Con la llegada de la izquierda nuevamente a la Presidencia de Argentina en manos de Alberto Fernández, el presidente (e) de Venezuela, Juan Guaidó, pierde un fuerte aliado en la lucha por la democracia; y el Grupo de Lima se debilita con graves amenazas de perder su rumbo.
Férnandez, nuevo presidente electo en Argentina, ya había anunciado que abandonaría dicha coalición internacional y que se alejaría de la misma sí asumía el poder.
El regreso del kirchnerismo al poder en Argentina supone varias preguntas:
– ¿Cómo queda suspensión de Venezuela en el Mercosur? ¿Relación con Bolsonaro?
– ¿Qué rol asume Grupo de Lima, herido y desdibujado?
– ¿Se convierte Argentina en nueva trinchera del socialismo del s. XXI?— Pedro Urruchurtu (@Urruchurtu) October 28, 2019
Alberto Fernández, con su vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, asumirá el poder el próximo 10 de diciembre y asumirá una postura “no injerencista” en el caso de Venezuela, por lo que se mantendrá lejos de condenar a la tiranía de Nicolás Maduro.
Recientemente el candidato argentino cuestionó la posición diplomática del Grupo de Lima y señaló que tiene diferencias básicas con la agenda del Gobierno de Donald Trump para terminar con la tiranía de Maduro. Lo que hace inferir que no está de acuerdo con las sanciones internacionales que hasta ahora han “ahorcado” al régimen del país suramericano.
¿Adiós sanciones?
Fernández había anunciado que tras su victoria en la presidencia, crearía una nueva instancia mediadora protagonizada por Argentina, México y Uruguay; una especie de Grupo de Contacto que hasta ahora condena las sanciones, pide diálogo en Venezuela y deja de lado las medidas asumidas en el marco del Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR).
Hay que recordar que desde la coalición de Lima y la Organización de Estados Americanos (OEA), Argentina ha mantenido un papel fundamental en la lucha contra la tiranía en Venezuela. A pesar de que no ha iniciado sanciones contundentes, sí ha condenado las violaciones a los derechos humanos en el país suramericano.
Con Fernández en la presidencia de Argentina, su postura también cambiará en organismos como la OEA, desde donde más de una docena de países activaron el TIAR; y el hecho de que salga del Grupo de Lima puede implicar que en ese país queden sin efecto cualquiera de las medidas asumidas para sancionar al régimen, tal y como las anunciadas recientemente por los cancilleres de la OEA.
Dichas naciones se comprometieron a “investigar, perseguir, capturar y extraditar” a las personas involucradas en corrupción y crímenes de lesa humanidad en Venezuela; además de “elaborar listas de personas naturales y jurídicas que mantengan relación comercial con la tiranía para emitir sanciones”. Con Alberto Fernández en la presidencia de Argentina, estas acciones quedarían paralizadas.
Grupo de Lima al borde de desaparecer
Además de Argentina y México que se han apartado del Grupo de Lima, ahora Panamá propone la creación de un “frente unido” junto con el Grupo de Contacto Internacional para una supuesta “solución real” a la debacle venezolana.
El Grupo de Lima, que se había fortalecido en pasados meses con el apoyo y veeduría de Estados Unidos, ahora se “desinfla” con posiciones como las de Panamá y la elección de Fernández; una situación que podría poner el fin a este grupo que había logrado cohesionarse en instancias como la Organización de Estados Americanos (OEA) en contra de la tiranía de Nicolás Maduro.
Mientras esto sucede, la izquierda se fortalece en la región con la creación del Grupo de Puebla, creado para enfrentarse directamente al Grupo de Lima y contra otros líderes democráticos de la región. Además tambalea el Gobierno de Sebastián Piñera en Chile y Lenín Moreno en Ecuador.
Aunque en su creación en la reunión de Puebla no hubo presencia del chavismo, allí se acordó defender a la revolución bolivariana, condenar la aplicación del Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR) en la OEA, y otorgarle el liderazgo al candidato argentino Alberto Fernández, una vez este asuma la Presidencia de su país.
Crisis en Venezuela se profundiza
Al mismo tiempo en que en la región la izquierda va retomando el poder que había perdido, y los países enfrentan sus propios problemas internos descuidando de alguna manera la grave crisis humanitaria originada por el chavismo, el éxodo venezolano se acelera.
De acuerdo con la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), en los últimos 4 meses, 595.707 venezolanos han huido en estampida; se trata de una escandalosa cifra que podría asemejarse, por ejemplo, a que se vaciara en ese tiempo toda la población del estado Nueva Esparta.
Se trata de un éxodo creciente, solo comparable con el sirio. Entre tanto, Acnur prevé que la cifra de refugiados y migrantes al final del año alcance los 5 millones.