Lo que comenzó como una sencilla visita de tres expresidentes latinoamericanos a un prisionero de conciencia en Venezuela ha ido escalando hasta convertirse en un conflicto diplómatico entre este país y su vecina Colombia, el cual podría dirimirse en las próximas horas en la III Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC).
La situación podría agravarse si México y Chile se unen a lo que Bogotá considera un trato irrespetuoso del presidente venezolano, Nicolás Maduro, hacia el expresidente colombiano Andrés Pastrana.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de Venezuela calificó este martes de “retroceso peligroso en las relaciones internacionales” el comunicado de su par colombiano, que el lunes había expresado su deseo de que Leopoldo López, el líder opositor venezolano preso desde hace casi un año, “recupere su libertad lo antes posible”.
El comunicado de la cancillería colombiana se produjo como respuesta a supuestas vejaciones que habría sufrido Pastrana, quien, en compañía del expresidentes de Chile, Sebastián Piñera, había tratado de visitar a López el domingo, lo que les fue impedido por órdenes expresas del vicepresidente de Venezuela, Jorge Arreaza.
Rafael Uzcátegui, coordinador del Programa Venezolano de Educación-Acción en Derechos Humanos (Provea), una de las ONG de derechos humanos más reconocidas del país, señaló el 28 de enero que “no existe ninguna razón legal” para que a Pastrana y Piñera se les impidiera ver a López.
Antonieta Mendoza, la madre del líder opositor, declaró a una radio local en la misma fecha que López “ha sido incomunicado desde hace un año”, y solo se le permiten visitas de sus familiares y abogados.
“Lamentamos que la Cancillería colombiana avale posiciones contra la democracia venezolana y el Gobierno constitucional del presidente Nicolás Maduro, lo que constituye un retroceso peligroso en las relaciones bilaterales”, indicó el comunicado de la Cancillería venezolana.
Previamente, el viernes, Maduro había señalado que Piñera, Pastrana y Calderón venían “financiados por el narcotráfico internacional”, pese a lo cual “Venezuela les daba la bienvenida”. Luego, el presidente venezolano asistió en Arabia Saudí al entierro del rey Abdala Ibn Saud, pero al regresar, volvió a cargar contra los expresidentes latinoamericanos, a los que calificó de “fósiles de la Ultraderecha”.
Según la particular visión de Maduro, el propósito de la visita era “evitar que yo me presente en la cumbre de la CELAC”, que se realizará este miércoles 28 y jueves 29 en San José de Costa Rica, “pero llueva, truene o relampaguee, ahí estaré”.
El parlamentario opositor Carlos Berrizbeitia hizo notar que, en enero, Maduro ha hecho cuatro viajes, y solo ha estado en Venezuela 10 de los 28 días del mes.
Desde Chile también se elevaron las voces de protesta contra el trato a los presidentes. Jorge Tarud, del Partido por la Democracia, exigió a la presidenta Michelle Bachelet que abogue por la libertad de López, así como por un trato respetuoso a Piñera. La petición sigue a otra, emitida por miembros oficialistas de la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara de Diputados, en la que se le exige a Bachelet que abogue por López en la cumbre de la CELAC de Costa Rica.
El propio Piñera señaló a su llegada a Santiago que Maduro “descalifica a todo el que piensa distinto”.
Las libertades, la democracia y los DDHH están vulnerados en Venezuela. Debemos actuar para defenderlos y pedir libertad de presos políticos
— Sebastian Piñera (@sebastianpinera) January 27, 2015
Mientras desde Colombia, el partido Conservador, en el que milita Pastrana, exigió a la Organización de Estados Americanos (OEA) que examine la situación de Venezuela, y considere la aplicación de la Carta Democrática en el país.
Mientras tanto, Oscar Arias, expresidente costarricense y premio Nobel de la Paz, hizo un llamado “a todos los demócratas, no solo los venezolanos”, para que “ayuden a Venezuela a lograr una transición democrática”. Señaló que tanto el fallecido presidente Hugo Chávez como Maduro “intentan acallar a quienes alzan la voz, y Maduro aprieta ahora el puño con mayor fuerza”.
El canciller costarricense, Manuel González, desmintió al presidente venezolano, quien, en la víspera de la cumbre de la CELAC, había indicado que en Costa Rica se fraguaba un atentado en su contra. “No tenemos determinado que exista ningún riesgo particular para la integridad o la vida de alguno de los visitantes”, señaló.