Este jueves 21 de septiembre la mayor petroquímica de América Latina, Braskem, anunció la suspensión del contrato que mantenía con la petrolera estatal de Venezuela, PDVSA.
Según señala la agencia Reuters, este mes expiraba el contrato con Braskem, una empresa cuya sede está en Sao Paulo, Brasil, e implicaba la compra de nafta virgen liviana y gasolina natural a la estatal venezolana.
El acuerdo inició en 2011 y, según aseguraron fuentes anónimas al medio Reuters, “las sanciones a PDVSA, las cuales buscan bloquear el financiamiento al Gobierno del presidente Maduro, jugaron en la decisión [de Braskem]”.
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“La firma (…) se negó a comentar la razón por la que se puso fin al acuerdo de suministro a largo plazo, pero aseguró que el contrato representaba menos del o,1 % del consumo anual de nafta”, se lee en Reuters.
Por su lado, PDVSA tampoco hizo comentarios oficiales sobre la decisión de la empresa de Brasil.
Ahora, con la suspensión del contrato, la coyuntura se le complica al régimen de Nicolás Maduro, sobre todo en momentos en los que una intensa crisis económica y social amenaza la estabilidad de un país.
Desde que Estados Unidos impuso sanciones a funcionarios relacionados con la estatal PDVSA, las relaciones comerciales con factores internacionales han sido difíciles de mantener. La decisión de Braskem es una profundización de lo que inició con las acciones del Gobierno estadounidense.
Fuente: Reuters