Argentina tiene un histórico problema de déficit fiscal, encarnado tanto en el ámbito nacional, como en las provincias y los municipios. Por primera vez, una gestión presidencial propone tomar el toro por las astas y enfrentar el problema, pero se encuentra con un importante desafío: gobernadores que no acompañan el entusiasmo del libertario por las correcciones en materia gasto público. A la cabeza de éstos, lógicamente está el kirchnerista Axel Kicillof.
El mandatario bonaerense, ante el cierre del grifo de los recursos discrecionales que solía recibir durante la gestión anterior, decidió recurrir a los clásicos impuestazos, en lugar de corregir los desajustes fiscales. Ante las quejas del economista predilecto de Cristina Kirchner, Milei le respondió por televisión: “que recorte el dinero que le pone a los medios de comunicación y que le pague a los maestros”. Claro que el oficialismo nacional puede predicar con el ejemplo ya que decidió cortar, al menos por un año, con toda la pauta estatal al periodismo.
El conflicto hizo que el gobierno nacional decida exponer los gastos de varios gobernadores (que son de acceso público), como para la que la ciudadanía tenga una idea sobre lo que se está discutiendo en la actualidad. Curiosamente, los políticos que no quieren que estas cosas salgan a la luz (como sus votos en el Congreso), argumentan que Poder Ejecutivo de la Nación los “escracha” públicamente. ¿Cómo va a ser considerado un escrache la información pública vinculada a los votos en las cámaras y los gastos de las provincias?
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Esta mañana, en la conferencia de prensa del vocero de Milei, Manuel Adorni, un periodista le consultó sobre los dichos del gobernador bonaerense, que tildó de “criminal” el plan económico actual. En este sentido, Adorni manifestó que si algo hubo que se amolde a esa definición fue lo que el kirchnerismo hizo con el país. “Lo único que estamos haciendo es intentando corregir el desastre que hemos recibido”, manifestó.
El vocero de la Casa Rosada aprovechó para decir que Kicillof se desentiende del “despilfarro público” y pasó a enumerar algunos de los gastos superfluos de la provincia. Siguiendo datos oficiales, Adorni resaltó que el mandatario bonaerense destina 170 mil millones de pesos a políticas de género, además de programas como el “Mar para todas”, que tiene como finalidad garantizar el acceso “al tiempo libre y al descanso de las mujeres y el colectivo LGBTI+”. También resaltó que se destinan recursos económicos en programas como el de “Masculinidad para la igualdad”, con la finalidad de la promoción de las masculinidades igualitarias y no discriminatorias. Entre las iniciativas que más llamaron la atención fue la denominada “Haceme tuyo”, que provee con dineros de los contribuyentes los “geles lubricante de uso intimo para la humectación y lubricación de los genitales para una sexualidad sana”.
La lista de estos programas sigue y sigue. Pero Kicillof dice que tiene que aumentar los impuestos, ya que no puede reducir el gasto. Cuando estos datos aterrizan en el debate público, es comprensible que los kirchneristas se pongan nerviosos, ya que la indignación de la opinión pública es inevitable.