El debate público está en su punto más bajo. Hay mucho debate, especialmente sobre política y moral. Pero está generando más calor que luz.
La gente de todos los bandos está frustrada con sus oponentes. “¿Por qué no ven la luz?”
Para cualquier interlocutor, una posible respuesta es que la persona no está buscando realmente la iluminación. En ese caso, tratar de compartir con él la luz que tengas es inútil. La iluminación no se puede imponer a otro contra su voluntad.
Pero otra posibilidad es que la otra persona no esté buscando la iluminación en ti específicamente, porque no ve que tengas mucha luz que ofrecer.
Como escribió Leonard E. Read
“Ninguna persona buscará conscientemente la luz de quien no la tiene”.
Read señaló que los que buscan la iluminación se sienten atraídos por los maestros que manifiestan maestría. Y la maestría es una consecuencia de la dedicación a la auto-iluminación. Read citó a San Agustín como ejemplo:
“San Agustín es un ejemplo de ello. Profundamente contemplativo e introspectivo, experimentó percepciones y comprensión que superan con creces las de la mayoría de las personas. Empeñado en su propia mejora, en la expansión de su propia conciencia, se convirtió en un maestro de la exposición; es decir, aprendió a explicar la verdad que llegaba a sus manos. En numerosos escritos, entre ellos sus Confesiones, puso a disposición de los demás lo que primero había hecho suyo. Hoy, más de quince siglos después, ¡ésta es una de las autobiografías más compradas! Aquí observamos que el poder de atracción se extiende notablemente en el tiempo”.
Busca mejorar tu propia comprensión a través del estudio y la reflexión. Y compartir tu comprensión con los demás principalmente para mejorar la tuya (formulándola y poniéndola a prueba), no para arreglar la de ellos.
Cuanto más lo hagas, más atraerás a los auténticos buscadores de la iluminación como maestro por tu evidente maestría y dedicación a la verdad. Lo mejor que puedes hacer para ayudar a la iluminación de los demás es, en primer lugar, atender a tu propia luz. sentirán atraídos por tu luz para compartirla.
Read cerró una de sus conferencias diciendo:
“Si quieres hacer surgir la percepción de los demás, la fórmula es sencilla: sólo tienes que ver cuánta iluminación puedes adquirir y compartir”.
En este contexto, a Read le gustaba citar una antigua máxima inglesa:
“Es la luz la que hace surgir el discernimiento”.
Publicado originalmente en la publicación Substack de Dan Sánchez “Civilízate“. Luego en FEE.org