El creciente rechazo de los bogotanos en contra del alza en la tarifa del sistema articulado de transporte TransMilenio tiene en vilo al actual alcalde de Bogotá, Enrique Peñalosa. El mandatario, quien introdujo el sistema de transporte en la capital colombiana, aún no ha podido superar las deficiencias del servicio.
Con la reciente renuncia de Alexandra Rojas como gerente del sistema se cumplió un ciclo de 2 años difíciles para el principal medio masivo de transporte en Bogotá. Según el Distrito, a la fecha se han implementado más de 731 ajustes operacionales al sistema, tales como la creación de rutas, ampliación de horarios de servicio, mejoras en las estaciones, control y vigilancia para aquellos que usan el servicio sin pagar.
El anuncio del alza en el servicio de transporte no cayó bien entre los usuarios del sistema, se espera que esta semana el Distrito expida el decreto para que se empiece a aplicar la modificación en la tarifa de TransMilenio y respectivamente en los buses del Sistema Integrado de Transporte (SITP). El precio que regirá para este 2018, será de $ 2300 COP (USD $ 0.75) para Transmilenio y $2.100 COP (USD $ 0.68) para SITP, al que sólo le faltan las firmas del alcalde Peñalosa y del secretario de Movilidad, Juan Pablo Bocarejo, para que entre vigencia.
La evolución de los precios del pasaje desde 2013 fue así: 2013 $1700 COP (USD $ 0.55); 2014 $1800 COP (USD $ 0.63); 2015 $1800 COP (USD $ 0.63); 2016 $ 2000 COP (USD $ 0.70); 2017 $2200 COP (USD $ 0.77).
En la administración Peñalosa se ha aumentado en $500 COP (USD $ 0.18) el Transmilenio y en $600 COP (USD $ 0.21) el SITP.
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La salida de Rojas en un momento en el que vienen cambios estructurales en la entidad, evidencia un mal síntoma. En menos de seis años TransMilenio ha tenido cinco gerentes encargados, tras la renuncia de Rojas, Gustavo García quedará en el cargo.
“Agradezco a Alexandra Rojas la gran gestión que hizo como gerente de TransMilenio: avanzamos en las grandes transformaciones que tendrá el sistema”, dijo el alcalde Peñalosa en su cuenta de Twitter, quien según la salida de la gerente ya estaba “pactada”.
Según RCN Radio el incremento de la tarifa, obedece a un déficit que tiene TransMilenio en más de 600 mil millones COP (USD $ 196.000.000) luego de haberse modificado en la administración pasada de Gustavo Petro. La rebaja populista que Petro realizó en 2012 resultó insostenible, creando un fuerte impacto financiero que ahora tiene el sistema. Desde hace dos años la propia empresa (TransMilenio) en varios estudios le ha dicho al Distrito con urgencia llevar a cabo incrementos leves en la tarifa del pasaje. En la búsqueda de reparar los efectos ocasionado en la administración de Petro, Peñalosa ha buscado reparar ese daño, aunque no de manera directa así como ha aconsejado los estudios del sistema.
En 2012, la administración de Petro emitió el siguiente lema cuando decreto la rebaja, “la historia del transporte de la ciudad escribe una nueva página”, era la primera vez que se reducía la tarifa del pasaje en el transporte masivo. El pasaje de Transmilenio tenía un valor en horas pico de $ 1.700 COP (USD $ 0.55), mientras en las horas valle era de 1.400 COP (USD $ 0.46).
La gerencia del TransMilenio tiene dos razones para sugerir el aumento en la tarifa: por una parte, la inflación y por otra evitar que el recaudo pierda valor adquisitivo. Por su parte, los usuarios han señalado que el precio no refleja la calidad del servicio, ademas de golpear fuertemente con relación al salario mínimo de 2018, $781.242 COP (USD $ 274).
Hasta ahora, para el sistema articulado sigue pendiente la eliminación provisional del SITP y su integración definitiva (transporte que depende del 30% de las rutas zonales de la ciudad).
Además de la pendiente renovación de la flota de buses de las fases I y II de TransMilenio y la ampliación de troncales y la construcción de otras nuevas. Igualmente se espera el estudio anunciado en 2016 para medir el costo para el sistema de los usuarios que no pagan el servicio.
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Según la Silla Vacía, la recaudación proveniente de los pasajes que pagan los usuarios del servicio es del 5,5%. El dinero restante es destinado al concesionario de recaudación equivalente al 9% y a los operadores de los buses un 85.5%.
Por otra parte, la satisfacción del servicio sigue de mal en peor, según la reciente encuesta de percepción ciudadana de 2017, solo un 19% lo aprueba. Esto quiere decir que, apenas uno de cada 5 usuarios está satisfecho usando el sistema articulado.
Asimismo, el 10% considera que el servicio ha mejorado, 2 puntos menos que en 2016. Los usuarios que consideraron que sigue igual equivalen al 30%. Según el informe de percepción del mismo año, un 83% considera que TransMilenio es inseguro.
A Enrique Peñalosa no le ha quedado fácil defender TransMilenio ante las continuas quejas de los usuarios por el servicio del transporte masivo en la capital colombiana. Uno de los retos para este año es justificar el alza en un mejor servicio, sin embargo, las criticas desde varios sectores continúan.