Frente a las cámaras del Estado y en la Casa Amarilla donde lo esperaban sus captores, el general Ángel Vivas gritó: “¡Muera la tiranía, viva la libertad!”.
Llevaba más de un año secuestrado. Como un trofeo, el régimen lo exhibió en el centro de torturas de El Helicoide luego de que la Dirección General de Contrainteligencia Militar lo raptara de su casa en abril de 2017. En el proceso, el hombre de 60 años soportó torturas. Golpes que le degradaron su condición física. Sus hijas denunciaron que Vivas no podía oir, ni orinar, ni andar de pie.
El inamovible militar, que en 2014 cuando el régimen de Maduro estaba decidido a secuestrarlo blandió un fusil desde su residencia y amenazó con disparar a quien intentara violentar su propiedad, ahora es un vestigio de aquella entereza física. Reducido a un bastón y a una inquietante encorvadura.
Pero su estado físico nada tiene que ver con lo impolutos que se han mantenido sus principios. Al general retirado lo intentaron suprimir. Doblegar. Quebrantar. Y no pudieron. Salió de las mazmorras del régimen firme, indoblegable e inquebrantable.
Hoy asombra el temple del general Ángel Vivas. Le han dado con todo. El abandono de la sociedad y la fuerza del Estado. Y ahí sigue. Firme. Capaz de sentenciar frente a sus captores y frente a las cámaras del Estado, comprendiendo que el silencio forma parte de la condición para su libertad, que la tiranía morirá. Y que la libertad vivirá.
Con una carrera militar impecable de estudios y formación en el exterior, el general se convirtió en objetivo del régimen cuando a principios del chavismo denunció la intromisión de los cubanos en la Fuerza Armada. Se alzó contra el “Patria, socialismo o muerte” que ahora debía ser tatuado como consigna en las mentes de los oficiales.
Su indocilidad le costó en su momento la carrera en la Fuerza Armada. Luego, su libertad. Pero es el precio que pagan los grandes hombres. Los insobornables. Aquellos cuyos principios y valores siempre se mantendrán intactos.
El medio NTN24 pidió a Nathalia Vivas, hija del general, sus impresiones sobre la liberación de su padre. Dijo que no tiene nada que agradecer: “Es lo mínimo que deben hacer después de tenerlo secuestrado. Porque ese es el estado de todos los que están aquí”. Luego, dijo a Nicolás Maduro: “Es un asesino y espero verlo pagar por los crímenes contra mi papá y contra todos los ciudadanos”.
El coraje no se restringió al general. Su hija, pudiendo haber cedido a la euforia del momento, quizá contaminada con Estocolmo, optó por decir la verdad. Hablar con firmeza y exigir libertad.
Como su padre, Ángel Vivas.
Es el grito de un hombre libre. Uno que tampoco cedió cuando lo sensato pudiera haber sido el silencio y la obediencia. De alguna manera obtenía su libertad, pero no la aceptaría como limosna. La merecía y por ello lo dejó claro:
“¡Muera la tiranía, viva la libertad!”
URGENTE | Imágenes de la llegada del grupo de presos políticos venezolanos a la Casa Amarilla donde anunciarán posibles liberaciones: General Ángel Vivas y el exalcalde Daniel Ceballos se encuentran en el grupo que se beneficiarán de las medidas. pic.twitter.com/bTZjQzKtzE
— AlbertoRodNews (@AlbertoRodNews) June 1, 2018
#AHORA “Yo le digo a Nicolás Maduro que es un asesino y espero verlo pagar con justicia los crímenes de lesa humanidad cometidos”, Nathalia Vivas, hija del Gral. Ángel Vivas #1Jun https://t.co/LhKZGHPHDz pic.twitter.com/yVbxYbENsL
— NTN24 Venezuela (@NTN24ve) June 1, 2018