Siempre que hablamos del déficit fiscal de los gobiernos, tomamos como referencia la comparativa entre el dinero que toman prestado cada año y el PIB. Este criterio, generalizado en la Contabilidad Nacional de las Administraciones Públicas, choca con la realidad de cualquier empresa o familia. Al fin y al cabo, cuando el sector privado tiene un agujero presupuestario, lo más habitual es expresarlo como una comparación entre ingresos y gastos.
¿Qué pasaría si aplicásemos ese razonamiento a las cuentas de los gobiernos? Ese es el ejercicio que han realizado Foro Regulación Inteligente, de España, e Institut Économique Molinari, de Francia. Ambas instituciones han tomado como referencia a los casi treinta países miembros de la Unión Europea y han calculado cuántos días de gasto público se cubren con ingresos fiscales y cuántos se sufragan emitiendo deuda.
El resultado es de lo más llamativo. Fijémonos primero en los gobiernos centrales. En Francia, los recursos de la Administración central se agotaron el 7 de noviembre, de modo que todo el gasto hasta 2018 se pagará con bonos del Tesoro.
No le va mucho mejor a España, cuyo gobierno nacional alcanza el Día de la Deuda el 11 de noviembre. En el extremo opuesto aparecen países como Alemania o Suecia. Sus gobiernos centrales no solo cubren todo el gasto anual sin endeudarse, sino que registran un leve superávit que les permite reducir la deuda pública.
Cierto es que, gracias a las medidas de “austeridad” aplicadas en los últimos cinco años, el Día de la Deuda llega ahora un poco más tarde. Para las Administraciones nacionales, el promedio europeo en 2009 era de 72 días financiados con deuda, mientras que en la actualidad hablamos de unos 25 días de gasto deficitario.
Hasta aquí los gobiernos centrales, pero ¿qué hay del resto de capas de la Administración? ¿Y de la caja de la Seguridad Social? Si incorporamos la totalidad de ingresos y gastos del Estado, el saldo global más negativo es el de España, que registra un saldo negativo de 39 jornadas y, por tanto, alcanza su Día de la Deuda el 23 de noviembre. El promedio comunitario arroja un saldo negativo de 13 días, de modo que el Día de la Deuda llegaría a la Unión Europea el 19 de diciembre.