Las elecciones autonómicas en Castilla y León de este domingo tienen a la cúpula nacional del Partido Popular, liderada por Pablo Casado, recalculando sus movidas. La tolda de los “populares” ahora tiene como objetivo lograr la mayoría en esta jurisdicción, donde Vox obtuvo una victoria inesperada que obliga a negociar un gobierno de coalición.
Las matemáticas de Casado fallaron. Su plan de adelantar la contienda para amasar varios triunfos consecutivos en diferentes territorios antes de las presidenciales de 2023, para demostrarle a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, que no solo ella ganaba, sino que también así desgastaba al Ejecutivo de Pedro Sánchez, terminó mal.
- Lea también: Los escenarios tras la crisis del PP: ¿Se acerca Díaz Ayuso a Vox?
- Lea también: España: Vox entra por primera vez en un gobierno regional
Al contrario de lo que ocurrió en Madrid, la formación de Santiago Abascal disparó sus números en todos los terrenos. Vox pasó de tener un procurador en las Cortes regionales a contar con 13 representantes. Este triunfo trajo consigo el endurecimiento de esta última facción, al indicar que no están dispuestos a “regalar los votos”.
Un derecho y deber
Juan Gallardo, quien funge como candidato de Vox en Castilla y León, afirmó que la tolda tiene “el derecho y el deber de integrar el próximo gobierno de Castilla y León”, porque van a “utilizar estos votos para cambiar el rumbo de la política”.
‼ #URGENTE @juan_ggallardo "Tenemos el derecho y el deber de integrar el próximo gobierno de Castilla y León". pic.twitter.com/VCaUPXhMbV
— VOX 🇪🇸 (@vox_es) February 14, 2022
Desde ahora en “toda mesa de negociación hay que hablar de derogar legislación de izquierdista, bajar los impuestos, de natalidad, campo e industria y la reivindicación legitima de la España silenciada y traicionada”. No aceptarán menos.
Con esta postura queda claro que la jornada en Castilla y León transcenderá. Más cuando en diciembre caducó el pacto que sellaron en 2019, el Partido Popular con 29 procuradores y Ciudadanos con 12 para que Alfonso Fernández Mañueco mandara.
Pero ahora, con el declive de Ciudadanos al sólo lograr uno de esos curules, el reelecto presidente de las filas del PP enfrenta que las organizaciones compiten para llegar a los 41 procuradores de la mayoría del Parlamento regional, que tiene 81 escaños, y hacerse con los mandos de la Junta de Castilla y León.
‼ #URGENTE @juan_ggallardo "Tenemos el derecho y el deber de integrar el próximo gobierno de Castilla y León". pic.twitter.com/VCaUPXhMbV
— VOX 🇪🇸 (@vox_es) February 14, 2022
Un termómetro
Lo cumbre de este panorama es que la votación también se convirtió en un termómetro para medir la capacidad de liderazgo y la fuerza de Pablo Casado dentro del PP. Todo indica que se enfrió. Los resultados lo debilitan ante una “victoria ínfima y con el peligro de que pueda traer más perjuicios que beneficios”, porque “aun ganando dos escaños más, Mañueco será un presidente más debilitado que hasta ahora”, publica El Confidencial.
Hay apuro por torcer el impacto. Teodoro García Egea, secretario del PP, asoma la posibilidad de explorar otras vías de negociación, entre ellas una alianza con el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) que logró 35 curules —siete menos de los previstos— o los partidos de la llamada “España Vaciada” que juntos le arrebataron los puestos a los socialistas y quedaron distribuidos de la siguiente forma: Soria ¡Ya! con tres diputados, Unión del Pueblo Leonés también con tres diputados y Por Ávila que logró un escaño.
“Claro que lo contemplo, por supuesto”, indica García. De la misma manera, quiere ver “cuál es la voluntad del PSOE y la capacidad de llegar a un acuerdo”. “No lo descarto” dice.
Tampoco tiene más opciones en un cuadro donde hasta Unidas Podemos no solo no logró aprovecharse del descenso de los socialistas sino perdió uno de sus dos escaños en las Cortes dejando al partido de Pablo Iglesias en su continúa declive, a la espera del repunte de la plataforma promovida por la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, quien apenas asistió una vez durante la campaña a Castilla y León.
Para los socialistas, en todo caso, la jornada deja un poso agridulce: constatan su desgaste, pero al mismo tiempo contemplan cómo la alternativa no despega y se ve abocada a una problemática convivencia con la extrema derecha
Un rechazo multifactorial
El intento del Partido Popular de esquivar una alianza con Vox “no se trata de algo ideológico, pero pesan varios factores”, sostiene Antonio Ruiz, jefe de política de Huffington Post.
Al respecto, Ruiz enumera las consecuencias para las elecciones andaluzas previstas entre junio y octubre, la posible movilización de la izquierda ante la llegada de la ultraderecha para posteriores elecciones —pensando principalmente en las generales de 2023— y la imagen ante los socios europeos al ligar su futuro a un partido hermanado con Le Pen u Orban.
Sin embargo, las palabras de Egea ratifican “la ausencia de talento y la manifiesta falta de liderazgo” de Casado en una época y un lugar en que “hacen falta tipos con temple y arrestos” asegura el abogado y columnista de OK Diario, Álvaro Casados.
Quizá por ello, le reclama ya adelantar el congreso regional del partido para tomar las riendas en la capital. Haría bien que Pablo Casado sepulte el Egea team y forme un tándem con Ayuso o simplemente de un paso al costado porque Vox lo puede devorar.