El día de ayer, en conmemoración al día de la Juventud, el movimiento estudiantil venezolano convocó a una serie de marchas a nivel nacional, y en específico, a una marcha en Caracas desde Plaza Venezuela hasta la Fiscalía, con el fin de exigir la liberación de los estudiantes tachirenses que se encuentran presos en Coro. Leopoldo López ha aprovechado la “ausencia” de Henrique Capriles del foco político para él brillar un poco, y quien sabe, capaz hasta convertirse en el nuevo líder de la oposición.
Sin embargo, los creadores del movimiento #LaSalida, Leopoldo López y María Corina Machado, y su más reciente adición, Antonio Ledezma, no perdieron tiempo en tomar control de la tarima, desplazando así el frágil liderazgo de los estudiantes y dirigiéndose al público presente en Plaza Venezuela antes de comenzar a marchar.
La estrategia de los dirigentes de #LaSalida estuvo muy clara. Un movimiento que empezó sin fuerzas, con pocos adeptos, decidió apoderarse del musculo de la oposición, los estudiantes. Debemos recordar que el movimiento estudiantil ha sido el único que ha logrado una victoria significativa en las urnas electorales contra el régimen chavista.

Las intervenciones de Machado, Ledezma y López apuntaron a despertar un sentimiento de lucha en las personas. López finalizó su discurso con una juramentación obligada de los presentes a comprometerse por la lucha en Venezuela. Pero una vez más, no hay propuestas, sino el mismo discurso de la oposición del 2002.
Repasando los eventos del día de ayer, toda la movilización hasta la fiscalía se llevó a cabo con tranquilidad. Si llamó la atención el hecho de que no hubiese efectivos de la guardia nacional ni de los cuerpos policiales resguardando la marcha como se acostumbra, pero si los “líderes” no sintieron la necesidad de alarma, ¿por qué habríamos de tenerla los que estábamos presentes?
Tras llegar a la Fiscalía, tuvimos que esperar un largo rato para ser atendidos por los funcionarios. Una vez que nos recibieron, todos dimos por culminada la actividad. Lo que pasó después de esto fue repugnante.
Mientras la movilización se estaba empezando a dispersar, grupos armados afectos al gobierno hicieron acto de presencia y empezaron su usual rutina de amedrentamiento en contra de la oposición. Como era de esperarse, un grupo de estudiantes, molestos e indignados, decidieron enfrentárseles lanzando piedras y armando barricadas con lo que pudiesen encontrar.
Pero esta vez, las cosas fueron diferentes. Los efectivos del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (SEBIN) y otros cuerpos de seguridad del gobierno arremetieron en contra de los estudiantes, disparando a matar, a jóvenes que corrían en busca de refugio al escuchar las detonaciones. Como si se tratase de temporada de caza, en los diferentes videos se puede apreciar cómo los efectivos de cuerpos de seguridad del Estado disparan hacia venezolanos desarmados, sin importar las consecuencias. Una vez que matan al primer estudiante, casi como si hubiese sido la orden, se retiran calmadamente para darle paso al equipo antimotines de la Policía Nacional Bolivariana.
Lo que se ha venido desencadenando después de esto ha sido una serie de protestas esporádicas a lo largo y ancho del país. En medio de la indignación y la tristeza de ver a compañeros caídos se está despertando un gigante que es el movimiento estudiantil.
En la facultad de ingeniería de la Universidad Central de Venezuela (UCV), grupos afectos al gobierno lanzaron una bomba lacrimógena en el edificio de Sanitarias. Mientras veían correr a los estudiantes y profesores, los antisociales repetían en coro “Para que aprendan que a este gobierno lo defiende el pueblo arrecho y armado”.
El día de hoy estaba prevista una asamblea de estudiantes en la Facultad de Arquitectura de la UCV, cuando grupos violentos afectos al gobierno entraron armados y agredieron a hombres y mujeres por igual, intensificando su violenta presencia en la casa de estudios con el único fin de amedrentar y aplacar cualquier protesta que pueda llevarse a cabo.
Una oposición dividida
Lo triste de todo esto es que la fractura en la oposición es evidente. Henrique Capriles nunca fue parte de esta iniciativa de #LaSalida, sin embargo eso no impidió que asistiera a la concentración. Capriles apareció en Plaza Venezuela minutos antes de iniciar la marcha y ni siquiera se montó en la tarima para dar el esperado discurso como hicieron Machado y López. Por el contrario, comenzó a caminar y sin intención expresa, a liderar la marcha, mientras que los dirigentes políticos quedaron en la tarima, dando un discurso a una audiencia cada vez más reducida.
Si los creadores de #LaSalida, pretenden tomar las riendas de la oposición, van a tener que ganarse la confianza de todos y no sólo de algunos líderes estudiantiles para poder coordinar. Hay que ir más allá del discurso repetitivo de Leopoldo y María Corina, de tomar calles y asambleas ciudadanas. Al final del día, ¿qué es la salida? Recordemos que la calle no es más que un recurso, pero no la solución. Si lo fuese, este régimen hubiese sucumbido hace muchos años.

Lo sucedido el día de ayer refleja lo peligroso que es no tener una estrategia política clara y tener agendas ocultas. No se le puede pedir a una población que está cansada de los atropellos salir a tomar las calles como si nada, y arrojar al final del discurso “de manera pacífica”. Este tipo de acciones deben tener un fin y un propósito tangible para que las situaciones no se salgan de control.
Hasta cierto punto pareciera que #LaSalida tiene como estrategia la desorganización y falta de claridad en sus objetivos.
A muchos venezolanos les cuesta confiar en #LaSalida y lo que sea que pueda ofrecer porque hasta ahora pareciera que son los mismos políticos manipulando a estudiantes y jugando con los problemas del país, todo con el fin de robar un liderazgo que no ganaron en un primer lugar. Los estudiantes detenidos, agredidos y asesinados, y todos aquellos venezolanos diarias víctimas de la dictadura en este país, necesitan un liderazgo conformado por algo más que videos, panfletos y discursos reciclados.