La peor clase política y el peor gobierno de los últimos 40 años, no solo regalaron la Constitución, anularon la seguridad y el orden público, dan beneficios a delincuentes y como nunca han reprimido las libertades individuales (dictadura sanitaria). Sin ser suficiente lo anteriormente descrito, destruyeron el sistema de pensiones. Un buen sistema de pensiones mixto, con pilar solidario y capitalización individual, el cual podía y debió perfeccionarse.
Ahora los ciudadanos productivos de nuestro país estamos bajo amenaza de que nuestros ahorros acumulados en nuestras cuentas de capitalización individual (de nuestra propiedad) se las roben los políticos, con el verso de la nacionalización, es decir, sin compensación alguna. Aún peor que una expropiación.
Muchos técnicos dicen que es populista e irresponsable retirar el 100 %; sin embargo, en caso de nacionalización, estos muchos críticos no van a responder por los fondos, una vez sean nacionalizados. Y cuando no existe respeto alguno por la libertad, propiedad y las leyes, se llega a estos extremos, donde solo hay dos opciones: retirar el 100 % o perderlo todo.
El monto acumulado en las cuentas individuales de los trabajadores es equivalente al PIB de Chile en un año y, dado que el país posee un importante déficit fiscal y el actual crecimiento no compensa la crisis y la deuda contraída, es un botín muy atractivo para un gobierno populista de izquierda o de centroderecha.
Con este botín, un probable gobierno de izquierda, que jamás genera riqueza, podría financiar un programa con una batería de regalías y bonos con tal de cumplir un plan que sin el robo sería imposible.
En Chile comenzó la carrera presidencial y el ofertón es ilimitado, y cómo los recursos no crecen de los árboles y el país no produce ni genera ingresos suficientes para satisfacer semejante ofertón, no duden que los políticos no van a dudar un instante en robarse estos recursos. Ya lo han hecho en varios países.
Creo que estos recursos estarían mejor y deberían estar en manos de sus propietarios, dado que no existe hoy certeza jurídica alguna. Y que ellos decidan libremente que uso dar a esos fondos, si lo quieren gastar en consumo presente, pago de deudas o emprender, es decisión de cada persona y no pueden pretender los políticos dictaminar en qué podemos o no gastar nuestro dinero.
Por último, confío plenamente en las AFPs, pero no confío en los delincuentes de los políticos. En Chile se realizaron retiros del 10 % y las AFP cumplieron en tiempo récord movilizando una importante cantidad de millones y depositando en las cuentas de sus afiliados. En contrasentido, el gobierno se endeuda como país en guerra y los recursos no llegan a tiempo, saque sus conclusiones.