
2014 augura un gran futuro para los países de América Central, el Caribe y la vertiente pacífica de los Andes. La reunión de la Alianza del Pacífico afianza la división de América Latina en dos bloques: el anquilosado Mercosur a un lado, los países sin complejos al otro.
En febrero, los presidentes de Chile, Perú, Colombia y México se reunieron en Cartagena de Indias, Colombia, para la cumbre de la Alianza del Pacífico, consolidando una relación corta que ha avanzado a pasos agigantados hacia la integración económica de estos países.
En apenas dos años, han puesto las bases para tumbar el 92% de los aranceles en la región con el compromiso de eliminar el resto en los próximos años. A esta iniciativa se irán incorporando países centroamericanos como Costa Rica o Panamá con la intención de, poco a poco, liberalizar el movimiento de personas y eliminar las fronteras como ocurrió en Europa.
En marzo, se reunieron en la República Dominicana la asamblea de la FEDEPRICAP, con asociaciones de empresarios representando a más de ciento cincuenta mil empresas de toda Centro América y el Caribe, junto a varios presidentes de la región, que también acudieron para discutir el futuro del Sistema de Integración Centro Americano (SICA), y de los retos institucionales a los que se enfrenta. Fue momento para presentar el concepto de las zonas LEAP y su constitución en Honduras en forma de ZEDEs, proyecto que recibió muchísima atención por el potencial que ofrecen para competir con Asia.
Ya a finales de marzo se reunió en Tela, Honduras, la Cumbre del Consejo Empresarial de América Latina (CEAL), a la que acudieron, además, varios presidentes de la región, incluyendo Juan Orlando Hernández, presidente de Honduras, que hizo una presentación sobre las ZEDE que entusiasmó a los empresarios asistentes y a los representantes de las distintas asociaciones.
Todo esto configura un escenario excelente para el desarrollo de los países al oeste de los Andes. Sólo los países de la Alianza del Pacífico ya representan la octava potencia económica del mundo, y la adición de América Central, con su situación geográfica y las zonas LEAP podría convertir la región en foco de desarrollo mundial para los próximos años.
Es impresionante la rápida y fuerte apuesta por el libre comercio y la integración de estos países que, a diferencia de sus hermanos del Mercosur, han escogido seguir el camino que recorrió Asia tras la segunda guerra mundial, y que tan buenos resultados ha dado. El futuro se presenta muy optimista para la región.