
Juan Manuel Santos, presidente de Colombia, anunció que el nuevo vicepresidente de la República será el General, Óscar Naranjo, quien en 2016 fue vinculado por la DEA con el narcotráfico.
Según varios medios de comunicación, Santos elogió al hoy general en retiro y manifestó que es “una gran persona” y que este será un excelente reemplazo del actual vicepresidente.
A través de una entrevista con Caracol Radio, el ejecutivo comentó que Naranjo “ha ganado el respeto de los colombianos y del mundo y ha sido impecable como negociador de paz y será un gran vicepresidente sucediendo al doctor Vargas Lleras“.
También reconoció que tomó la decisión de nombrar a Naranjo en la vicepresidencia en un almuerzo que compartió con él en Anapoima (Cundinamarca, Colombia), en el que también se encontraba el Fiscal General de la Nación.
Es importante recordar que la Administración para el Control de Drogas (DEA) de los Estados Unidos señaló a tres exdirectores de la Policía Nacional de Colombia de tener nexos con el narcotráfico, entre ellos al nuevo vicepresidente nombrado por Santos.
Se le acusó, específicamente, de haber acudido al paramilitarismo mientras era director de la policía, bajo la presidencia de Álvaro Uribe Vélez, como parte de su “estrategia” para combatir al crimen organizado.
El portal digital de Caracol Radio difundió en 2016 unos reportes que desarrolló la DEA y que pudieron frenar el ascenso del general Luis Eduardo Martínez, quien era el único oficial que se encontraba activo.
En esos documentos estaba el nombre de Naranjo, como uno de los que presuntamente recibió sobornos que provenían del narcotráfico, específicamente en el reporte de marzo de 2011.
Para ocasiones anteriores, el general ya había sido relacionado de tener nexos con varios cárteles del narcotráfico; además de recibir acusaciones que él mismo rechazó en julio de 2012, justificando que en su gestión frente a la Policía Nacional, capturó a 1400 personas que estaban relacionadas con el tráfico de droga.
En esa ocasión dijo que “Si hubiéramos sido tan corruptos no habríamos capturado a uno solo. Por eso estamos tranquilos”. Añadió que esas acusaciones eran “una especia de persecución en su contra y de la institución”.
Naranjo, quien también fungió como asesor del presidente de México, Enrique Peña Nieto, para temas de seguridad, dijo que “He vivido en Colombia 36 años como policía. Si existe algún oficial que haya capturado más narcos que yo que me lo digan. Mi vida está basada en resultado”.
Recalcó que ““Cárteles y grupos narcotraficantes que antes eran muy poderosos hoy están recluidos y sus cabecillas están en las cárceles. Ellos no llegaron allá por invitación, llegaron capturados por autoridades colombianas en coordinación con autoridades norteamericanas”, en justificación a las acusaciones.
Para enero del 2014, Naranjo fue acusado por el Partido de la Revolución Democrática (PRD) de haber favorecido la creación de grupos paramilitares en Michoacán en México.
El que era en ese momento secretario general del partido, Alejandro Sánchez Camacho, solicitó una investigación en contra de Óscar Naranjo, porque aseguró que estimuló el surgimiento de los grupos que buscan unirse con los narcotraficantes.
En caso de que se llegara a comprobar la supuesta relación de Naranjo con los grupos paramilitares mexicanos, el PRD exigió su salida de México.
Adicionalmente, el general fue un personaje clave en los golpes del Gobierno de Álvaro Uribe Vélez a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). Uno de los movimientos más importantes, conocido como Operación Fénix de 2008, cuando la Fuerza Aérea de Colombia bombardeó un campamento de guerrilleros.
En ese ataque murió Raúl reyes, el segundo al mando de las FARC y cuatro estudiantes mexicanos de la UNAM.
Otros medios de comunicación apuntan a que el general también encabezó acciones que vulneraron los derechos humanos en Colombia y su hermano, Juan David Naranjo, fue detenido en Alemania en el 2006, acusado de vínculos con el narcotráfico.
Por si fuera poco, también es acusado por haber ordenado detenciones masivas, mientras se encontraba desempeñando un cargo como comandante en Cali.
Fuente: El Universal / Proceso