Los talibanes en Afganistán están arreciando la violencia y el extremo control sobre la población vigilando de cerca escuelas, parques, televisión, emisoras de radio y hasta las barbas de los funcionarios. En los últimos días los extremistas en el gobierno vienen acelerando sus draconianas órdenes amparadas en la ley sharía para sofocar poco a poco la libertad que el país había ganado desde el año 2001.
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Trabajadores ministeriales fueron reprendidos por no tener el vello facial, apuntó el portavoz del Ministerio para la Propagación de la Virtud y la Prevención del Vicio de los talibanes, Mohammad Sadiq Akif, a la agencia EFE. Pudieron volver a sus puestos de trabajo con el compromiso de cumplir la orden. Es un episodio que ocurre luego de que en diciembre el régimen de los talibanes exhortara a los hombres a dejarse la barba porque así lo hizo Mahoma, el mayor profeta del islam. Por lo tanto, es “una acción deseable” para los musulmanes.
El escenario es peor para las mujeres afganas. Desde agosto del año pasado, los talibanes se esfuerzan por quitarles espacios. La noticia más reciente que se conoce es la segregación por sexo en parques y jardines de Kabul. Cuatro días a la semana estarán reservados para hombres y los tres restantes para mujeres. También prohibieron la educación secundaria para niñas, incumpliendo la promesa que hicieron de respetar el derecho a la educación cuando tomaron el país.
Sin medios internacionales
El factor común entre las recientes prohibiciones es que son anunciadas al mismo tiempo que la guerra se desarrolla en Ucrania con los gobiernos occidentales e instancias internacionales enfocados en destrabar el conflicto en Europa del este. Con la atención puesta en ese lado del mundo, los talibanes están haciendo de las suyas en Afganistán.
Sumado a lo anterior, cuatro estaciones de radio quedaron clausuradas y seis de sus empleados fueron detenidos. Cadenas internacionales como BBC, Voice of America o Deutsche Welle tampoco podrán transmitir sus contenidos desde Afganistán.
“Los recientes arrestos de periodistas y la presión sobre los medios han aumentado, y hoy hemos sido testigos del cierre de cuatro radios en la provincia (sureña) de Kandahar”, denunció recientemente el director de la Asociación Afgana de Periodistas Independientes (AIJA), Hujatullah Mujadidi.
Dentro del gremio periodístico saben que tantas prohibiciones solo traerán consigo el aislamiento del país. De por sí un informe de Reporteros Sin Fronteras (RSF) cita que desde agosto del año pasado 230 medios de comunicación cerraron y unos 6400 periodistas perdieron su empleo.
En cuanto a las reacciones fuera de Afganistán, miembros del Consejo de Seguridad de la ONU y la Unión Europea (UE) se pronunciaron luego de que los talibanes prohibieran la educación secundaria para las niñas. Reconocen que es un revés importante. Aún así el régimen afgano parece no detenerse.