Muchas cosas han cambiado en Puerto Rico desde que el poderoso huracán María azotó la isla el año pasado -y lo que más que ha cambiado es el escenario político.
Actualmente gobierna el Partido Nuevo Progresista (PNP), organización política establecida en 1967, cuyo motivo de fundación fue el descontento de muchos con el Partido Estadista Republicano -el principal partido anexionista en la isla en ese momento. Luis A. Ferré, (quien en 1968 ganaría las elecciones generales y se convertiría en el tercer gobernador electo de Puerto Rico), funda el PNP como la nueva alternativa política para aquellos que apoyan que Puerto Rico se convierta en el estado 51 de los Estados Unidos.
En las elecciones de 1968, Ferré se postula para la gobernación bajo la insignia del PNP y le causa la primera derrota al partido oficialista, el Partido Popular Democrático (PPD). Fundado por el primer gobernador electo de la isla, Luis Muñoz Marín, el PPD no había sido derrotado en unas elecciones generales desde 1940. Hasta la fecha, el PNP ha logrado que cinco de sus líderes sean electos gobernadores de Puerto Rico, siendo el más reciente el actual gobernador Ricardo Rosselló -hijo del exgobernador, Pedro Rosselló.
El PNP se convirtió en la cabeza del movimiento anexionista en Puerto Rico. El partido además rompió records electorales en las elecciones generales de 1996, cuando Pedro Rosselló logró obtener más del 50% del voto popular con más de un millón de votos -la cantidad más alta obtenida por un candidato a la gobernación hasta el momento.
Este record luego fue superado en la elección de 2008 cuando el también candidato del PNP Luis Fortuño obtuvo el 52.8% del voto popular. Para ser más exactos, en 1996 Pedro Rosselló obtuvo 1.006.331 votos, y en 2008 Luis Fortuño obtuvo 1,025,965 votos.
Sin embargo, en la elección de 2016, el PNP vuelve a triunfar pero solo logra obtener el 41.8% del voto popular, el porcentaje más bajo de su historia -más bajo en elecciones donde no fueron vencedores (1972, 1984, 1988 2000, 2004 y 2012). En el 2016, Ricardo Rosselló se convierte en el quinto gobernador electo del partido PNP con una campaña donde le prometió al pueblo que sería el “último gobernador de la colonia”.
La llegada de Rosselló a la gobernación también coincide con la histórica victoria de Donald Trump en las elecciones presidenciales de Estados Unidos. Luego del paso del huracán María en 2017, el presidente Donald Trump prácticamente le ofrece la anexión de Puerto Rico al gobernador Ricardo Rosselló al querer incluir a Puerto Rico como jurisdicción doméstica en la reforma contributiva federal aprobada en el Congreso de los Estados Unidos.
Sin embargo, Rosselló, aliado a líderes anti-anexionistas del PPD y congresistas demócratas que no apoyan la anexión de la isla, cabildea para que la isla permanezca como jurisdicción foránea o extranjera -aún cuando en la isla residen 3.5 millones de ciudadanos americanos de nacimiento.
Para muchos anexionistas, esto representó una traición de parte del gobernador Rosselló y el PNP. Es en ese momento cuando un grupo de anexionistas forman el movimiento Alianza Estadista, un nuevo movimiento que busca lograr la anexión de la isla como el estado 51.
Para los fundadores del movimiento, el PNP se ha convertido otro partido colonial más, como lo es el PPD. Pero además, se ha convertido en un partido de corte socialista al aliarse y apoyar la política pública de corte socialdemócrata (como el partido Demócrata en los Estados Unidos que ya no niega aceptar el socialismo entre sus filas).
Los líderes del movimiento Alianza Estadista afirman que representan a una base de anexionistas conservadores que creen en los valores y principios republicanos. Este movimiento se presenta entonces no solo como una nueva alternativa para los anexionistas que se sienten traicionados por el PNP, sino también como un movimiento para los anexionistas que se identifican como partidarios del partido Republicano ante la inclinación demócrata del PNP.
No cabe duda que el escenario político de Puerto Rico se está transformando.