión preventiva contra el expresidente ecuatoriano Rafael Correa, por no presentarse ante la justicia ecuatoriana como había ordenado la jueza Daniella Camacho.
Desafiando el pedido judicial, Correa se presentó ante el consulado del Ecuador en su país de residencia, Bélgica, de dónde es su esposa, alegando que su hija tuvo un accidente y que por eso no se podía separar de su familia.
Correa desacreditó el proceso judicial frente al canal de noticias estatal ruso, RT (Russia Today) donde tiene su programa televiso Conversando con Correa.
Desde Moscú, el reportero que le entrevistó -después del anuncio de la orden de privación preventiva que pesa en su contra- preguntó si esta es una medida para debilitar a la izquierda, citando como ejemplo la prisión de Lula en la Brasil y las acciones legales contra Dilma Rousseff y Cristina Fernández de Kirchner.
“Cristina, si no tuviera inmunidad por senadora, estaría presa”, respondió Correa.
Es decir, el exmandatario plantea que -a diferencia de su homónima argentina- él perdió la inmunidad diplomática al no tener un cargo público, privilegio del cual ella todavía goza.
Mientras Correa está siendo denunciado por el secuestro de un parlamentario, Cristina lo fue por el homicidio de un fiscal.
Dada la fecha, el reportero aprovechó para preguntarle a Correa sobre las elecciones en México, si considera que la victoria de Andrés Manuel López Obrador es una esperanza para la izquierda.
Correa dijo que es “un aliento fresco que México entre a la línea progresista”.
También mencionó entre los supuestos perseguidos políticos a su último vicepresidente, Jorge Glas, que también vicepresidente de su sucesor, Lenin Moreno, y estando en funciones terminó preso por un caso de corrupción vinculado a la petrolera de Brasil Odebrecht.
Y no fue el único que planteó que las acciones legales contra Correa son persecutorias.
Primero Cristina. Luego Lula. Ahora Rafael Correa. Cese a la persecución contra los líderes auténticos de nuestra América. La Revolución Bolivariana se solidariza con el pueblo de Ecuador y @MashiRafael
— Nicolás Maduro (@NicolasMaduro) July 4, 2018
Nicolás Maduro sostiene la versión de la persecución.
Ahora que el mandatario ha sido reconocido internacionalmente como un dictador que actúa por encima y al margen de la ley, polariza y politiza aún más proceso judicial.
Gracias, compañero Lula.
No podrán contra nuestras montañas de dignidad, verdad y justicia. pic.twitter.com/AlWXWp9oLJ— Rafael Correa (@MashiRafael) July 4, 2018
Desde prisión, el expresidente de Brasil, Lula manifestó su solidaridad, alegando que él también es víctima de la “judialización de la política”, término que Correa usó en su declaración frente a la prensa rusa.
Fiel al estilo del socialismo del siglo XXI, que suplantó el camarada soviético por compañero, Correa agradeció a su homónimo brasilero.
Quien no se ha manifestado todavía es Cristina Fernández de Kirchner, al menos no en redes sociales, presumiblemente por la ambigüedad de Correa al decir que sin inmunidad diplomática ya estaría presa.
? Ahora | Dra. Daniella Camacho, jueza de garantías penales de la @CorteNacional, niega pedido de revisión de medidas cautelares a defensa de expresidente Rafael Correa, resuelve imponer prisión preventiva en su contra y emite difusión roja a Interpol. pic.twitter.com/VeycJ7wkj1
— Corte Nacional (@CorteNacional) July 3, 2018
Actualmente pesa en su contra una denuncia por su supuesta vinculación como autor intelectual del secuestro del ex-parlamentario Fernando Balda, quien inicialmente fue integrante del partido de gobierno (Alianza País) y terminó por volverse un ferviente opositor.
No solo eso, Balda también denuncia que el operativo se llevó a cabo con fondos públicos. De modo que podría haber un proceso penal contra Correa por el delito de peculado.
De acuerdo al denunciante, cuenta con la confesión del autor material del secuestro, quien dijo que fue por motivos políticos.
El exmandatario aduce que no está siendo juzgado por la justicia ecuatoriana, sino por la “injusticia ecuatoriana”.
Y aspira que la Interpol rechace el pedido de su prisión preventiva solicitada por la juez.
Aduce que no fue necesaria la medida cautelar, ya que él se presentó en Bélgica. Sin embargo, la orden emitida exigía que se presente en Ecuador.
Sostiene que sin presencia del acusado el juicio se detiene; por ello hay tanta presión para que Correa esté en el país.
Alega que si en su gobierno pasaba algo similar, el caso ya estaría en la Corte Internacional de la Justicia.
De la misma forma, plantea que si pasaba en Venezuela, ya estaría invadida.
Exclamó, “que nos ganen en las urnas”.
Lo cual resulta irónico, puesto que gobierna nada menos que quien fue vicepresidente de Correa en su primer -y segundo- mandato.
Se lanzó a la presidencia bajo el mismo partido de gobierno.
No obstante, ya en el poder, hubo una división interna en el partido donde el expresidente y el actual se volvieron enemigos.
En síntesis, el exmandatario ecuatoriano -de la mano de quienes defienden su proyecto político- alega que las acusaciones en su contra no son más que parte de la persecución política que aduce que es regional.
Acusa a la policía que colaboró con el caso de buscar un ascenso a cambio de inculpar al expresidente y para corroborarlo, asegura que el nombramiento del Contralor fue fraudulento.