Donald Trump extiende su brazo e influencia conservadora hasta Europa, y en especial a España, a Vox, sin duda el mejor partido de este país, entre la muchedumbre de otros, izquierdistas y separatistas.
El expresidente norteamericano, que liderea holgadamente a su partido político, el republicano, ha tendido ahora un puente directo con el legendario Santiago Abascal, quien encabeza el movimiento más importante de este siglo en España, en defensa de su patria, los valores tradicionales, y que se opone al globalismo que diluye los rostros nacionales.
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Hacía mucha falta, la verdad, que se concretara un acercamiento entre Trump y las derechas europeas, pero en especial, que se estrecharan los lazos entre el líder de “Make America Great Again” (MAGA) y el líder nacional de Vox.
La influencia de Vox y de Abascal en las derechas del continente americano es notoria, como ha quedado manifiesto en su visita a México en septiembre de 2021, y de algunos de sus miembros, como el gran Hermann Tertsch, a Colombia, entre otros países, en donde se han celebrado encuentros, foros, pláticas.
En Estados Unidos, la conquista del voto hispano se da de forma directa por parte de MAGA, del Partido Republicano, pero en el resto de los países al sur del Río Bravo, desde México hasta Argentina, las derechas viven una marcada influencia de Vox, instituto que ha sido capaz de generar primero la Carta Madrid, en la que se defiende la libertad, la soberanía, los derechos humanos, y acentuadamente, se lucha contra el socialismo y el progresismo.
Asimismo Vox ha creado el Foro Madrid, un contrapeso internacional al maligno Foro de Sao Paulo, en el que se lucha por la democracia, la libertad y el Estado de Derecho y se agrupan fuerzas y partidos conservadores.
Y dicho sea de paso, la Agenda España es un poderoso documento de Vox, que establece prioridades reales, patrióticas, estrategias y soluciones, para ese país, en oposición al globalismo progresista que ha venido golpeando su economía, las fronteras, el campo, y no se diga a las familias naturales, la natalidad, la heterosexualidad, el cristianismo, y la libertad de expresión y religiosa.
La Agenda España, si bien lógicamente está pensada para atender los problemas que aquejan a los españoles, sirve sin duda de base para que partidos de derecha en Hispanoamérica formulen bases similares con enfoque también patriota, no progre-globalista, y en combate al socialismo.
Trump por su parte ha hecho hincapié en una gran cantidad de oportunidades, de cómo la revolución woke está dictando una cultura de pensamiento hegemónico, único, en el que la ideología de género es la nueva reina, por encima de los valores cristianos fundacionales de los padres de la patria.
También Trump ha criticado cómo Biden está “vendido” a los intereses de China, e impulsa una agenda del Partido Demócrata que se ha radicalizado ganando poder el ala socialista más dura, ante la cual los hispanos -gente cristiana y de valores familiares conservadores- se han sentido asustados y no pocos están participando en un “éxodo” hacia el Partido Republicano.
Así las cosas, la unión de Trump y Santiago Abascal era algo “obligatorio”, cosa de tiempo. Por alguna razón no se había dado este acercamiento en años previos. Pero pensando dos pasos adelante, Abascal deberá acompañar a Trump en los fragores de las elecciones intermedias de noviembre próximo, viajando a Estados Unidos y así coadyuvando en arrastrar el voto hispanoamericano para el GOP, así como Trump deberá del mismo modo estar al lado de Vox volando a España cuando vengan las campañas y Abascal busque la presidencia del gobierno de su país. Ya Abascal tuvo como invitado de lujo al primer ministro de Hungría, Orbán, en enero de 2022, durante la Cumbre de Madrid.
Abascal ha sabido tejer alianzas muy poderosas dentro de la Europa conservadora, generando encuentros con el primer ministro de Hungría, Viktor Orbán, con Mateusz Morawiecki, de Polonia, así como con Chega de Portugal, con la francesa Marine Le Pen, de la Agrupación Nacional, y con la futura primer ministra de Italia, Giorgia Meloni, por lo que establecer un acercamiento con Abascal es para Trump, un estrechar de lazos con muchas más fuerzas que sólo las de Vox.
