La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), organismo de la Organización de Naciones Unidas con sede en Santiago de Chile, presentó ayer los datos preliminares relativos a la inversión extranjera directa (IED) en la región. De acuerdo al organismo, el monto de las inversiones registrado en el primer semestre del 2013 superó en un 6% al recibido en el mismo período del año 2012, alcanzando un total de US$102.951 millones (ver tabla al final del artículo). El hecho adquiere importancia sobre todo debido al contexto internacional: hace ya algunos años los flujos internacionales de IED tienen tendencia a disminuir, y en 2012 habían caído un 13%.
En lo referido a las salidas de flujos de inversión, el organismo observa un descenso del indicador en la región. Se pasó de casi US$25 mil millones en el primer semestre de 2012 a US$6.385 millones en este nuevo período analizado. Sin embargo, sólo diez países presentan datos al respecto.
La CEPAL destaca los casos de Brasil y México. Brasil surge como principal beneficiario de la región al recibir el 38% del total de las inversiones. Aun así, las sumas recibidas cayeron un 10% con respecto al 2012, y esta disminución se concentró en los sectores de siderurgia, servicios financieros, alimentos y bebidas, que durante el período precedente registraban ingresos especiales por adquisiciones empresariales. Mientras, México aumentó en un 15% la inversión extranjera directa recibida, aun cuando el año pasado la compra de la cervecera Modelo por parte de una empresa belga había impactado en sus números al constituir una operación de US$13.249 millones.
Otros países de la región vieron incrementados sus flujos de IED, en distintos porcentajes: Venezuela (44%), Perú (27%), El Salvador (27%), Panamá (19%), Costa Rica (15%), Uruguay (8%) y Colombia (5%).
Respecto a los países que presentaron pérdidas, Chile (-26%) y República Dominicana (-65%) cayeron notoriamente comparando ambos períodos pero, al igual que en el caso de México, los valores del 2012 para ambos presentaban cifras altas por haberse registrado operaciones extraordinarias. En 2012, Chile había presentado un crecimiento de IED del 32%, alcanzando los US$30.323 millones.
Guatemala y Argentina también registraron pérdidas del flujo. Particularmente en el caso de Argentina, la inversión registrada cayó en un 32%: pasó de US$7.563 millones en el primer semestre de 2012 a US$5.165 millones en el mismo período de 2013. Representa así el 5% de la IED que recibe América Latina, cayendo levemente respecto al casi 8% del 2012 y obteniendo cantidades de inversión más bajas que las que poseen otras economías más pequeñas de la región.
Entre las causas de su mal desempeño, debe considerarse las consecuencias que el cepo cambiario posee a la hora de decidir invertir en el país. La medida, implementada por el gobierno argentino hace ya dos años, además de restringir el mercado de compra y venta de divisas extranjeras, no permite a las empresas girar sus utilidades al exterior, con lo cual el componente de la inversión también cambia: entre 2006 y 2011, el 70% de las utilidades de las inversiones fueron repatriadas a sus países de origen y solo el 30% se reinvirtieron. Actualmente, los aportes de nuevo capital disminuyeron y la reinversión de utilidades se duplicó hasta alcanzar a representar el 63% de la cifra total, lo cual significa también que el valor real de la IED es todavía menor que el indicado por la CEPAL.
Si bien el organismo remarca que las cifras históricas de IED que alcanzó América Latina en los últimos tres años son volátiles, se espera que el alza continúe debido a la expansión de las empresas transnacionales latinoamericanas y algunas transacciones especiales. Al respecto, Cris Lingle, profesor de Economía de la Universidad Francisco Marroquín de Guatemala, asegura que “por supuesto, cualquier acumulación neta de capital es buena. Pero se pone demasiado énfasis en la IED. El problema real es si los gobiernos generan las condiciones adecuadas para las inversiones domésticas; entonces, el capital internacional las seguirá.”
Finalmente, la CEPAL insiste en que los gobiernos deberían canalizar las inversiones en períodos de bonanza hacia sectores que contribuyan a cambiar la matriz productiva de la región, al igual que evaluar el impacto que la IED posee sobre el empleo y otras variables significativas.
[table id=3 /]