Buenos Aires, 5 jun (EFE) – El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, realizará este jueves su primera visita de Estado a Argentina, donde abordará con Mauricio Macri una densa agenda de asuntos bilaterales y regionales, tanto políticos como comerciales.
El viaje de Bolsonaro, quien asumió la Presidencia de su país el pasado 1 de enero, estará marcado por una apretada agenda de actividades y por las protestas que en su contra han convocado en Buenos Aires por movimientos políticos, sociales y sindicales de izquierda.
En horas de la mañana, tras dejar una ofrenda floral en el monumento al general José de San Martín, prócer de la independencia suramericana, Bolsonaro se reunirá a solas con Macri en la Casa Rosada, sede del Ejecutivo argentino.
La agenda de los mandatarios abarcará asuntos bilaterales, con énfasis en la cooperación en defensa, ciencia y tecnología, energía y minería, entre otros temas, y aspectos de la realidad regional, que incluyen la situación del Mercosur (bloque integrado por Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay) y la crisis venezolana.
En relación al Mercosur, actualmente presidido por Argentina y cuya titularidad pasará a manos de Brasil en julio, sus miembros apuntan a un proceso de modernización del mecanismo de integración, que logre reducir las barreras comerciales.
También serán analizadas las negociaciones entre el Mercosur y la Unión Europea para un acuerdo de libre comercio, conversaciones que llevan dos décadas, pero en las que se han logrado “avances muy fuertes” en las dos últimas rondas de negociación, según aseguro el pasado lunes el canciller argentino, Jorge Faurie.
Sobre Venezuela, portavoces oficiales consultados en Brasilia dijeron a Efe que Argentina y Brasil, miembros del Grupo de Lima, tienen “la misma sensibilidad” y el mismo “deseo” de que “haya una normalización democrática” en ese país, mediante comicios libres que pongan fin al Gobierno de Nicolás Maduro.
“Maduro no es quien manda. Maduro es hoy un fantoche en Venezuela (…). Tiene que haber una fisura en la cúpula del Ejército venezolano. Hasta que eso no suceda, no se acaba ese asunto”, dijo Bolsonaro en una entrevista publicada el pasado sábado por el diario argentino La Nación.
Macri, quien visitó Brasil el pasado 16 de enero, y Bolsonaro mantendrán luego una reunión ampliada con ministros de sus gabinetes y después harán una declaración ante la prensa, sin lugar a preguntas de los periodistas.
El presidente de Brasil se reunirá posteriormente con las autoridades del Congreso y de la Corte Suprema de Justicia, tras lo cual participará en el Museo del Bicentenario de un almuerzo ofrecido por Macri.
A media tarde, Bolsonaro cerrará un seminario de la industria de la defensa en la sede de la embajada de Brasil en Buenos Aires y luego se reunirá con empresarios en un hotel capitalino.
Mientras tanto, en la Plaza de Mayo, frente a la Casa Rosada, las organizaciones de la iniciativa “Argentina rechaza Bolsonaro” darán inicio a las protestas contra el mandatario brasileño, a quien acusan de hacer una “continua apología a la tortura y a la discriminación”.
Fuentes oficiales brasileñas consultadas por Efe restaron importancia a las protestas al señalar que “las manifestaciones son normales en una democracia”.
Bolsonaro llega a Argentina en momentos en que el clima político local se ve agitado por la definición de candidaturas de cara a las primarias de agosto, en las que se definirán qué candidatos quedan habilitados para competir en las presidenciales de octubre.
Días atrás, el jefe de Estado brasileño dijo que espera que los argentinos elijan “un candidato de centroderecha” y advirtió sobre el “riesgo” de la vuelta al poder del kichnerismo.
La visita de Bolsonaro se produce además en un momento crítico para Argentina, la segunda mayor economía de Suramérica después de Brasil y sumida en una recesión que lleva algo más de un año, con altos índices de inflación.
Argentina ha registrado en los primeros cinco meses de este año un saldo positivo de 211 millones de dólares en sus intercambios con Brasil, su mayor socio comercial.
Sin embargo, se han encendido las luces de alerta por en mayo, luego de cinco meses de superávit en la balanza comercial con Brasil, Argentina registró un rojo de 127 millones de dólares, un resultado que le hace temer volver al déficit por 4.282 millones de dólares obtenido en 2018.