Con todo, Vox es el partido político más organizado, inspirador y de empuje, entre todos los partidos de derecha de habla española, muy por encima, claro, ni se diga, del centrista y medio progre Partido Popular (España), o de los que hay en el continente americano (aunque hay expresiones interesantes, como el Partido Republicano de Chile, de José Antonio Kast).
El respaldo de Trump a Vox y a Abascal ha consistido en un mensaje en video mientras viajaba en su avión, video que se ha proyectado en una gran pantalla durante el festival “Viva22” durante el pasado fin de semana en Madrid, con una gran asistencia de más de 30000 personas en el espacio “Mad Cool”.
Trump se hizo grabar empezando por dar las gracias a Abascal por “el increíble trabajo que realiza”. Y siguió: “Todos estamos viviendo una situación única. Tenemos que asegurarnos que protegemos nuestras fronteras e impulsamos una agenda conservadora. España es un gran país, y queremos que lo siga siendo. Así que felicitaciones a Vox, por todos esos grandes mensajes que está defendiendo en España y a la gente del mundo. Y de nuevo para Santiago, quiero felicitarte y agradecerte, por el increíble trabajo que haces”.
Además de Trump, los primeros ministros o presidentes de Hungría, Polonia e Italia enviaron mensajes en video, al igual que el expresidente de Colombia Álvaro Uribe, José Antonio Kast -excandidato a la Presidencia de Chile en 2021-, y el senador republicano de Texas, Ted Cruz.
El Viva22 incluyó, por cierto, representaciones alusivas al Día de la Hispanidad, a la llegada de España a América, y hubo música y fiesta. Vox, así, se adentra en la contrarrevolución cultural, al no dejar para las izquierdas el control hegemónico de las lecturas históricas, aportando las suyas propias, y generando también versiones para el mundo del arte, de forma muy positiva.
Así, en todos los festivales de las derechas en la Iberosfera, como estrategia, y dependiendo de la ocasión, se debería incluir una versión de la historia que no haya sido trastocada por las reingenierías sociales de los gobiernos socialistas.
Por ejemplo en México, se deberían escenificar representaciones de la Independencia en las que Agustín de Iturbide aparezca como el verdadero padre de la patria, los revolucionarios de 1910 como bandoleros en su mayoría, la Reforma como un asalto a la Iglesia, y la Cristiada de 1926 como el movimiento más auténticamente heroico, honesto, que nos ha dado patria a los mexicanos.
En otros países, como en Cuba y donde está su gente, como en Florida, se debe poner en escena representaciones teatrales en las que Fidel Castro, y el carnicero Guevara sean presentados como lo que realmente eran, unos autoritarios, asesinos, dictadores, represores comunistas, ateos y empobrecedores de la gente.
En Chile se deben itinerar obras de teatro en las que el agente de la KGB Salvador Allende luzca tal cual lo que fue, un proyecto soviético (y para ello se pueden basar en el libro de mi amigo Nicolás Márquez); en Nicaragua hacer lo propio con el dictador bananero y anticristiano sandinista de Daniel Ortega; en Colombia sobre Gustavo Petro y las narcoguerrillas; en Bolivia presentar la historia reciente con un Evo Morales socialista cocalero y corrupto, de manera que se pueda ir desmontando a través del arte toda imagen falsa de estos izquierdistas cuyos mandatos han resultado en catástrofes para nuestra gente.
Trump también debe apoyar a todos los liderazgos políticos y sociales de Hispanoamérica, como lo ha hecho Santiago Abascal, y en peculiar nuestro amigo el europarlamentario Hermann Tertsch, gran guerrero. Todas las derechas debemos ir unidas, nos necesitamos.