Si hablamos de cortes de carne, de fútbol y de economía, nadie mejor que Gustavo Lazzari para comprender y desmenuzar las cuestiones. En una nueva videoentrevista del PanAm Post, “Lacha” repasó el fenómeno de Lionel Messi, su impacto en nuevos mercados ante la llegada a los Estados Unidos, sin dejar de lado el particular momento de la economía argentina.
Es común cuando un jugador estrella arriba a un nuevo equipo o país que se genere un boom alrededor de todo lo que es el mercadeo deportivo. Además de las suscripciones a las transmisiones oficiales, se multiplican las ventas de remeras y todo lo que tiene que ver con el astro y el nuevo club. Sin embargo, el arribo de Lio a Miami, además de todo eso que lógicamente lo hizo, terminó teniendo externalidades inéditas hasta este momento en el mundo del fútbol, que de a poco se hace un lugar en el gigante del norte.
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Es que, en Miami y alrededores, se multiplicó exponencialmente el consumo de carne y la demanda del producto importado de Argentina. Este fenómeno se debe a que en todos los sitios donde se transmiten los partidos del Inter, se puso de moda el asado argentino. El sector gastronómico explotó y con él el consumo de los cortes argentinos.
Como ya se confirmó con los primeros datos oficiales, por ahora la oferta no alcanza para abastecer a los comercios y al público que quiere mirar los partidos de Messi comiendo un bife de chorizo o un asado de tira.
Conversamos de todo esto con uno de los mayores entendidos, tanto en materia de comercio cárnico como de economía, pero también de la pasión por el fútbol.
En diálogo con PanAm Post, Lazzari indicó que este patrón de comportamiento en el mercado tiene una explicación que es la denominada “asociación de marcas”. En su opinión, la marca Messi se está metiendo en el mercado nortemariccano y se asocia automáticamente a la marca Argentina. Es decir, Messi y Argentina, carne. Es por ello que el consumidor termina por adquirir los productos vinculados de manera intrínseca.
Sin embargo, en lo que respecta al Gobierno nacional, las prácticas que conlleven al éxito de la denominada marca Argentina no son cuestiones que ejecuten con regularidad, lo que ha hecho que claramente la economía del país se encuentre inmersa en una crisis severa.
Para ilustrar el nivel de productividad que posee Argentina y se desaprovecha casi de manera sistemática por el Estado, Lazzari recordó la jocosa anécdota del apoyo que recibió la oncena albiceleste en el mundial de Catar en 2022. Al respecto expresó lo siguiente:
“Si en la época del mundial, Argentina le vendía a la fanaticada de Bangladesh tan solo un churrasco, ya sea de pollo, carne o cerdo, en un año eso daba la plata que Sergio Massa iba a pedir a China. Un mercado de 168 millones de habitantes. Nunca hicieron los gobiernos argentinos esta asociación del fútbol argentino como vector de exportación en ‘N’ mercados. Acá se dio espontáneamente y el gobierno en lugar de incentivarlo, termina por casi quebrar la industria”.
Con ello, el empresario y economista acentúa el hecho de que el incentivo de exportación en Argentina es tan bajo que no permite maniobrar a quienes quieren tener su propia empresa, ya sea pequeña o mediana. “En Argentina no es atractivo hacer una empresa, hay 600.000 compañías hace 10 años, no puede no crecer el número de empredimientos”.
La pregunta prácticamente obligada luego de este balance es: ¿Por qué no crece la industria?, porque es más fácil hacer otra cosa, que iniciar un negocio. De hecho, según el economista liberal, el empleo público subió 28 % y el empleo privado bajó 4 %, una clara muestra de cómo el paternalismo sigue carcomiendo a la sociedad.