La crisis en Venezuela se profundiza y con ella las consecuencias económicas y sociales; en el país suramericano los venezolanos no solo optan por deshacerse de sus mascotas sino que también lo hacen de sus propios hijos.
El pasado 24 de octubre las redes sociales estallaron tras el rescate de un bebé de año y medio que fue abandonado en una caja de cartón y en estado de desnutrición.
El pequeño estaba en una caja de cartón cerca de una cancha deportiva. Los vecinos lo atendieron mientras llegaban las autoridades en el estado Bolívar.
En septiembre lo mismo sucedió, un bebé de 15 días de nacido fue abandonado en uno de los baños de la planta baja de un centro comercial en el estado Zulia.
En agosto, un niño de 18 meses murió de hambre mientras dormía en el estado Zulia al occidente de Venezuela; falleció por desnutrición severa.
La madre del pequeño contó a los oficiales que se quedó sin dinero y sin comida. El bebé lloraba mucho, lo envolvió en un trapo, le dio agua y lo meció para dormirlo. Unas 72 horas repitió la estrategia, a las 7:00 a.m del sábado le extrañó que no llorara. Se acercó a su cuna y notó que no respiraba. Buscó ayuda, pero ya no respiraba. La necropsia corroboró la versión del ama de casa.
Pero hay madres que para evitar que sus hijos mueran deciden regalarlos. Entre septiembre y octubre en Barquisimeto estado Lara, cuatro madres entregaron a sus hijos a desconocidos por no poder hacerse cargo de ellos; así lo reseñó un reportaje publicado este lunes 31 de octubre por el portal web El Impulso.
Las razones que tuvieron estas madres para elegir un “mejor futuro” para sus descendientes están directamente relacionadas a su situación económica, ninguna de ellas tenía ingresos fijos para cubrir la manutención.
La mujer ya tenía otros cuatro hijos y alguien cercano le comentó que conocía a una pareja que no podía concebir y que estaría interesada en adoptarlo […] A los tres días de nacido, la mamá le entregó el bebé a esa pareja en un centro comercial de la ciudad. No hubo dinero de por medio, fue la simple -o difícil- decisión de regalarlo.
En otro de los casos registrados en el Consejo Municipal de Derechos del Niño, Niña y Adolescente, una niña de dos años llevaba dos meses viviendo con una familia sustituta.
“En todos los casos tuvimos que remover al niño de esa familia sustituta, porque tenemos que hacer un procedimiento administrativo y comprobar que no lo robaron o que no hubo un negocio de por medio”, manifiesta la abogada Francys Pérez, directora del Consejo.
Fuente: El Impulso