El sur de Chile ha venido viviendo constantemente el drama del terrorismo en zonas rurales. Presuntamente los autores corresponden a ciertas líneas de combate mapuche, que utilizan un sentir de supuesta deuda histórica y reclaman territorio autónomo.
La madrugada de este lunes, un nuevo ataque incendiario afectó la Región de La Araucanía. Esta vez, desconocidos quemaron dos galpones y maquinaria de un fundo en la comuna de Vilcún.
Pese a la vigilancia ejercida por la policía local, la cual era 24/7, el ataque se llevó a cabo. En el lugar se encontró un lienzo con alusión a la causa mapuche: “Sin tierra habrá guerra”.
Recordemos que este sábado ocurrieron dos hechos similares en las comunas de Curacautín y Lumaco, donde también antisociales quemaron cinco maquinarias y una casa deshabitada, respectivamente.
Estos grupos violentistas dicen representar a la comunidad mapuche por completo. Ellos aseguran que de ser atendidas sus demandas, podrían establecer un estado autónomo completamente mapuche así como lo establece uno de los cabecillas de la CAM, Héctor Llaitúl.
En términos prácticos, quieren cortar a Chile en dos y crear un país dentro de otro con un modelo de gobierno completamente diferente, expulsando a los habitantes actuales de las tierras que no se ajusten a su visión de pueblo, es decir, mapuches. Lo interesante es que muchos de estos nuevos frentistas en primer lugar ni siquiera son Chilenos, como lo prueban los cerca de 300 correos electrónicos divulgados por Radio Bio Bio en el año 2015, donde se da cuenta del estrecho vínculo que une a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y el Partido Comunista de Chile (PC).
Los emails dan cuenta de apoyo de instrucción guerrillera a mapuches, creación de grupos de apoyo internacionales, difusión comunicacional de las FARC y gestiones políticas que se les encargaban a militantes comunistas para fines de la organización clandestina.
Todo esto no sería un argumento válido para dar de baja a una causa, pero si lo que tanto les molesta a quienes dicen defender la causa “mapuche” es la invasión territorial de los no mapuches, entonces sus vínculos con las guerrillas extranjeras son conceptualmente incongruentes.
Si hacemos el ejercicio mental de crear el escenario donde las demandas de la CAM hayan sido atendidas y efectivamente se realiza el traspaso territorial y administrativo, tendríamos que asumir como chilenos y mapuches las consecuencias que eso implicaría.
En primer lugar, la creación de dicho estado, corta en dos el país por lo que habría un tremendo problema de conectividad
También habría de estatus jurídico de cientos de miles de personas cuyos antepasados les hayan heredado al menos un apellido de origen mapuche. Ellos serían reclamados por el nuevo país y dada la animosidad obvia que existiría entre ambos estados, lo más probable es que Chile revoque nacionalidades para darle la potestad soberana al estado mapuche.
Esto también implicaría que todos los beneficios posible de obtener bajo la tutela del estado chileno a razón de la condición de indígena, se perdería automáticamente pues ahora tienen un nuevo estado el cual debe velar por proveerles bienestar, seguridad etc.
Obviamente con todo esto, los habitantes chilenos de las regiones cedidas, tendrían que abandonar el territorio y todo negocio que en él se hacía, migrando en condiciones desfavorables a lo que quedaría de Chile.
El modelo político económico de Chile no sufriría grandes cambios, pero el nuevo estado mapuche, se ha identificado a través de los líderes que mueven el terrorismo demandante, como socialista y comunista, por lo tanto sería con toda seguridad un estado totalitario de economía central planificada.
El problema es para aquellos que se habían integrado completamente a la sociedad chilena tanto culturalmente como económicamente. Miles de profesionales, hombres y mujeres capaces y bien preparados ahora no serán reconocidos por el estado de Chile como ciudadanos y eso implica que su condición dentro del país es de migrantes con o sin residencia, esto los limitaría en torno al ejercicio de la democracia y en otros aspectos.
En caso de que la mayoría de Mapuches (descendientes incluidos) ocuparan de manera efectiva el territorio asignado, tendrían que desenvolverse dentro del esquema político impuesto por el izquierdista gobierno mapuche, (compuesto también por sus amigos de las FARC) y que a falta de proyecto económico, pues si tuvieran uno, ya habrían reemplazado las armas por el trabajo, impondrán cargas pesadas de labor a quienes estén por debajo de ellos con el fin de crear un estado igualitario de bienestar en el que todo se dispone desde el gobierno central así como ocurría en China hace 40 años y como sigue ocurriendo en Cuba. El pensamiento político de los líderes de la CAM hace pronosticar un modelo más parecido a Corea del Norte que al de China actual.
El fin del individualismo, del mérito personal. La consigna sería más bien, estás con el gobierno o no y si no lo estás, dejarás de ser sujeto de derecho y declarado enemigo del estado. Eso es fácil de deducir al ver como la CAM trata a mapuches que buscan salir de la pobreza a través del trabajo y el comercio, integrándose con la comunidad que los rodea y generando riqueza.
Estos mapuches son víctimas al igual que los chilenos que han sido aplastados por el terrorismo. Sus maquinarias, sus plantaciones, casas, galpones y ganados han sido quemados, violentados, destruidos y masacrados. Y es que sí no estás con la CAM, estás en contra y eso te hace un blanco de su ataque.
Es bueno saber que esto es solo un ejercicio mental de proyección lógica y no una triste realidad. Ahora está en manos del gobierno de Chile permitir que semejante amenaza a la libertad prospere y se vuelva imposible de manejar o desarticularla con carácter y convicción. La Araucanía voto masivamente por Piñera. Eso debería ser un mensaje claro respecto del curso de acción que la ciudadanía espera y necesita de sus autoridades.