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La navidad llegó en todo el mundo, pero en España estará alineada a las ideas progresistas. A pesar de que los villancicos resuenan, los turrones o el mazapán están en los mercados, al igual que las luces encienden la ilusión de la época, la televisión tiene prohibida la difusión de publicidad de juguetes con la indicación expresa o tácita de género.
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Ni muñecas en brazos de niñas, ni cocinitas con ellas alrededor, podrán aparecer en las campañas de publicidad audiovisual. Las compañías fabricantes tampoco pueden utilizar asociaciones de colores en los contenidos de los anuncios de los juguetes, todo por orden del Ministerio de Consumo, divulga Rtve.
La medida es parte de un “código deontológico” que estableció La Moncloa para impedir la asociación de las actividades relacionadas con el cuidado, trabajo doméstico o belleza con las niñas, así como el deporte o la tecnología con los niños.
Una guía extensa
Según el nuevo código de autorregulación, su propósito es evitar la promoción de “forma discriminatoria o vejatoria de la imagen de las niñas en los anuncios dirigidos a menores. El objetivo es que los spots de juguetes sean más igualitarios, veraces y constructivos”.
Para garantizarlo, el código incluye 64 normas deontológicas que las agencias de producción publicitaria deben acatar durante el desarrollo, ejecución y difusión de las campañas o mensajes dirigidos a la franja de 0 a 7 años, por ser de “mayor vulnerabilidad”.
Sin embargo, las campañas que son dirigidas a los adolescentes de hasta 15 años también deben ceñirse a las instrucciones izquierdistas que el gobierno de Pedro Sánchez impulsa desde el año pasado. En concreto se trata de la implementación de una guía para elegir juguetes «libres de estereotipos sexistas», tras afirmar que los juguetes que reproducen el «patriarcado».
Alcances sin precedentes
El alcance del instructivo que apoya Sánchez se amplió en esta temporada para, además, agregar la utilización del lenguaje inclusivo.
Entre las novedades del código que regula la publicidad en navidad destaca que las comunicaciones comerciales deberán describir el producto de forma comprensible y clara representando las funciones para permitir distinguir cuánto aportan a la creatividad, el desarrollo físico e intelectual, la sociabilidad o la empatía.
En este punto, los anuncios audiovisuales deberán incorporar una serie de pictogramas sobre cuestiones como el montaje, precio o necesidades técnicas.
Todo regulado
El gobierno socialista de Pedro Sánchez no dejó espacio para ideas fuera de su línea progresista para esta navidad, al vetar la aparición en los anuncios de personajes populares entre el público infantil como presentadores o participantes en programas de televisión, personajes reales o ficticios de películas o series, personajes del mundo deportivo o musical o influencers.
La orden de la cartera de consumo, que está bajo el mando de Alberto Garzón, es retirar de la publicidad la insinuación de que personas adultas que ofrezcan juguetes son más generosas en comparación con otras. A su vez, se busca una desvinculación respecto a la idea de que la adquisición de algún producto es una muestra de mayor cariño o aceptación social hacia un menor. El argumento del ministro es que “consumir más no lleva a la felicidad”.
💸 La publicidad nos seduce para comprar cosas que no necesitamos, pero consumir más no lleva a la felicidad.
👉 Podemos cambiar nuestros hábitos de producción y consumo para vivir mejor y cuidar el planeta. @agarzon y @brendachavez_https://t.co/VKeU7N1oAy pic.twitter.com/pkUHpUn0kA
— Ministerio de Consumo (@consumogob) December 1, 2022
Una ofensiva costosa
La ofensiva que lidera Garzón contra el “sexismo publicitario infantil” impacta en las arcas públicas. Su campaña en redes denominada “huelga de juguetes” de la navidad pasada y la de este año, desde la cual promueve “la igualdad a la hora de jugar”, le ha costado al Estado 240.000 euros, revela ABC.
Con el monto financia la arremetida que también incide sobre la publicidad en internet, que no escapará de las directrices, al quedar restringida en los dispositivos móviles de menores de 14 años y ser obligatorio que, cuando se utilicen aplicaciones o juegos con fines de comunicación comercial, se incluya la edad recomendada del destinatario.
De esa forma, Sánchez sepulta la expectativa de la industria juguetera que preveía recuperar cifras previas a la pandemia, con un incremento de su facturación de entre el 2% y el 3%, impulsada por el aumento de sus exportaciones pero si cinco de cada 10 regalos que reparte Papa Noel son muñecas es mejor que vayan olvidando que facturarán los 500 millones de euros del año pasado cuando se vendieron 35 millones de juguetes en toda España.
