China redujo sus vínculos con el régimen de Nicolás Maduro “debido a las sanciones” internacionales y “otros factores”; así lo afirmó el ministerio de Relaciones Exteriores de ese país luego de un encuentro con el enviado especial de la Casa Blanca para Venezuela, Elliot Abrams.
El país asiático que se habría venido alejando poco a poco de la tiranía, pareciera que ha decidido aliarse más con el Gobierno estadounidense que con el país suramericano; esto, tras conocerse un nuevo acuerdo comercial firmado entre ambas naciones.
“La presencia de China en Venezuela está disminuyendo, no creciendo, debido a las preocupaciones de la administración de Xi Jinping respecto al manejo de la economía por parte del régimen, así como la corrupción imperante por parte de sus agentes”, dijo Abrams.
El representante de Trump afirmó que para China lo que sucede en Venezuela “es un desastre”.
Sin embargo las declaraciones de Abrams no coinciden con el comunicado emitido por el país asiático en el que sigue condenando las sanciones internacionales contra el régimen y en el cual se insinúa que China continuará brindando apoyo a Maduro.
#EnFotos | Así fue el recibimiento por parte del Consejero de Estado y Ministro de Relaciones Exteriores de #China, Wang Yi, al Canciller venezolano, @jaarreaza, en su visita oficial a #Beijing. pic.twitter.com/MSj6pniT0C
— Vicepresidencia Vzla (@ViceVenezuela) January 16, 2020
De hecho, este miércoles 16 de enero se conoció la visita del usurpador canciller chavista, Jorge Arreaza al país asiático, quien fue recibido por su homólogo Wang Yi. Pareciera que se trata de una visita de “presión” tras conocerse las declaraciones de Abrams.
Un estudio del Instituto Kiel para la Economía Mundial reveló que el país gobernado por Nicolás Maduro está “hasta el cuello” por las deudas que mantiene con el país asiático. Lo que significa que Venezuela le debe a China unos 19 114 millones de dólares.
Amor y odio
La relación que mantiene China con Venezuela podría calificarse como una especie de “amor y odio”; esto, debido a que aunque por un lado el país asiático ha anunciado respaldo a Maduro en diferentes áreas, los hechos demuestran cómo compañías petroleras buscan la manera de salir del país suramericano.
En octubre de 2019 la principal contratista petrolera de China en Venezuela terminó los acuerdos con proveedores locales, esto debido a la falta de pago de la compañía petrolera estatal Pdvsa.
En tanto, las administraciones venezolanas y chinas han sellado acuerdos para cancelar los pagos en forma de envíos de crudo por parte de la compañía petrolera nacional de Venezuela, mismo sistema usado con Rusia.
En agosto, a solo horas de que el Gobierno de Estados Unidos emitiera nuevas sanciones contra la dictadura y contra las empresas que sostienen al régimen, se conoció que una compañía china ayudaría a Maduro a rescatar las refinerías venezolanas a cambio de productos derivados del petróleo.
De acuerdo con Bloomberg, Wison Engineering Services Co. sería la compañía de ingeniería y construcción química, ubicada en Shanghái, que intentaría salvar al régimen. Según la agencia de noticias, el acuerdo se logró a inicios de julio. Sin embargo, la compañía china no ha completado un contrato que ganó en 2012 para revisar la refinería de Puerto la Cruz.
Asimismo, en julio de 2018 el régimen logró que China le concediera un crédito por cinco mil millones de dólares, supuestamente, para “rescatar la producción petrolera en Venezuela”, algo que nunca ocurrió.
Un círculo vicioso
En noviembre de 2016 se conoció que Maduro firmó un acuerdo con China para aumentar las exportaciones de crudo. El Gobierno de Venezuela y la Corporación Nacional de Petróleo de China (CNPC) acordaron un plan de inversión por 2 200 millones de dólares que, supuestamente, permitiría producir diariamente 277 000 barriles más de crudo.
También se desconoce qué sucedió con el dinero recibido, ya que actualmente Venezuela produce solo 714 000 barriles diarios, cifra de 1945.
En varias oportunidades el país asiático ha amenazado con dejar de ayudar a Venezuela ante el incumplimiento de los acuerdos binacionales. De hecho, en mayo de 2018 a Venezuela se le había vencido el período de gracia que China le había otorgado para que pagara la descomunal deuda que se acerca a los veinte mil millones de dólares. En esa oportunidad, la potencia asiática dejó claro que no ofrecería ningún alivio a Maduro si no empezaba a pagar lo adeudado. Sin embargo, en julio de ese mismo año le concedió otro crédito.