A pesar de que Twitter es una de las redes sociales más inmediatas, como suele decirse, “hay tuits que envejecen muy rápido”, puede que nunca se haya visto un “tuit envejecido como ayer en Argentina, cuando cientos de usuarios le deseaban la cárcel o la muerte a un joven que ya estaba muerto hace algunas horas. Todo sucedió luego de unas imágenes que viralizaron en las redes sociales, en el marco de un partido de fútbol amateur en la provincia de Buenos Aires.
El periodista Mauro Szeta, que suele conseguir grabaciones de hechos de inseguridad a los que les pone su sello de agua y sube a sus redes, compartió el segmento que terminó desencadenando la tragedia. “Patada en la cabeza al árbitro. Le sacó tarjeta roja a un jugador y un compañero fue a pegarle. Ocurrió en la final de un torneo de fútbol”, comentó Szeta, en el posteo que terminó con miles de comentarios y compartidos.
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Tal cual se ve en las imágenes, luego de una jugada, el referí iba a expulsar a un jugador, pero todo termina en escándalo cuando un compañero del que iba a recibir la tarjeta roja le pegó dos trompadas y una patada cuando ya estaba en el piso. El agresor era Williams Alexander Tapón, de 24 años.
El caso empezó a escalar en la tarde de ayer y los medios nacionales fueron a buscarlo. Según comentó ante las cámaras, Tapón dijo que perdió el control luego de un partido donde el árbitro Ariel Paniagua perjudicó adrede a su equipo durante todo el encuentro. También aseguró que le había pedido perdón por la agresión, mientras el referí se mostraba en otros canales, dando detalles de las secuelas de los golpes recibidos.
🚨 PATADA EN LA CABEZA AL ÁRBITRO
– Le sacó tarjeta roja un jugador y un compañero fue a pegarle
– Ocurrió en la final de un torneo de fútbol
📍 Sarandí pic.twitter.com/qxNTq9V1ox— Vía Szeta (@mauroszeta) July 17, 2023
Evidentemente, el joven no pudo soportar los comentarios en las redes sociales, que se multiplicaban de a cientos minuto a minuto. Pero algo más lo agobiaba, según su joven esposa, con la que tenía dos niños pequeños. Luego que Tapón se retiró de su casa para pegarse un tiro en la cabeza, la viuda aseguró que Paniagua le había pedido, casi a modo de extorsión, 300.000 pesos para olvidar el asunto y evitar las consecuencias, seguramente de una demanda civil. Para que el lector internacional se ubique, al tipo de cambio de hoy, la suma equivale a menos de 600 dólares.
“¿De dónde vamos a sacar el dinero?, le habría dicho preocupado el joven a su mujer, absolutamente superado por la situación que lo convirtió en un hombre público en tan solo 12 horas. Antes de pegarse el balazo, le mandó un audio a su pareja, diciéndole que no quería que sus hijos lo vieran preso. Claro que la desafortunada situación jamás hubiera llegado a una detención, pero, evidentemente, el joven lo desconocía y tampoco estaba asesorado. Solamente leía lo que se decía de él en las redes sociales.
De confirmarse una extorsión, seguramente el que sí tenga que rendir cuentas a la justicia es Paniagua. Lamentablemente, los hechos no tienen vuelta atrás. Al menos, para que todo esto tenga un mínimo de sentido, sería oportuno que la gente se tome un instante para reflexionar, antes de escribir en las redes sociales, como si nada tuviera ninguna consecuencia. En este caso, la tuvo.