En un contexto de crisis económica y política, las instituciones brasileras pusieron fin al gobierno de Dilma Roussef.
Rousseff fue destituida el 31 de agosto de 2016 debido a la transferencia ilegal de recursos del Banco de Brasil a programas sociales. Desde entonces, Michel Temer, hasta entonces vicepresidente de Rousseff, se convirtió en presidente del gigante Latinoamericano. A pesar de que Temer lleva apenas cinco meses de gobierno, varios escándalos de corrupción y de declaraciones desafortunadas han puesto sacudido su gobierno. En estos cinco meses de gobierno, Temer ha perdido seis de sus ministros. Otros dos ministros más son investigados por presuntos actos de corrupción e improbidad administrativa. En el PanAm Post le presentamos algunos de los escándalos que ha sufrido esta administración.
La operación Lava Jato y la coalición de gobierno
El caso Lava Jato posiblemente sea uno de los casos de corrupción más importantes en la historia reciente de Brasil. Esta operación está relacionada con sobornos, lavado de dinero y corrupción en la petrolera estatal Petrobras. Según investigaciones oficiales brasileras, la campaña de Dilma Rousseff recibió dinero de algunas empresas investigadas en el caso Lava Jato. Sin embargo, no sólo Rousseff y su Partido, el Partido de los Trabajadores (PT), están siendo investigados por este caso. Miembros de varios partidos políticos están siendo investigados por su presunta responsabilidad en esta operación de corrupción.
El mismo Michel Temer es investigado por recibir presuntamente dinero de empresas vinculadas al caso Lava Jato. El Partido del Movimiento Democrático Brasilero (PMDB), partido político de Temer, participó activamente en el gobierno de Dilma. Algunos figuras de este partido terminaron siendo investigadas por el caso Lava Jato. Casos destacados son los exparlamentarios Renan Calheiros, Eduardo Cunha del PMDB, este último en prisión preventiva. También exministros de Temer son investigados por presunta corrupción como Romero Jucá, Fabiano Silveira y Henrique Eduardo Alves.
No solo el PMDB de Michel Temer es el único partido de la nueva coalición que tiene investigados en el caso Lava Jato. El Partido Progresista (PP)—heredero político de ARENA, el movimiento de la dictadura brasilera— es el partido con mayor número de investigados en este caso con 31 investigados. Este partido apoyó a Lula, Dilma y ahora también a Temer.
Tráfico de influencias: el caso de Geddel Vieira Lima
En noviembre de 2016, otro escándalo político sacudió Brasil. El entonces ministro de Cultura Marcelo Calero renunció a su cargo. Según Calero, su renuncia se debió a presiones de su colega Geddel Vieira Lima, entonces ministro de la Secretaría de Gobierno. Según declaraciones de Calero, Vieira Lima le exigió el desembargo de una construcción en Salvador de Bahía. Vieira Lima es propietario de parte de una construcción embargada por el Instituto del Patrimonio Histórico y Artístico Nacional del Ministerio de Cultura. El predio está ubicado cerca a sitios históricos de la ciudad, razón por la cual, la construcción fue detenida.
Calero también aseguró que el presidente Temer ejerció presión sobre él para desembargar la obra de Vieira Lima. El exministro grabó conversaciones con el presidente brasilero en las que el Temer pidió a Calero ayudar a Vieira Lima para evitar tensiones en el gabinete. De ser cierta esta acusación, tanto Temer como Geddel incurrieron en el delito de tráfico de influencias. Como consecuencia de las declaraciones de Calero, Vieira Lima también renunció a su cargo. Sin embargo, Vieira Lima negó haber presionado a Calero.
Bruno Júlio, secretario de juventud: “debieron matar más”
Durante los primeros días de enero de 2017, Brasil fue escenario de tristes momentos. En las cárceles Anísio Jobim de Manaos y en la Penitenciaria Agrícola de Montecristo en Boa Vista, más de 80 presos fueron asesinados. Algunos de los muertos fueron decapitados. Ante estos hechos, el secretario de la Juventud del gobierno Temer, Bruno Júlio, aseguró que debería haber una masacre por semana. Para Júlio —miembro del PMDB, partido de Temer— debió haber más muertos en las cárceles brasileras. Luego de estas declaraciones, el secretario pidió ser removido del cargo. El gobierno de Temer aceptó retirar a Júlio del cargo.
A pesar de la retirada de Júlio, el exsecretario brasilero no se arrepintió de sus declaraciones. Por el contrario, emitió una declaración justificando sus opiniones. Según un reconocido medio de comunicación brasilero, algunos colegas de partido defendieron a Júlio. Ciertos ciudadanos expresaron por redes sociales su apoyo a las desafortunadas declaraciones del exsecretario de Juventud.
Conclusión
Brasil vive una crisis política profunda. El Partido de los Trabajadores (PT), y la izquierda política, es acusada de malos manejos económicos y de actos de despilfarro y corrupción. Otros partidos políticos como el PMDB, partido de Michel Temer, se lavan las manos y hoy condenan al PT. Sin embargo, tanto el PMDB como el PP—partido que defendió la dictadura— apoyaron al PT, y están salpicados por casos como Lava Jato. Los partidos de centro-derecha como el PSDB, también tienen implicados en el mencionado caso de corrupción. En este contexto de corrupción generalizada, la derecha más radical ha tomado fuerza. Es el caso Jair Bolsonaro, quien defiende un regreso a los tiempos de la dictadura: violación de Derechos Humanos, militarismo y estatismo económico.
Sin embargo, los brasileros pueden cambiar su presente y apoyar opciones políticas y económicas diferentes. Ojalá, nuevos liderazgos logren transformar la indignación ciudadana en instituciones sólidas y eficaces vigiladas por los ciudadanos.