
Ningún vuelo nacional o internacional en los aeropuertos de Chile tiene garantías de partir hoy. Los terminales están en crisis, debido al paro de actividades de los Controladores de Tránsito Aéreo (ATC, por sus siglas en inglés) que demandan al gobierno del presidente, Gabriel Boric, soluciones para los problemas técnicos que enfrentan las comunicaciones, navegación y vigilancia.
El paro de los funcionarios implica el cese de la conexión, a través de la radio y el teléfono, con las torres de control, las unidades de control de terminales y otros centros que permiten la coordinación del movimiento de aeronaves comerciales.
En concreto, los trabajadores solicitan para los aeropuertos de Chile “acceso a equipos y tecnologías completamente funcionales y confiables, que operen sin errores, la inversión en infraestructura para alcanzar estándares mínimos”. También abogan por la creación de la carrera de funcionarios del controlador de tránsito aéreo con cursos y ampliación de planta. Además plantean la necesidad de aumentar la cantidad de controladores de tránsito aéreo en Chile.
Razones de peso
Sin respuestas satisfactorias a este pliego de peticiones, la ATC decidió suspender sus actividades para presionar a La Moneda. Razones tienen. “Los equipos de comunicaciones y visualización están siendo degradados, porque ya cumplieron su vida útil. En el 2007 se compran; en el 2008 se instalan; en el 2018 ya cumplen su vida útil, y en el 2023 nos encontramos cuando ya empiezan algunas fallas”, apunta el presidente del gremio, Jorge Caro a BioBio.
Si bien la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC) junto a la subsecretaría para las Fuerzas Armadas, entregó “un programa concreto para cada una de las demandas solicitadas” por los trabajadores de los aeropuertos de Chile, el 70 % los asociados de los controladores agremiados rechazó la propuesta.
Los funcionarios exigen “un compromiso mayor del gobierno en materia presupuestaria que asegure la entrega de los recursos necesarios para materializar lo se propone. Sin ese compromiso, sabemos que -una vez más- todo quedará en propuestas y largas esperas por respuestas que no llegan”.
Un comunicado con advertencias
En un comunicado divulgado en su sitio web manifestaron que comprenden “los inconvenientes a los viajeros”, incluso, reiteran que “las medidas tienen como fin alcanzar las mejoras solicitadas durante años”. Defienden su protesta argumentando que sirve para buscar “la seguridad de todos los pasajeros y mantener la excelencia en el servicio”.
En ese sentido, advierten que “este es solo el inicio de una serie de acciones escalonadas que adoptaremos, si no obtenemos respuestas satisfactorias”.
Con un mensaje en español e inglés, el Aeropuerto Internacional Arturo Merino Benítez que sirve a la ciudad de Santiago, advierte a los pasajeros a través de sus redes sociales sobre la necesidad de revisar las salidas con las aerolíneas debido al conflicto con los controladores.
⚠️ATENCIÓN⚠️
Si viajas este viernes 6 de octubre a través del Aeropuerto de Santiago, consulta más información con tu aerolínea sobre el estado de tu vuelo. pic.twitter.com/nimGAjk0NF
— Aeropuerto de Santiago ✈️ Nuevo Pudahuel (@NuevoPudahuel) October 6, 2023
Una crisis nacional
Es una crisis operativa más allá del terminal de la capital. De hecho, el subgerente de Comunicaciones de la concesionaria Nuevo Pudahuel, Manuel Valencia, reconoció que el impacto recae con mayor severidad en las conexiones nacionales considerando que la movilización incluye a todos los más de 20 terminales del país.
Por ahora, sólo los aterrizajes internacionales son gestionados con normalidad. Sin embargo, la instrucción es “verificar las condiciones de los vuelos en la página web (del aeropuerto) y estar atentos a los correos electrónicos” para revisar avisos de las aerolíneas mientras que quienes llegaron a los aeropuertos y encontraron sus vuelos cancelados sólo pueden revisar la legislación para informarse si en su caso corresponden compensaciones.
La situación es inédita, considerando que Chile figura por una escasa conflictividad en temas de aviación por una alta institucionalidad, capacidad de diálogo y resolución pacífica de las controversias. En más de 100 años de historia aeronáutica, sólo se registran tres paros de aeronáutica -uno en 1970 y dos en 2015- precisa Ricardo Delpiano, analista de transporte aéreo en contacto con PanAm Post.
Al respecto, el experto asegura que “la materialización del movimiento actual evidencia un deterioro de las capacidades de las instituciones públicas para dar solución a problemas históricos al interior de sus organizaciones. También evidencia la falta de acciones para identificar o mitigar conflictos, especialmente aquellos que ponen en riesgo la conectividad del país”.
Descontento gremial
“El gremio aeronáutico viene mostrando descontento con la autoridad. En el caso de los controladores aéreos están demandando una mayor inversión en equipamiento porque los actuales están presentando fallas en la transmisión de datos para garantizar la seguridad cuando hay que tomar una decisión o entregarle una instrucción inmediata a una tripulación o al piloto que en décimas de segundos son vitales”, indica Delpino.
A su vez, el especialista reconoce que “hay una buena cobertura de controladores aéreo. Los principales aeropuertos y aeródromos del país operan con un servicio de control de radar en todo el territorio nacional tanto continental como oceánico” pero insiste en que “hay una falta de capacidad de predicción de estos conflictos que se anuncian. Desde abril, los controladores votaron para emprender acciones y no hay una reacción”.
Revela que el gremio esperaba una participación más intensa del Ministerio de Defensa con el fin de encontrar una resolución “desde arriba de la estructura vertical del Estado”. Eso no ha ocurrido y “las mesas de trabajo no parecen convencer al gremio y terminan en las demoras en los vuelos programados que hoy tiene Chile porque cuando tienen que pedir autorización para la puesta en marcha se le demora su permiso para generar presión en una cadena de operaciones que pudiera incrementarse con una reducción de turnos que podría afectar por ejemplo la disponibilidad de la capacidad de la operación aérea”.