El gobierno del presidente izquierdista de Chile, Gabriel Boric, confía en el chavismo. Lo hace y con exceso al permitir el aterrizaje del Airbus A340 de la aerolínea estatal Conviasa, sancionada por Estados Unidos, y cuyo avión está vinculado a la compañía iraní Mahan Air –también sancionada por impulsar actividades terroristas– sin corroborar la identidad de los tripulantes a bordo.
El director de la Policía de Investigaciones (PDI), Claudio González, admitió ante la Cámara de Diputados que sólo conocen la identidad de los integrantes de la tripulación a través de la información que proporciona la aerolínea que forma parte de la lista negra de Washington por “trasladar a funcionarios del régimen corrupto de Nicolás Maduro por el mundo para impulsar sus esfuerzos antidemocráticos”.
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Esa práctica originó que ninguna de las tripulaciones de los 13 vuelos chárter de Conviasa que han aterrizado en suelo chileno este año pasaran por el control migratorio de la terminal aérea de Santiago, a cargo de la Prefectura de Policía Internacional del Aeropuerto, de la cual dependen dos unidades: el Departamento de Inspección Secundaria, encargado de las labores operativas e investigativas, y el Departamento de Migraciones junto al de Antinarcóticos y Contra el Crimen Organizado.
Filtros claves
Las delegaciones cuentan con 260 funcionarios responsables del control migratorio de los viajeros en las 122 casetas dispuestas. De ellas, 66 corresponden a la entrada y 56 a la salida internacional, sin embargo, las tripulaciones de Conviasa esquivaron la fiscalización al evitar descender del avión.
“No ha bajado nunca una tripulación a territorio chileno, a suelo nacional, por lo tanto no se les ha efectuado el control migratorio”, admitió González durante la sesión conjunta de las comisiones de Defensa Nacional y de Seguridad Ciudadana de la Cámara de Diputados convocada ante la retención en Argentina de otra aeronave venezolana con una tripulación sospechosa de tener «instructores» iraníes entre su tripulación.
“Nosotros sabemos la cantidad de tripulantes que trae en cada vuelo la aerolínea, pero eso no significa que nosotros lo corroboremos”, reconoció en su comparecencia el titular de la PDI, argumentando que “no existe ninguna obligación de que ellos tengan que efectuar el control migratorio mientras no bajen de la aeronave”.
Equipaje sospechoso
Esta falta de revisión de los perfiles y antecedentes de los tripulantes de Conviasa quedó en evidencia con el aterrizaje el pasado 22 de junio de su avión con la matrícula YV3533.
Según El Líbero, el vuelo llegó a las 14:30 horas con 89 pasajeros y 17 tripulantes. Tres horas después, a las 17:30, la aeronave despegó con rumbo a Caracas con 135 pasajeros y los mismos 17 tripulantes –un número dentro de los estándares internacionales por ser un vuelo que suma 12,4 horas en ida y vuelta–”.
¿Por qué no descienden y pasan el control de migración? Hay sospechas de las razones: el capitán de la aeronave es Antonio José Cabriles Lobos, un piloto de la Aviación Militar Bolivariana –antes Fuerza Aérea– que, según recuerda El Líbero, participó en el intento de golpe de Estado liderado por Hugo Chávez en noviembre de 1992 contra el entonces presidente de Venezuela, Carlos Andrés Pérez, en un acto subversivo que dejó 170 muertes.
Con este historial, apostar a la prudencia es como mínimo un acto estratégico. Pero hay más dudas sobre estos vuelos, considerando que el promedio de maletas de los pasajeros del avión era de cinco por cada uno, de acuerdo con un informe de la Dirección General de Aeronáutica Civil de Chile (DGAC) que registró 550 maletas entre la ida y la vuelta.
En el caso de los pasajeros que viajaron de Caracas a Santiago, las autoridades del gobierno de Gabriel Boric aseguran que los 89 pasajeros ingresaron 99 maletas sin precisar si en el vuelo de regreso a Caracas los 135 pasajeros cargaron con las 451 maletas restantes.
Sin itinerario
Conviasa viaja a Chile desde 2007 con vuelos charter sin un itinerario fijo. Desde esa fecha hasta ahora hay un reporte de 76 vuelos realizados, y en abril de este año, un mes después del arribo de Boric al palacio de La Moneda, el régimen de Nicolás Maduro suscribió un memorando de entendimiento con el mandatario izquierdista para ampliar el “espectro” de la relación aerocomercial en el marco de la Feria Internacional del Aire y del Espacio (Fidae).
Martín Mackenna Rueda, secretario general de la Junta de Aeronáutica Civil de Chile, estampó la firma en el convenio que multiplicaría las operaciones de Conviasa en el país austral, pero ahora el plan enfrenta conflictos.
El subsecretario del Interior del gobierno de Boric, Manuel Monsalve, alega “presión diplomática” de Estados Unidos para suspender las operaciones con Conviasa, negándole combustible. Así lo ha dejado saber la aerolínea venezolana en su cuenta de Twitter.
#8Jul Informamos a los pasajeros con boletos adquiridos en la ruta Caracas-Chile que debido la negativa de prestarnos los servicios aeronáuticos en el Aeropuerto Internacional Comodoro Arturo Merino Benítez, se nos hace imposible efectuar los vuelos con nuestros aviones pic.twitter.com/nOJKtv5K2Y
— Línea Aérea Conviasa (@LAConviasa) July 8, 2022
La Cámara de Diputados de Chile aprobó la creación de una comisión investigadora para indagar sobre los vuelos de Conviasa. La medida se aprobó con 90 votos a favor, 26 en contra y 8 abstenciones. Los radares estarán sobre los ministerios de Interior y Seguridad Pública; Defensa Nacional; Transportes y Telecomunicaciones; Agricultura; y Hacienda. El informe deberá estar listo en un plazo no mayor a 90 días.