El Banco Central de Chile dio a conocer el avance de la actividad económica correspondiente a diciembre de 2015. El Indicador Mensual de Actividad Económica creció sólo 1,5% interanual en el último mes del año. En todo 2015, se estima que el crecimiento fue de 2%, cifra similar a la del 2014. El dato preocupa cada vez más, porque las perspectivas para este año no son alentadoras.
Los problemas que debe afrontar Chile son tanto externos como internos. En el primer caso, destaca principalmente la caída del precio de los commodities. Chile es un país que depende mucho del cobre. Peor aún; China, que es un gran comprador del metal, continúa desacelerándose, lo que sólo implica malas noticias para Chile.
Como si esto fuera poco, los futuros de los precios de los commodities tampoco son prometedores como para esperanzarse con una situación que se revierta. No es casualidad el desplome observado en enero en la balanza comercial de Chile con una caída de un 14% interanual en las exportaciones.
Por su parte, Estados Unidos tampoco trae buenas noticias, ya que comenzó a incrementar su política monetaria. Una elevada tasa de interés a nivel internacional también impacta negativamente en el cobre, ya que algunas compras del metal se hacen por especulaciones financieras que se vuelven cada vez menos rentables al observarse tasas internacionales más elevadas.
Algunos opinan que esta situación adversa se va a ver contrarrestada por el turismo. Esto se debe a que, al depreciarse el tipo de cambio, muchos chilenos prefieren vacacionar en el país en lugar de elegir destinos en el exterior. Si bien el punto es discutible, no es el escenario óptimo atenuar escenarios adversos por turismo, sino que lo ideal es que sea por inversiones que generen crecimiento sostenido.
Sería sumamente peligroso que el Gobierno decida recurrir a la deuda, o que el Banco Central financie al Gobierno mediante emisión monetaria
En cuanto a los problemas internos, el principal es el déficit fiscal y las reformas que quiere llevar a cabo el Gobierno. El déficit no podrá eliminarse en el corto plazo ya que los presupuestos se armaron teniendo en cuenta un escenario en donde los precios de los commodities se mantuvieran altos. Hoy eso ya no es real.
En cuanto a las reformas, más que ser una solución, son un agravante del problema. Por ejemplo, la reforma tributaria genera un incremento de ingresos de US$8.000 millones anuales. Sin embargo, debido al incremento impositivo, se ahuyentan inversiones por $12.000 millones. Lo más grave de la cuestión es que las reformas (tributaria, laboral y educacional) generan incertidumbre en la economía, generando que los privados y emprendedores no se animen a invertir. En pocas palabras, las reformas ahuyentan la inversión que tanto necesita Chile para afrontar un 2016 complejo.
[adrotate group=”7″]Por último, debido a una menor expectativa de ingresos debido a los precios de los commodities, sería sumamente peligroso que el Gobierno decida recurrir a la deuda, o que el Banco Central financie al Gobierno mediante emisión monetaria. En el primer caso se continuaría incrementando una deuda que no hace mucho se había logrado sanear, mientras que en el segundo, haría incrementar aún más una inflación que inició el año en un 4,8% anual.
En conclusión, el 2016 será un año difícil en cuanto al escenario internacional y además hay un trabajo que hacer en cuanto a saneamiento fiscal. Lo óptimo es reducir el gasto público, ya que nunca es recomendable gastar más de lo que ingresa. Por otro lado, sería lograr un incremento en los ingresos, pero serán las inversiones privadas las que pueden lograr este cometido; y necesitarán de una mayor certidumbre, no de una profundización de las reformas de Bachelet.