Tareck El Aissami, fugitivo de Estados Unidos y acusado de narcotráfico es el nuevo ministro de Petróleo de Venezuela gracias a Irán que ahora reforzará su presencia en el país.
El chavista El Aissami es abogado, criminólogo y político sin conocimientos en el área económica; sin embargo Nicolás Maduro ya lo había designado como vicepresidente de Economía y ahora como ministro del sector petrolero; la designación de este último cargo estaría en las manos de Irán.
El pasado 24 de abril se conoció que ante la falta de ingresos y la escasez de gasolina, Maduro acudió a Irán para que le ayude a reiniciar una de las refinerías del país y evitar que el país suramericano se quede por completo sin gasolina.
Un reportaje de la agencia de noticias AP reveló que el sospechoso vuelo que hizo un avión de la aerolínea iraní Mahan Air —violando la cuarentena y la prohibición de vuelos internacionales— a Venezuela, se debió a un envío que hizo Irán con “componentes químicos clave” necesarios para producir gasolina. AP informó que se esperan 14 vuelos más en los próximos días, algunos de ellos con técnicos iraníes.
Ahora, Tareck El Aissami con más poder, juega un papel fundamental en la relación entre ambos países. Mientras Irán rescata refinerías venezolanas, el fugitivo El Aissami será el intermediario.
Gustavo Marcano, ministro consejero de la Embajada de Venezuela ante Estados Unidos, afirmó que la designación de Tareck El Aissami como ministro de Petróleo del régimen es uno de los acuerdos con Irán.
“Maduro reparte espacios de poder a grupos terroristas a cambio de sostenerse en el poder”, dijo Marcano en Twitter.
El Aissami el favorito de Irán
Tareck El Aissami es el segundo mandamás de Venezuela. El Aissami cuenta con la potestad tanto de determinar gastos ministeriales como de expropiar empresas privadas en cuanto así lo considere. Además está autorizado para emitir órdenes económicas que afectan desde impuestos, hasta asignaciones de moneda extranjera para empresas estatales.
El Aissami ha utilizado su prominencia política para establecer canales de inteligencia y de finanzas con los países islámicos, particularmente con Siria, Líbano, Jordania, Irak e Irán.
“A lo largo de los años, Tareck El Aissami ha desarrollado una red financiera sofisticada y de múltiples niveles que funciona como una tubería criminal-terrorista para traer militantes islámicos a Venezuela y a países vecinos, así como para enviar fondos ilícitos desde América Latina hasta el Oriente Medio”, reporta el informe elaborado por el Centro Para Una Sociedad Libre.
Irán y Venezuela comparten desde hace mucho tiempo cálidas relaciones diplomáticas, y ambos regímenes comparten un desprecio mutuo por Estados Unidos, que ha impuesto varias sanciones a sus respectivas economías.
La relación entre ambas naciones ha sido calificada como una amenaza para Estados Unidos, pues el régimen del país suramericano ha permitido que el grupo terrorista iraní Hezbolá utilice dicho territorio como base para expandirse por América Latina.
“Venezuela en los últimos años ha firmado gran cantidad de acuerdos con Irán en el lado comercial, militar e industrial; y lo que pasa es que mucho de ese comercio puede ser una fachada para el ingreso de militares iraníes”, señaló Joseph Humire a PanAm Post.
El pasado 31 de julio de 2019, el Servicio de Inmigración y Control de Aduana (ICE) de los Estados Unidos lo incluyó en su lista de “más buscados” y difundió por las redes sociales el tradicional afiche.
“Facilitó los envíos de narcóticos desde Venezuela, para incluir el control de los aviones que salían de una base aérea venezolana y las rutas de la droga a través de los puertos de Venezuela”, señaló el ICE.
Sospechosos acuerdos
Además de un reciente plan de cooperación firmado entre ambos países; existen algunos acuerdos que podrían calificarse como sospechosos y que representan además una amenaza para Venezuela y el mundo.
En abril de este mismo año Maduro logró que la aerolínea iraní Mahan Air inicie labores en Venezuela, a pesar de haber sido acusada de transportar equipo bélico a zonas de guerra en Medio Oriente.
El inicio de dichos vuelos se dio el mismo día que el Gobierno de Donald Trump calificó a la Guardia Revolucionaria de Irán como organización terrorista.
De acuerdo con investigaciones, la Guardia iraní es la que controla la aerolínea que inició operaciones en Venezuela, y además es conocida como portadora de armas. De hecho, países como Alemania y Francia prohibieron sus vuelos, mientras que Estados Unidos la sancionó en 2011.
En 2015 la revista Veja publicó un reportaje en el cual asegura que el vuelo creado para cubrir la ruta Caracas-Damasco-Teherán entre 2007 y 2010 se utilizaba para transportar dinero malhabido, armas, drogas y criminales solicitados por la Interpol.
De acuerdo con testimonios de exfuncionarios venezolanos exiliados en Estados Unidos, el vuelo operado en conjunto por las aerolíneas estatales Conviasa, de Venezuela, e Iran Air “viajaba casi siempre vacío” y se pagaba con actividades ilícitas.
¿Qué busca Irán en Venezuela?
Tanto el régimen de Irán como el grupo terrorista Hezbolá mantienen su base de operaciones en Venezuela, bajo la mirada complaciente y la cooperación del régimen de Nicolás Maduro.
