EnglishSegún informó el Boletín Oficial el pasado lunes en la Resolución 226, habrá un nuevo cuadro tarifario para los argentinos a raíz de la quita de subsidios del 20% en materia de gas natural y agua potable. Los nuevos valores dependerán del ahorro del consumo de este servicio con respecto al bimestre del año pasado.
Cristina Kirchner, presidenta de la Argentina, anunció a través de su Facebook que la reducción de la ayuda estatal en las tarifas de estos servicios se debe a una “tarea de equidad”. También excusó a su marido y expresidente de este país por haber comenzado con la política de subsidios ya que “era necesario inyectar consumo a la sociedad”. Ahora, alega ella, las personas han conseguido trabajo y cobran mejores salarios.
Las nuevas tarifas de gas, que regirán a partir de este mes, contemplan diferentes valores según la zona geográfica donde se viva y el consumo el usuario logre ahorrar. Así, las tarifas se diferenciarán según aquellos que ahorren más del 20% de su consumo con respecto al mismo período de 2013, los que ahorren entre un 5% – 20% y los que vivan en zonas con implicaciones climáticas.
De esta manera, no recibirán la quita de subsidio aquellos que ahorren el 20% o más de su consumo (es decir, solo recibirán el aumento de la tarifa general, pero no el aumento adicional por quita de subsidio). La quita tendrá un impacto parcialmente menor para los que rondan el ahorro entre el 5% y el 20%.
Según la disposición oficial, “resulta oportuno contemplar un esquema que procure un consumo racional del gas, incentivando el ahorro para generar un uso responsable y eficiente de los recursos y, en tales términos, se prevé el otorgamiento de beneficios para todos aquellos consumidores residenciales y comerciales de servicio completo que reduzcan su demanda”.
Tarifazo, ¿sí o no?
Axel Kicillof, ministro de Economía, y Julio de Vido, ministro de Planificación, repitieron deliberadamente que esta disposición no era un tarifazo.
El joven Kicillof retrucó: “No es un tarifazo, sino una reducción de subsidios diferencial: al que menos consume se le reduce un 20% y al que más consume un 80%”. Explicó que la medida anunciada “no es para conseguir caja (para los ingresos públicos) y menos aún ajustarle a nadie”.
Sin embargo, la realidad es que un usuario que paga una de las tarifas más bajas de gas, supongamos $20 pesos por bimestre —un 27% del total de usuarios— se le subsidiará aproximadamente $8 pesos menos en abril, $6 pesos en junio y finalmente otros $6 pesos menos a partir de agosto. De esta manera, ese usuario tendrá un aumento del 100% en la tarifa, y luego de agosto tendrá que pagar $40 pesos.
Así sucederá que un consumidor de la provincia norteña de Tucumán, podrá pagar, si no disminuye su consumo, un 765% más de lo que pagó el año pasado. Este hecho contrasta con lo que comentado por los oficialistas, quienes advirtieron “solo” subas de un 284%.
Por el lado de las tarifas de agua, administrada por la estatal AySA, los porcentajes de las subas serán de entre un 170% al 406%.
Para el analista económico Iván Cachanosky, ahora es el peor momento para hacer este ajuste. “Podrían haberlo hecho antes cuando la inflación no pegaba tanto a la gente. Ahora es el peor momento. No lo hicieron, estimo, por imagen política. Y ahora lo tienen que hacer porque el gasto se les fue de las manos y la presión tributaria está al límite, la emisión también está al límite (porque sino se les escapa la inflación)”, comentó el argentino. Para él, es solo una cuestión de retórica demagógica el hecho de que no califiquen la medida como un “tarifazo”.
¿A dónde va a parar el excedente?
Según los ministros, “lo que se genere de facturación adicional se destinará, íntegramente, a cubrir gastos de transportadoras y distribuidoras, como así también habrá reasignaciones para profundizar los planes de Asignación Universal por Hijo y Progresar”.
Sin embargo, existe escepticismo con respecto a las consecuencias de esta quita. Para Cachanosky, “puede ser que esa plata en verdad ya se la gastaron entonces si dejan de subsidiar, alguien tiene que pagar extra (el ciudadano de a pie). Y dejando de pagar esta quita, se ahorran aproximadamente 10.000 millones de pesos en el año”.
Para la revista The Economist, la Argentina estaría retomando el camino a la normalidad con un sinceramiento de la agencia oficial de estadísticas, la devaluación oficial y la “redirección” del 20% de los subsidios del agua y del gas en planes sociales. Sin embargo, según el artículo, esta quita del 20% de los subsidios traerá un efecto desagradable sobre la inflación, la cual ya había recibido un empujón a causa de la devaluación emitida en enero.
Para el analista de la Fundación Libertad y Progreso, Iván Carrino, esto parecería no ser el caso pues “eliminar subsidios no afecta en nada el mercado monetario y es allí donde deben buscarse las causas de la inflación”.
Carrino continúa su análisis: “Por otro lado, si la reducción del subsidio implica una reducción del gasto público (no parecería ser el caso), entonces implicará que el gobierno deberá recurrir menos al Banco Central para que este imprima billetes y financie el déficit. Si este fuera el caso, la eliminación de los subsidios sería, en realidad, ¡una herramienta crucial para reducir la inflación!”
“Necesitamos seguridad jurídica”
Christophe De Margerie, presidente de Total, la mayor productora de gas en el país, comentó al diario argentino Clarín, que es necesario que el gobierno de Kirchner le de acceso a los dólares para seguir invirtiendo en la provincia austral de Tierra del Fuego. También reclamó al gobierno argentino mayor seguridad jurídica y precios para continuar trabajando en Vaca Muerta —yacimiento de gas y petróleo ubicado en el sudoeste argentino.
La compañía con sede central en París, había anunciado el año pasado una inversión en Argentina de US$1.000 millones para desarrollar otra área en la provincia fueguina. Sin embargo, el Presidente y exjefe de la filial en Argentina, expresó: “Necesitamos tener acceso al mercado de divisas para invertir en los proyectos mayores de Tierra de Fuego,y así permitir la producción de nuevos recursos de gas para satisfacer la demanda doméstica argentina de gas”.