Haití puede estar en la agenda de la Asamblea General de la ONU de nuevo, pero la confrontación real con la nación caribeña tendrá lugar en un palacio de justicia cercano, en Nueva York. Varios grupos han presentado demandas colectivas contra la ONU por una epidemia de cólera de cuatro años cuyo brote varios estudios han rastreado a oficiales de mantenimiento de la paz provenientes de Nepal, que se encontraban en un campamento de la ONU.
En 2010, Haití fue devastada por un terremoto que afectó a la capital del país, matando a cientos de miles de personas, además de las 2 millones de personas que quedaron sin hogar. Poco después, una epidemia de cólera se extendió por el país, enfermando a cerca de 700.000 personas y matando a alrededor de 8.500 según la misión de la ONU en Haití.
Múltiples estudios, entre ellos uno de la Universidad de Yale, afirman que la epidemia se extendió a partir de las fuerzas de paz en un campamento de la ONU a unos 35 kilómetros de Port-au-Prince. Funcionarios de la ONU, sin embargo, se han negado a aceptar la responsabilidad.
En 2011, la Oficina de Abogados Internacionales (BAI) y el Instituto por la Justicia y la Democracia en Haití (IJDH), con sede en Boston, comenzaron a presentar demandas de indemnización en nombre de las víctimas haitianas y haitiano-estadounidenses y sus familias — pero fue en vano. En 2013, el secretario general de la ONU Ban Ki-moon escribió a los miembros del Congreso de Estados Unidos: “Después de una cuidadosa deliberación, los demandantes fueron informados de que el reclamo no es admisible”.
Así que el año pasado, los dos bufetes de abogados y una firma privada de derecho (KKWT) demandaron a las Naciones Unidas, buscando una compensación por “lesiones personales, muerte por negligencia, sufrimiento emocional, pérdida del uso de propiedad y de los recursos naturales, e incumplimiento de contrato”. Posteriormente, dos otros grupos han presentado demandas separadas contra las Naciones Unidas por la epidemia de cólera.
Desobedeciendo el derecho internacional
Beatrice Lindstrom, una abogada del IJDH, dice que los tratados internacionales le dan a las Naciones Unidas inmunidad legal cuando la organización envía fuerzas de paz. En su lugar, debe organizar una Comisión Permanente para Reclamos, para determinar si la ONU puede ser declarada responsables de daños y perjuicios contra una persona y, de ser así, por cuánto.
Si Naciones Unidas hace algo mal en un país donde la organización tiene fuerzas de paz, simplemente no hay ningún lugar al que las víctimas puedan dirigirse.
Pero Lindstrom dice que los funcionarios de la ONU no organizaron una Comisión Permanente para Reclamos en Haití, ni lo han hecho en cualquiera de los países en los que han enviado misiones de paz en los últimos 66 años. En otras palabras, si Naciones Unidas hace algo mal en un país donde la organización tiene fuerzas de paz, simplemente no hay ningún lugar al que las víctimas puedan dirigirse.
Los abogados de las víctimas afirman que Naciones Unidas ha violado los términos de su acuerdo, por lo que la institución no debería ser capaz de reclamar inmunidad. “Esta pregunta [sobre la responsabilidad de Naciones Unidas] realmente nunca se ha hecho antes”, explica Lindstrom.
Cuando entrevisté a Lindstrom a principios de este mes, las dos partes habían enviado sus alegatos escritos al tribunal federal del Distrito Sur de Nueva York. Funcionarios de la ONU han pedido al Departamento de Justicia de Estados Unidos que defiendan su caso y, en julio, Estados Unidos afirmó que Naciones Unidas sí tiene inmunidad legal. IJDH, BAI y KKWT a su vez han pedido al tribunal que les conceda argumentación oral, pero Lindstrom no pudo decir cuándo se podría conceder la solicitud.
El descontento creciente en Haití, más allá de la epidemia
El antropólogo Mark Schuller, quien ha escrito extensamente sobre Haití, dice que en los últimos años, Naciones Unidas y sus cascos azules se han ganado una mala reputación entre la población del país, derivada de las denuncias de robo y abuso sexual. Naciones Unidas instaló por primera vez la fuerza de mantenimiento de la paz en 2004, después del derrocamiento del presidente Bertrand Aristide.
En julio, el comité financiero de la ONU aprobó un presupuesto de US$539,11 millones por un año más de misión de paz en Haití, y el Consejo de Seguridad votará sobre si se debe renovar la misión en octubre. Lindstrom dijo que la renovación anual es recibida con protestas en todo Haití.
Aunque la misión de paz en Haití es una de las 16 que operan actualmente, el país no ha tenido un conflicto armado durante una década. El secretario general incluso escribió recientemente un informe que sugería un “retiro” en los próximos dos años del número de fuerzas en Haití.
Pero ese plan podría depender de las elecciones del país, previstas para el próximo mes, pero que estaban destinadas a celebrarse inicialmente en 2011. El New York Times informa que, si la votación no se lleva a cabo, todo el Parlamento podría ser disuelto en enero, y el Consejo de Seguridad ha expresado su preocupación por la demora.
El Gobierno haitiano y Naciones Unidas, dormidos ante el problema
El Gobierno haitiano no está involucrado con el litigio de cólera, y ha permanecido en silencio sobre el tema hasta ahora. De hecho, el Gobierno no había mencionado oficialmente la epidemia en absoluto en un entorno internacional hasta el año pasado, tres años después del debut del cólera en el país. Este año, el presidente de Haití, Michel Martelly, hizo dos frases en sus comentarios con respecto a las fuerzas de mantenimiento de la paz y el cólera, pero la misión general de Haití ante las Naciones Unidas se rehusó a hacer comentarios.
Desde el brote, la incidencia de cólera ha disminuido en un 75%, y el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, ha pedido US$2,2 mil millones para desterrar el cólera del país. Pero el plan ha pasado casi sin fondos, y los críticos han argumentado que muchas de las soluciones locales son meros parches.
El doctor francés Renaud Piarroux, que realizó uno de los primeros estudios para conectar a los cascos azules con la epidemia de cólera, escribió en un correo electrónico que la estrategia para la erradicación por parte del Gobierno de Haití y de Naciones Unidas, era demasiado costosa e ineficaz. Él y su grupo también están trabajando contra el cólera en Haití, pero a una fracción del costo del fondo de la ONU. Con US$10 millones, ya han reducido la presencia del cólera en un 90%. “Nuestro objetivo es lograr la eliminación a finales de este año y consolidar los resultados en los primeros meses de 2015”, dijo Piarroux.
A pesar de la demanda latente, todavía se ve poco probable que el problema de Haití, su epidemia de cólera, y el papel de la ONU en él, se presentarán ante la Asamblea General. “La situación de la democracia y los derechos humanos en Haití” fue parte de la agenda en 1991, al condenar la primera retirada del presidente Aristide del poder. Desde entonces, Haití ha estado en los planes, en el caso de que alguna nación quiera resucitar el tema, pero ninguna lo ha hecho.