Aunque en el país suramericano el grupo terrorista actúa de manera clandestina, existen nombres claves que han impulsado su presencia y operaciones desde el país suramericano; se trata de Tareck El Aissami, Ghazi Nasr al Din (mejor conocido como Ghazi Atef Nassereddine). Mientras que la pieza de Irán es el general Aref Richany Jimenez.
En una entrevista para el PanAm Post, Joseph Humire, experto en seguridad hemisférica y director ejecutivo del Centro para una Sociedad Libre y Segura con base en Washington DC, reveló cómo operan Irán y Hezbolá en América Latina, pero sobre todo en Venezuela. Humire se ha especializado en el conflicto del medio oriente y ha participado como testigo clave en atentados terroristas en el Perú.
“Irán y Hezbolá están en América Latina desde, prácticamente ,el inicio de la revolución iraní, pero en 2005 se juntaron con la alianza bolivariana (ALBA); a medida que creció el ALBA, creció la presencia iraní y de Hezbolá”, explicó.
Humire, que se ha enfocado en investigar de cerca la situación, explicó que a partir de 2007, Irán incrementó su presencia militar, principalmente en Bolivia, que se convirtió en su principal socio estratégico de la región y en Venezuela.
“Empezaron a incrementar su presencia militar, pero no en la forma convencional con tropas, sino con ingenieros técnicos, personas que son parte de la industria militar iraní” , señaló.
Humire explicó que en el caso particular de Irán le favorece América Latina porque está cerca de Estados Unidos.
“A nivel estratégico yo creo que Irán como un gobierno hostil y antidemocrático entiende que la única forma de avanzar su revolución es deponiendo la influencia de Estados Unidos”, señaló.
En el caso de Hezbolá explicó que cada día incrementa su relación con grupos de crimen trasnacional y terroristas de América Latina para prestarles sus servicios de inteligencia, narcotráfico y lavado de dinero.
“Hezbolá es un grupo terrorista, denominado así por más de cincuenta países en el mundo. Hacen actos de terrorismo en América Latina, los más famosos fueron hace 25 años con la AMIA en Argentina, y uno en Panamá en el 94; pero más allá de simplemente ejecutar atentados, también se involucran con otros grupos terroristas en la región y grupos criminales como las FARC y el ELN”, explicó.
Detalló que Hezbolá tiene una enorme red internacional de lavado de dinero y ofrece sus servicios a los carteles de droga.
A todo esto se suma la denuncia realizada por el diputado Américo De Grazia, quien informó que tanto soldados rusos como iraníes de Hezbolá estarían a cargo de la explotación del torio en Venezuela, un mineral estratégico para la construcción de misiles con el que se estaría financiando el terrorismo internacional.
De Grazia advirtió que desde Venezuela, sobre todo desde el Arco Minero existe un financiamiento al terrorismo, situación que se habría convertido en un «seguro de vida» para la tiranía.
Pasaportes ilegales para terroristas
El gobierno de Hugo Chávez con la ayuda de Tareck El Aissami propició el tráfico humano en el mundo con la entrega ilegal de al menos 10 000 pasaportes venezolanos a ciudadanos de Siria, Irán y otros países del Medio Oriente.
El coronel venezolano Vladimir Medrano Rengifo, exdirector general de la Oficina de Identificación, Migración y Extranjería de Venezuela; dijo a El Nuevo Herald que al país suramericano llegaban al menos 800 personas mensualmente —entre mayo del 2008 y octubre del 2009— con pasaporte ilegal.
El Aissami cuando fungía como ministro de Relaciones Interiores le ordenó que no deportara a los ciudadanos que ingresaban al país con documentos irregulares.
Según el coronel, El Aissami le ordenó que permitiera el ingreso de alrededor de 10 500 personas.
“Los pasaportes eran legítimos, de curso legal, pero las personas que portaban los documentos no eran realmente venezolanas”, explicó.
En 2015 un funcionario del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (CICPC), identificado como Misael López Soto, quien supuestamente fue consejero de la embajada venezolana en Irak, confesó que fue testigo de que el Gobierno venezolano entregó documentos diplomáticos a terroristas del Medio Oriente.
López explicó en un video que empleados de la embajada venden visas, pasaportes, cédulas de identidad y certificados de nacimiento venezolanos a personas de Siria, Palestina, Irak y Pakistán que pagaron entre USD $5 000 y USD $15 000 para obtener los documentos “bajo la mirada complaciente de las autoridades diplomáticas venezolanas”.
Las declaraciones de López Soto coinciden con detenciones de ciudadanos que han sido capturados con pasaportes venezolanos.
En 2003 fue detenido Hasil Mohammed Rahaham-Alan, quien viajaba con un presunto pasaporte venezolano, llegó en un vuelo de British Airways al aeropuerto de Heathrow muy cerca de Londres.
Su vuelo partió de Caracas e hizo escalas en Colombia y Barbados; con él llevaba una granada en su equipaje lo que ameritó la evacuación del terminal y el movimiento de militares.
En 2008 el Departamento del Tesoro de Estados Unidos, emitió un comunicado en el cual aseguró que “es extremadamente preocupante ver que el Gobierno de Venezuela emplea y provee refugio a facilitadores y recaudadores de fondos de Hezbollah”.
Esto porque Ghazi Nasr al Din (Cédula de Identidad Nº 18.190.527), quien estuvo solicitado por la Interpol, sirvió supuestamente como encargado de Negocios de la Embajada de Venezuela en Damasco, Siria, y fue nombrado posteriormente Director de Aspectos Políticos de la Embajada de Venezuela en el Líbano.