Fracaso. Esa es la palabra que define la marcha piquetera convocada por agrupaciones izquierdistas en Argentina para desafiar el mandato de Javier Milei. Aunque arrancó con incidentes entre manifestantes y agentes de la Policía de la Ciudad, la jornada no logró desestabilizar ni un ápice de la aún nueva gestión del presidente libertario. Por el contrario, parece haber otorgado mayor legitimidad a las medidas que se tomaron desde Casa Rosada para evitar disturbios.
El protocolo que coordinó la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, restableció el papel de las fuerzas federales en las calles. Quienes marcharon tuvieron que hacerlo a un costado de la vereda a la altura de la Diagonal Norte, en la capital del país, mientras los agentes velaban por mantener el tránsito de vehículos, y así garantizar el derecho a la libre circulación de otros ciudadanos que salieron a trabajar y hacer vida este 20 de diciembre. Hubo dos detenidos por agredir a policías durante la movilización que desembocó en la Plaza de Mayo. Más allá de eso, el balance parece ser unánime: en realidad, los líderes sindicales no tuvieron motivos para hablar de violencia por más que estos se esforzaron en mencionar “agresiones” de funcionarios.
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Eduardo Belliboni, dirigente del Polo Obrero, terminó pidiendo disculpas públicas por casi golpear a un periodista en horas de la mañana cuando este le preguntó por sus antecedentes tirando piedras contra el Congreso de la Nación durante la gestión de Mauricio Macri. Esa conducta que atribuyó “a los nervios” fue una señal de cómo cambiaron las cosas en cuanto al control que antes tuvieron las agrupaciones sindicales sobre las calles del país y de que el mantra “el que corta, no cobra”, hizo efecto.
🇦🇷 | El heroico periodista Alan Ferraro (@alanferraro4) hizo las preguntas que la sociedad quería hacerle a Eduardo Belliboni, quien se puso violento y amenazó con golpearlo por dejarlo en evidencia.pic.twitter.com/udQmeQdfbE
— La Derecha Diario (@laderechadiario) December 20, 2023
Más de 10000 denuncias de extorsión
El hallazgo de 3000 granadas de fusil un día antes de la marcha piquetera y las palabras de Bullrich que despertaron inquietudes por un posible libreto desestabilizar exportado por Cuba y Venezuela, también pusieron en alerta a los argentinos y contribuyeron a poner la lupa de la opinión pública sobre la movilización. La imagen del presidente Javier Milei monitoreando las pantallas en la sede central de la Policía Federal junto a varios ministros también reforzó la decisión de garantizar la paz en la capital argentina.
La marcha piquetera terminó con la lectura de un comunicado. Adicionalmente, por esos lados fue posible ver a la excandidata presidencial y diputada nacional por el Frente de Izquierda, Myriam Bregman, para quien el despliegue del protocolo antipiquetes fue “ilegal”. Percepción que fue secundada por sus colegas al hablar de “estado de sitio”.
Aún así, parece que la violencia llegó por otro lado, no de parte del Gobierno. La línea habilitada para que beneficiarios de planes sociales reportaran amenazas de dirigentes sindicales recibió hasta horas de la tarde de este 20 de diciembre 10450 denuncias, de acuerdo con el reporte del vocero presidencial, Manuel Adorni. No menos importante fue la información que difundió el Gobierno al inicio a la manifestación —la cual no llegó a las 50000 personas—, sobre una caja de 5461 millones de pesos a manos del Polo Obrero por su intermediación entre los beneficiarios y los planes sociales.
Bullrich: “Se terminó el vale todo”
“Se terminó el vale todo, es el inicio de una nueva etapa”, aseveró Patricia Bullrich en una rueda de prensa posterior. Sumado a eso, reportó que no hubo cortes por parte de manifestantes en la Avenida 9 de julio, ni en el Puente Pueyrredón, en el Metrobús, o en accesos y rutas. “La gente pudo ir y volver a su trabajo con total y absoluta tranquilidad”, agregó.
Acto seguido, Bullrich explicó lo que mostraban las imágenes de la movilización: “Es evidente que la mayoría de la gente decidió no concurrir hoy al corte de calles que estaba previsto”. Al mismo tiempo, aclaró cómo esta vez los asistentes “no transportaron palos, ni piedras, ni estaban encapuchados”. Tampoco vinieron en colectivos “porque sabían que iban a ser intervenidos”. El único intervenido y que no estaba autorizado, “fue decomisado”.
Aunque los dirigentes sindicales prometieron no dar tregua al presidente libertario durante los próximos cuatro años, lo cierto es que en esta jornada, la gestión de Milei se anotó otro punto a favor.