
Todo parecía indicar que la insólita cadena nacional de ayer iba a ser el último acto de Alberto Fernández como presidente de la Nación. Sin embargo, el mandatario saliente se guardó una perlita para el final.
Hasta hoy, el Estado argentino tenía la obligación de garantizar la seguridad de los expresidentes mediante custodia oficial en todo el territorio nacional. Sin embargo, a horas de dejar el poder y ponerle la banda presidencial al libertario Javier Milei, el último decreto de Alberto Fernández modifica la cuestión. De quedar en vigencia esta normativa, que tiene el peso de una ley del Congreso, los contribuyentes argentinos deberán pagarle de por vida la custodia a Alberto y a su familia en cualquier lado del mundo.
Muchos indignados resaltaron en redes sociales la relación de lo evidente: luego de dejar el poder, Fernández viajará a España, junto a su pareja y su pequeño hijo. Justamente en ese país también vive María Estela Martínez de Perón, de 92 años, que también se vería “beneficiada” por la modificación en la normativa. Claro que a nadie se le ocurre que ni la viuda del General ni el último presidente argentino podrían sufrir algún atentado. Puede que la preocupación sea otra: evitar tener que rendir cuentas ante muchas personas, que seguramente se le acercarán para darle su opinión de lo que fue su gestión en la Casa Rosada.
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“Establécese que, en función de los términos que fija el artículo 14, en los casos de desplazamientos terrestres dentro y fuera del país, la custodia del presidente de la Nación, del vicepresidente de la Nación, de los exmandatarios y sus familiares directos estará a cargo de la División Custodia Presidencial, de la División Custodia Vicepresidencial y de la Unidad Custodia exmandatarios respectivamente, conforme las directivas y órdenes que imparta el Jefe de la CASA MILITAR y las establecidas en el artículo 8º del Decreto Nº 3469 del 7 de mayo de 1963″, indica a partir de hoy el texto modificado.
Este último decreto, a último momento y con clara intención de beneficiarse personalmente, fue muy cuestionado en argentina. Por estas horas, miles de personas le solicitan al presidente electo que el mismo lunes firme un nuevo decreto que deje sin efecto el bochorno final de Fernández.
¿Habrá derogación inmediata? ¿Dirá algo mañana Javier Milei en su discurso de asunción al respecto? Por ahora, sus partidarios y todo el antikirchnerismo, esperan ansiosos que el nuevo presidente le diga a su predecesor: “Alberto, no hay plata”.