Es muy frecuente escuchar en un gran número de jóvenes – y en adultos también – las peculiares frases “Esto no es socialismo”, “Yo quiero un socialismo como en Canadá, Noruega y los países escandinavos”, “En Dinamarca si hay socialismo”.
Preocupa que se hagan eco de semejantes afirmaciones con tal convicción, pues de esa forma contribuyen de manera inconsciente a la materialización del socialismo que muy posiblemente no conocen. Este fenómeno es producido por la constante propaganda y dialéctica empleada en discursos políticos por parte de aquellos – MUD/PSUV – quienes conocen el verdadero significado de esta ideología engendrada en 1848 por Karl Marx y Frederick Engels en el Manifiesto del Partido Comunista y la Ideología Alemana; aprovechando el desconocimiento reinante en el tema en amplios sectores de la nación para disfrazar sus intenciones y de manera repentina someter al país a la más cruel barbarie.
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Lo anteriormente expuesto se refleja en la realidad nacional, pues desde 1958 hasta el presente, múltiples han sido los intentos – tanto por la fuerza como por vías “electorales” – para instaurar el socialismo. De cara a nuestra historia, es importante reconocer a título teórico y práctico lo que engloba dicha ideología; veamos entonces porqué es un garrafal error afirmar que en los países anteriormente nombrados hay socialismo, para evitar que sigan engañándonos y así conducirnos a la miseria total:
- La forma de Estado de esos países son monarquías constitucionales. El comunismo busca abolir al Estado por ser éste “instrumento de opresión al servicio de la burguesía para explotar al proletariado”.
- En esos países existen claras figuras jerárquicas: El Rey, el Primer Ministro, el Parlamento y demás órganos e instituciones; en los que las credenciales y el mérito son requisitos fundamentales para alcanzar cargos en ese Estado. El socialismo busca la sociedad sin clases, donde el ascenso por esfuerzo y mérito es visto como una práctica burguesa que rompe con su vilipendiada igualdad.
- En esos países hay claros y diferenciados roles sociales en los que cada quien ocupa su lugar de forma armónica. Esto se traduce en industrias muy prosperas y crecidamente competitivas, un agro plenamente desarrollado que permite alimentar de manera óptima y de calidad a sus habitantes, y una Educación de vanguardia que no solo estimula la investigación para desarrollar nuevas e innovadoras tecnologías; sino que educa para formar ciudadanos altamente conscientes que continúen por esa senda de prosperidad, bienestar y desarrollo. El socialismo alimenta el resentimiento y el odio exaltando al proletariado a tomar de forma violenta los medios de producción – fabricas e industrias – , y una vez tomados, quebrar la producción para generar abundante miseria y continuar con el eterno ciclo de la espuria lucha de clases, atribuyéndole su perenne fracaso al rico burgués, lo que según su lógica justifica su “infortunio”.
- En esos países los presupuestos nacionales destinados a la Educación son elevados, constituyen aproximadamente el 7,7% de su PIB según datos del Banco Mundial para el año 2013. En el socialismo el presupuesto en este importante sector es ínfimo al punto de poca demanda educativa, generando conformidad y apatía en los ciudadanos.
Sería contradictorio afirmar la existencia del socialismo en esas latitudes puesto que, según lo afirma Karl Marx en el Manifiesto del Partido Comunista, capítulo II Proletarios y comunistas, estos serían los pasos para materializarlo:
- Expropiación de la propiedad territorial y empleo de la renta de la tierra para los gastos del Estado.
- Fuerte impuesto progresivo.
- Abolición del derecho de herencia.
- Confiscación de la propiedad de todos los emigrados y sediciosos.
- Centralización del crédito en manos del Estado por medio de un Banco nacional con capital del Estado y monopolio exclusivo.
- Centralización en manos del Estado de todos los medios de transporte.
- Multiplicación de las empresas fabriles pertenecientes al Estado y de los instrumentos de producción, roturación de los terrenos incultos y mejoramiento de las tierras, según el plan general.
- Obligación de trabajar para todos, organización de ejércitos industriales, particularmente para la agricultura.
