El bloque opositor compuesto por el kirchnerista Frente para la Victoria y el Partido Justicialista hizo valer su condición de mayoría en la Cámara del Senado para frenar el proyecto de reforma electoral que impulsa el gobierno de Mauricio Macri, lo que deja por fuera la posibilidad del uso de la Boleta Única Electrónica (BUE) en las elecciones legislativas de 2017.
El proyecto ya tenía media sanción en la Cámara de Diputados, pero este jueves, tras una reunión con gobernadores peronistas, el bloque opositor en el Senado emitió un comunicado en el que confirma que no firmará el dictamen para apoyar la propuesta de reforma política.
Para terminar de tomar la decisión los senadores se reunieron con los gobernadores del FpV de las provincias de San Juan, Entre Ríos, Tierra del Fuego, La Rioja, Formosa, Catamarca y el gobernador peronista no kirchnerista de La Pampa. Chaco envió a su secretario de gobierno, mientras que las provincias de Santiago del Estero y Santa Cruz enviaron a sus vicegobernadores.
El gobernador de Salta, Juan Manuel Urtubey, no participó en la reunión ni envió representante porque apoya la reforma política impulsada por el gobierno. Señaló que su decisión se debe a su “profunda vocación de que la reforma política se lleve a cabo” y porque “no cree en las reuniones que buscan generar un voto uniforme”.
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El bloque de senadores del kirchnerismo declaró la “imposibilidad” de apoyar el proyecto tal cual fue aprobado por la Cámara de Diputados basándose en el testimonio de los “expertos informáticos” y sus explicaciones sobre “la alta vulnerabilidad de algunos de los métodos propuestos”.
En un escueto comunicado, los senadores valoraron de manera “positiva” la propuesta de incorporar de manera gradual tecnología en el proceso. No obstante, sólo se comprometieron a “seguir analizando herramientas que permitan mejorar el sistema electoral”.
“El bloque seguirá analizando herramientas que permitan mejorar el sistema electoral, garantizando plena confiabilidad de resultados y facilitando competencia política de todas las fuerzas democráticas que participan de la política argentina”, dicen en el comunicado.
El gobierno de Macri venía trabajando contra reloj para lograr el apoyo que permitiera que su proyecto de reforma política fuera aprobado este mismo año. La premura en aprobar la iniciativa es que, más allá de la incorporación de la tecnología, lleva tiempo la licitación de todos los procesos y la capacitación, entre otros factores.
El jefe de Gabinete, Marcos Peña, señaló la semana pasada que la oposición que está en contra de la BUE quiere “mantener el mismo sistema tramposo” y cuestionó que se obstaculice “algo que es básico y necesario para la Argentina”.
La Nación señaló que ante las críticas a la BUE, el gobierno estaba estudiando una fórmula intermedia que consiste en la boleta impresa mediante el sistema de pantalla táctil, parecido al que ya se usó en la provincia de Salta y en Capital Federal, pero sin chip. Se aplicaría algún sistema de conteo rápido (podría ser código QR) y un taxativo conteo manual con control de fiscales en cada mesa, señala el diario argentino.
Con la posición del bloque opositor FpV-PJ en el Senado, el proyecto no será tratado en las sesiones extraordinarias convocadas por el gobierno este jueves y que se realizarán entre el 1 y el 30 de diciembre. Por este año la iniciativa quedará trabada, lo que indica que para las elecciones legislativas de 2017 los argentinos seguirán usando la boleta de papel y no la BUE .