
El recrudecimiento de la represión en Cuba, la detención arbitraria de los líderes de la disidencia y de cientos de participantes de las protestas pacíficas en la isla, incluyendo menores de edad, no existe para las bancadas del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), del presidente del gobierno Pedro Sánchez, y del partido fundado por su exvicepresidente segundo Pablo Iglesias, Unidas Podemos.
Ambas formaciones declinaron votar a favor de una resolución que condena la situación que enfrentan activistas como José Daniel Ferrer, Aymara Nieto y Guillermo Fariñas y denuncia el «exilio forzado» de Yunior García, dramaturgo promotor del grupo Archipiélago, quien llegó a Madrid después del 15N.
El Parlamento Europeo aprobó el documento con 393 votos a favor, 150 en contra y 119 abstenciones, en estas últimas figuran el PSOE y Podemos porque consideran que la conflictividad cubana es consecuencia de “ataques” de la derecha al acuerdo de Diálogo Político y de Cooperación, el marco que rige las relaciones de la Unión Europea con La Habana
Pero no es así. La postura del partido de Pedro Sánchez en la plenaria europea responde a intereses y hay abundante evidencia. España se juega en Cuba 900 millones de euros en exportaciones y 418 millones en inversiones. En este momento, operan en la isla unas 285 empresas españolas, según los datos del antiguo Instituto Español de Comercio Exterior (ICEX), adscrito al Ministerio de Industria, Comercio y Turismo.
De hecho, en 2019, antes de la pandemia, España se ubicaba como el tercer proveedor del país caribeño, solo por detrás de Venezuela y China y a distancia de otras naciones como Rusia, México, Italia o Argentina.
Así se entiende por qué la única asociación de empresarios extranjeros autorizada por las autoridades del régimen castrista es la Asociación de Empresarios Españoles en Cuba (AEEC).
Cooperación en seguridad
A la larga lista de máquinas, repuestos, alimentos, equipamientos eléctricos, suministros para agricultura, materiales de construcción y hostelería que transa la Moncloa con La Habana, habría que sumarle el hecho de que en los últimos dos años el gobierno socialista de Sánchez le vendió a Cuba al menos 50792 euros en armas de represión policial, según recoge la estadística española de exportación en «material de Defensa, de otro material y de productos y tecnologías de doble uso».
Aparte de esta operación, se envió un total de 1,2 millones de euros en un suministro relacionado con «propulsantes, productos pirotécnicos, combustibles y sustancias relacionadas. Percloratos, cloratos y cromatos, oxidantes, aglomerantes, aditivos y precursores».
El eurodiputado Hermann Tertsch, de Vox, sostiene que el partido de Sánchez, de José Luis Rodríguez Zapatero y del Alto Representante de la UE para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad y vicepresidente de la Comisión Europea, Josep Borrell, actúa como “embajador de la dictadura de Cuba en el parlamento”.
4. Se vuelve a votar una resolución sobre Cuba y una vez más, el partido de Borrell, Zapatero y Sánchez, el PSOE, ejerce de embajador de la dictadura en este parlamento. Sabemos que lo es por sus propias indiscreciones. Lo comprobamos cada vez que tenemos que hablarn de Cuba.
— Hermann Tertsch (@hermanntertsch) December 16, 2021
Inversiones por conveniencia
La acusación de Tertsch cobra aún más sentido frente al anuncio de que la cadena española Meliá abrirá dos nuevos hoteles en Cuba el próximo año, Sol Caribe Beach, en Varadero, y Meliá Trinidad Playa, en Sancti Spíritus. De esa forma la compañía contará en 2022 con 34 instalaciones en la isla y más de 14000 habitaciones.
Meliá firmó un acuerdo con la Comercializadora de Servicios Médicos Cubanos para incluir en sus hoteles “productos” de salud. El documento señala “masajes de diferentes tipos, terapias asociadas a la música, los aromas y el yoga, taichí, laserpuntura, relajación guiada y programas antiestrés”, que se ofrecerán en las instalaciones que la empresa gestiona junto al castrismo mediante un contrato de administración.
Durante la tercera Bolsa Turística del Grupo Gaviota –la compañía turística del régimen administrada por sus familiares que ocupa el número 55 del ranking de las 300 mayores cadenas hoteleras del mundo de la revista Hotels–, Gabriel Escarrer, director ejecutivo de Meliá, dijo que su compañía está comprometida en continuar los negocios que inició hace 31 años en Cuba, al convertirse en la primera en invertir en el sector dentro del país. Todo con el visto bueno de Pedro Sánchez.