Vladímir Putin, presidente de Rusia, no supo ocultar su incomodidad e inconformidad con Nicolás Maduro, y ante el mundo decidió aplicarle la “ley del hielo”.
El dictador de Venezuela viajó a Rusia para pedirle a Putin más financiamiento, y aunque anunció acuerdos por más de USD $6.000 millones, fue evidente que a Rusia no le gustó la idea.
No hay videos de declaraciones conjuntas entre Maduro y Putin, además, no fue recibido en el Kremlin, como en otras ocasiones. A esto se le suma que fue el mandatario de Venezuela quien a las puertas de un hotel dio a conocer los acuerdos.
Comunicado de @KremlinRussia_E reproduce saludo de Putin y respuesta de Maduro. Hay que leer entre líneas. Putin claramente descontento con el estado de relaciones y pide a Maduro que mejore relaciones con la oposición. Maduro les ha incumplido. https://t.co/wA8bfBHufD
— Pedro Mario Burelli (@pburelli) December 5, 2018
En el único video existente de la reunión, se pudo observar una especie de regaño por parte Putin hacia Maduro al pedirle que mejorara sus relaciones con la oposición.
También se observa a un Maduro incómodo y cabizbajo tratando de explicarle al presidente de Rusia que supuestamente ahora sí cuenta “con un plan económico bastante completo”. Tras esa afirmación, Putin decidió desviar la mirada y no contestar.
A todo esto se suma la prudencia con la que el Gobierno de Putin se ha referido a la crisis venezolana, una muestra más de que hasta para los principales aliados de la dictadura, Maduro no es una solución, sino un gran problema.
Vaya muestra de molestia explicita por parte de Putin y su gobierno con el desarrollo de las relaciones comerciales con #Venezuela como consecuencia del gobierno de Nicolás Maduro. El problema es que todavía no se avisora una alternativa clara a Maduro. #Rusia https://t.co/rkN6R0H2mA
— Mariano de Alba (@marianodealba) December 6, 2018
Maduro anunció la firma de varios contratos con Rusia para la inversión de más de USD $6.000 millones en proyectos conjuntos en los sectores petrolero y aurífero. Explicó, sin especificar plazos, que se firmó un contrato que garantiza “inversiones por más de USD $5.000 millones para elevar la producción petrolera con nuestros socios rusos en las empresas mixtas” hasta casi el millón de barriles.
Mientras Maduro promete mayor producción de petróleo, la verdad es que esta actividad se desplomó de 3,2 millones a 1,1 millones de barriles diarios en la última década, según la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP).
“Lo primero que tenemos que decir es que la forma en que se produjo la visita de Maduro a Moscú fue bastante vergonzosa, el presidente Putin estaba en la Cumbre del G20 y pudo haber pasado por Caracas para reforzar la relación bilateral, así como lo hizo Erdogan, sin embargo de forma muy improvisada, Maduro partió a Moscú y se notó el real desinterés de Putin”, señaló a PanAm Post el internacionalista Kenneth Rmírez, presidente del Consejo Venezolano de Relaciones Internacionales.
“Además no lo reciben en el Kremlin sino que lo reciben sin honores y en una residencia a las afueras de Moscú y evidentemente esto también denota que Maduro no es un actor el cual Putin pretende halagar, el lenguaje no verbal fue evidente”, agregó.
“Putin está descontento porque no se están cumpliendo con los acuerdos petroleros a tiempo y esto evidentemente lo tiene muy incómodo y en una situación de esperar y ver respecto a Venezuela”, afirmó el especialista.
Hay que recordar que en septiembre, Maduro se comprometió en una visita a Pekín a aumentar en un millón de barriles diarios las exportaciones petroleras destinadas a China, para lo cual se requieren inversiones por USD $5.000 millones. Por lo pronto, el bombeo venezolano sigue bajando. En octubre bajó un 3,3 % hasta 1.171.000 barriles diarios, según fuentes secundarias citadas por la OPEP.
Pese a la evidente molestia de Putin, es claro que a este no le conviene, bajo ninguna circunstancia, que Maduro abandone el poder, sobre todo luego de recibir gran parte de las riquezas venezolanas.
En 2017 el gigante petrolero estatal ruso Rosneft transfirió a Venezuela seis millardos de dólares por concepto de adelantos por suministros de petróleo venezolano.
Cabe destacar que en diciembre de 2016 se descubrió que Maduro hipotecó en secreto la refinería Citgo a Rusia por un millonario préstamo. La petrolera venezolana PDVSA adjudicó prácticamente el control de la refinería en Estados Unidos a la estatal rusa Rosneft.
Si Citgo o PDVSA incumplieran con el pago, la compañía estatal rusa podría terminar siendo dueña de importantes refinerías de petróleo y oleoductos venezolanos en Estados Unidos.
Maduro busca respaldo de sus amigos dictadores
Hay que recordar que solo en la última semana Maduro logró reunirse con un “grupo de amigos” dictadores en busca de apoyo antes de la llegada del 10 de enero, fecha en la que perdería total legitimidad como mandatario de Venezuela. En las últimas horas buscó apoyo de Corea del Norte, México, Turquía, Rusia e incluso con Irán.
Este martes, la vicepresidenta venezolana, Delcy Rodriguez, destacó en un tuit que se había reunido en Caracas con autoridades de Irán “para abordar temas de interés mutuo”.
Y es que el desconocimiento de Maduro como mandatario se mantiene no solo en Venezuela, sino también a nivel internacional. Queda esperar cuáles son las acciones que tomarán los gobiernos del mundo a partir del 10 de enero, fecha en la que, en teoría, el régimen asumiría el poder en un nuevo e ilegítimo período presidencial.
Pero ante el 10 de enero los países del mundo se preparan para presuntamente asumir acciones contundentes. Hay que recordar que a principios del mes de noviembre el Grupo de Lima, conformado por 14 países de la región, anunció que tomarán decisiones firmes ante la renovación del mandato de Maduro.
Gobiernos de Europa también se han pronunciado sobre la ilegitimidad de Maduro. Josep Borrell, ministro de Exteriores de España, dijo que la Unión Europea solo reconoce la legitimidad de mandato de Nicolás Maduro hasta el 10 de enero del año 2019.
De los 76 países con democracia plena, según el Índice de Democracia de The Economist en 2018, 54 desconocen la última elección presidencial en Venezuela. Los países que la reconocieron fueron regímenes autoritarios e híbridos.