El día más importante del calendario electoral estadounidenses previo a las presidenciales de noviembre terminó con una abrumadora victoria para el expresidente Donald Trump. Los resultados no sorprenden. A la vez refuerzan la precandidatura del empresario para convertirse en el nominado por el Partido Republicano que compita por la Casa Blanca.
Los republicanos repartían este supermartes 865 delegados de los 2429 en total, mientras que en el Partido Demócrata estaban en juego 1420 delegados de 3934, aunque en este caso se trataba de un mero trámite para acercar al presidente Joe Biden al “número mágico” que lo convierta oficialmente en el nominado de su partido. Sin embargo, en la acera del frente las cosas eran ligeramente diferentes. Virginia, el primero de los estados en informar resultados quedó 66,2 % de los votos a favor de Trump y 31,8 % para la exembajadora ante la ONU, Nikki Haley, cuando la revisión de boletas difundida por Fox News marcaba 71 %. El expresidente obtuvo los 48 delegados republicanos de ese estado.
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Texas, con 46 % de las actas escrutadas también dio la victoria a Trump, quien consiguió 76,5 % de los votos frente a 18,3 % de Haley. Allí se disputaron 161 delegados, el número más elevado de funcionarios que iban a asignarse luego de California, con 169. Lo que muestra esta jornada es la voluntad del electorado republicano para que el expresidente sea el abanderado para competir por Presidencia. También evidencia que los casos que la justicia lleva en su contra solo suman popularidad a su candidatura.
Trump ganador, Biden perseguido por el voto en blanco
Los resultados republicanos del supermartes convierten a Trump en el ganador indiscutible y en el candidato para la revancha contra Biden. Selló su victoria en Massachusetts, Minnesota, Oklahoma, Maine, Arkansas, Alabama, Texas, Carolina del Norte, Virginia, Colorado y Tennessee. Hasta la madrugada del 6 de marzo había conseguido 393 delegados frente a 43 de Haley de los 1215 delegados necesarios, y de los 2429 en total en el bando republicano, esto sin contar los estados en los que aún se desarrollaba el escrutinio.
En Iowa, el actual presidente Joe Biden obtuvo 90 % de los votos, en Massachusetts casi 80 %, en Maine consiguió 93 % y 75 % en Minnesota por mencionar algunos de los estados en disputa. Sin embargo, este supermartes fue para los demócratas un acto protocolar donde no se puso en duda la nominación de Biden, sino el descontento de sus electores.
Por ejemplo, en Alabama, Biden sumaba 90,5 % de los sufragios seguido por el voto en blanco con 5,1 %, incluso por encima del precandidato demócrata Dean Phillips, quien obtuvo 4,4 % con 23 % de las actas escrutadas, de acuerdo con proyecciones de CNN. Puede parecer una diferencia grande, pero que el voto en blanco se posicionara de tal manera deja ver lo que podría pasar en la carrera final de noviembre.
¿Qué pasará ahora?
El calendario de las primarias y los caucus continuará hasta principios de junio. Pero es probable que tanto Trump como Biden consigan los delegados necesarios por cada partido un poco antes, como en el año 2016, cuando Trump alcanzó el umbral para quedarse con la nominación el 26 de mayo.
Lo cierto es que ya se ha recorrido más de la mitad del camino. Para el momento de esta publicación faltaban aún por sumar los resultados de los caucus en Alaska y Utah, así como de las primarias en California, donde no había empezado el conteo, y el resultado definitivo en Vermont, donde la diferencia entre Haley y Trump era inferior a dos puntos, razón por la cual no se podía anunciar un ganador hasta sumar hasta el último voto.