2018 le dejó a Colombia acontecimientos que se quisieran olvidar. No solamente llegaron al Congreso integrantes de las FARC, varios de ellos con múltiples delitos de lesa humanidad, y aumentaron significativamente los cultivos de coca, pasaron de 48 00 hectáreas sembradas en 2013, a más de 200 000 el año pasado, sino que, además, la cantidad de desplazados, en comparación con el 2017, aumentó en más de un 50 %. Mientras en dicho año fueron desplazadas, según la ACNUR, 91 000 personas por hechos de violencia, 2018 alcanzó la cifra de 145.000 por el mismo hecho, más otras 67 000 a causa de desastres naturales.
Con un total de 212 000 desplazados, Colombia ocupa el vergonzoso segundo puesto con mayor desplazamiento interno a nivel mundial, con casi seis millones de personas que salieron huyendo de sus hogares, y solo es superada por Siria.
Esta fue la cifra dada a conocer en el informe realizado por el Consejo Noruego para Refugiados (NRC) y el Observatorio de Desplazamiento Interno (IDMC), en donde detallan que los hechos de violencia que impulsaron el desplazamiento fueron los enfrentamientos entre bandas criminales, las cuales han buscado controlar el territorio abandonado por las FARC, tras el acuerdo logrado por esta guerrilla con el Gobierno de Juan Manuel Santos. El informe señala que
A pesar del acuerdo de paz alcanzado en 2016 entre el gobierno y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), los combates entre otros grupos armados ocasionaron 145.000 nuevos desplazamientos, un incremento con respecto a años anteriores.
Tanto el desplazamiento como el aumento de cultivos están estrechamente relacionados, pues los grupos criminales, como las disidencias de las FARC, el ELN, las bacrim y los carteles del narcotráfico, optan por adueñarse de terrenos estratégicos donde pueden sembrar cultivos de coca o que les sirve de corredor para sacar la droga del país.
Tras conocer estas nuevas cifras de desplazamiento, PanAm Post consultó sobre el tema a Jorge Eduardo Castro, consultor en desarrollo empresarial y territorial, quien afirmó que, en efecto, hay una relación entre el aumento del proceso de desplazamiento y el aumento de cultivos de droga: “El aumento de las áreas sembradas amplía la frontera de contacto con el conflicto y el proceso de erradicación. Es inevitable que vayamos a vivir un proceso de desplazamiento”, afirmó.
Castro también se refirió al proceso de erradicación manual de cultivos, y señaló que este también juega un papel determinante en el proceso de desplazamiento debido al “acompañamiento masivo militar que requiere la erradicación manual”, pues esta implica un enfrentamiento entre los militares y los grupos armados dueños de los cultivos. Por eso mismo, Castro aclara que:
El apoyo de tropa y el proceso de aseguramiento territorial termina creando dinámicas de conflicto más complejas que la simple fumigación.
Sobre el desplazamiento generado a raíz de desastres naturales, como es el caso de la represa de Hidroituango, Castro afirmó que este, a diferencia del ocasionado por la violencia, suele ser temporal, “y no tan permanente por el desarraigo que genera la violencia”. “El desplazamiento por causas naturales no es tan traumático como lo suele ser el ocasionado por el violento”, y planteó que para disminuir el impacto de estos hechos, “se podría aplicar una dinámica de aseguramiento con la que se pueda afrontar la reconstrucción”.
Es así que si el plan del Gobierno Duque para disminuir la cantidad de áreas sembradas de droga funciona, y logra que la Corte Constitucional levante o suavice la prohibición del uso del glifosato para aspersión aérea, también podría estar disminuyendo la cifra de desplazados por la violencia. Sin embargo, si la Corte mantiene su decisión y Duque se ve obligado a centrarse en la erradicación manual, la cifra de desplazados aumentará significativamente, debido a los enfrentamientos que ya sostienen las autoridades contra los grupos criminales.
En el informe se afirma que los desplazamientos que vivió Colombia en 2018 “perdieron notoriedad debido a la crisis migratoria en Venezuela”, y señaló que debido a que la dictadura venezolana no reconoce la crisis humanitaria, es difícil tener datos del país, pues no hay información oficial disponible sobre el desplazamiento interno. Solo se conoce la cifra de personas que han tenido que salir de Venezuela debido a la “la crisis económica, la escasez de alimentos, la falta de servicios y el aumento de la delincuencia”, que han sido más de tres millones, de los cuales más de 1 200 000 se encuentran en Colombia.