- Combinación de la agricultura y la industria, medidas encaminadas a hacer desaparecer gradualmente la oposición entre la ciudad y el campo.
- Educación pública y gratuita de todos los niños; abolición del trabajo de éstos en las fábricas tal como se practica hoy, régimen de educación combinado con la producción material.
Volviendo al caso de Venezuela; ESTO SI ES SOCIALISMO porque siguiendo el libreto de su manifiesto se ha hecho:
- Expropiación de la propiedad privada.
- Altos impuestos al sector privado empresarial, así como también a la clase media mediante el impuesto sobre la renta.
- La banca está monopolizada por el régimen a través de testaferros para dar la sensación que existe una sólida banca privada.
- Las fábricas que anteriormente eran productivas han sido tomadas por el régimen llevándolas a la quiebra.
- Los medios de transporte han sido tomados por el régimen.
- Centralización de las empresas y principales cadenas de distribución de alimentos en manos del régimen.
- Las Fuerzas Armadas han sido despojadas de su función y esencia – defensa de la soberanía nacional – para convertirlas en una montonera al servicio del régimen o dicho de otra manera: En el ejército industrial.
- La educación solo ha sido una forma de adoctrinamiento para aceptar sumisamente la ideología y formar adeptos que no cuestionen y perpetúen su tiranía.
Los resultados de estos pasos se evidencian en los millones de jóvenes profesionales universitarios que se marchan del país porque las posibilidades de prosperidad y realización se ven cada vez más menguadas, también en la carencia de medicamentos para tratar enfermedades como el cáncer, la alta mortandad por actividad delictiva, las interminables colas para conseguir comida y la galopante inflación. Estas son las pruebas tangibles del fracaso y opresión que significa este credo y nada cambiará si los que dicen llamarse “oposición” al régimen socialista toman el poder político, porque son afines ideológicamente y comulgan con la misma cosmovisión del mundo.
Derivaciones claras de esta doctrina, como son socialdemocracias, socialcristianismos, socialismo del siglo XXI u otros, utilizan nuevas técnicas para instaurar de forma casi desapercibida su matriz primigenia, disfrazando a la nación venezolana los riesgos y peligros que comporta. De esta manera los profetas del marxismo utilizan el poco conocimiento que posee la juventud venezolana en torno a esta doctrina, para confundirla, arrearla y hacerla corear consignas a favor, combinado con el excelente uso de la semántica en la que hacen ver la calidad de vida como sinónimo de socialismo; para ellos – los profetas del socialismo– generar falsas expectativas para ocultar sus intenciones y adornar sus nefastos resultados.
Frente a estas circunstancias en las que la ingenuidad y desconocimiento conllevan a la severa amenaza y destrucción del desarrollo de la nación, es imperativo reformular los métodos y técnicas para contrarrestar la aniquilación del desarrollo, la libertad y la grandeza nacional. Ya no es una lucha frontal como otrora lo fue, su camino de destrucción ahora se manifiesta a través de la mentira, el engaño, la moda de palabras vacías, el tráfico de esperanzas encarnado en personajes que de manera “simpática” y de forma insolente exigen a la nación a aceptarla mediante circos electorales bajo chantajes o culpas por acciones u omisiones con claras intenciones: Perpetuar el socialismo y turnarse en el poder para someter e infundir el terror en todas sus manifestaciones imaginadas e inimaginables.
Es innegable que esa ideología que parecía caduca, aprovechándose de la inopia, ha mutado y sigue viva posándose sobre toda Venezuela, sembrando a su paso muerte, hambre, miedo, sumisión, desesperanza, oscuridad y tinieblas. La forma de lucha más efectiva es leer, estudiar, cuestionar, debatir, desobedecer y establecer un quiebre del sistema en el que se establezca un nuevo paradigma: El Nacionalismo Venezolano y el Ideal del Bien Nacional, que todo sea por Venezuela y su mejor destino.
Nelson Ramírez Zabala nació en Venezuela, es Licenciado en Ciencias Políticas con mención en politología (Filosofía Política). Cuenta con un Postgrado en Procesos y sistemas electorales.