Finalmente, como suele suceder, la historia real parece que nada tenía que ver con las versiones del chavismo y de las autoridades kirchneristas. Hasta no hace mucho, Diosdado Cabello y Nicolás Maduro arremetían contra la justicia argentina, acusándola de ser un apéndice del gobierno de Estados Unidos. Aseguraban que el avión venezolano iraní nada tenía que ver con actividades delictivas y que su detención en Buenos Aires no hacía otra cosa que complicar las fuentes de trabajo de muchas familias en su país. Aunque la versión que se daba desde Caracas no era demasiado verosímil, lo que dijo el titular de la agencia inteligencia de Argentina fue todavía peor. Sin ruborizarse, Agustín Rossi indicó que la tripulación de la nave detenida se desempeñaba como “instructores de vuelo”. Hasta el periodista kirchnerista Pablo Duggan se sintió incómodo con semejante delirio. Hoy, a casi seis meses del escándalo, las piezas comienzan a llenar el rompecabezas.
Esta mañana, un medio argentino publicó un documento interno de la aseguradora Lloyd´s, donde la firma notifica a sus clientes que corroboró la ruta del avión en cuestión y la finalidad de su actividad. Según la compañía, existía una ruta de oro que comenzaba en Caracas, que luego seguía en la capital iraní, para finalizar en Turquía. Con los ingresos de la venta del oro en cuestión se financiarían, como advirtió Israel, actividades terroristas.
Según el documento, también había una triangulación con el petróleo iraní, con la finalidad de conseguir liquidez sorteando varias de las sanciones que pesan contra el régimen islámico. La organización que articulaba las operaciones era, como ya se sabía, la denominada Fuerza Quds de Irán. Pensar que hasta hace poco, el ministro de Seguridad de Alberto Fernández, Aníbal Fernández, había asegurado que el piloto iraní no pertenecía a la organización tipificada como “terrorista” por los Estados Unidos. El funcionario argentino aseguró que solamente tenían el mismo nombre.
“Hay una particular indicación sobre Gholamreza Ghasemi, uno de los tripulantes, que tiene un homónimo con participación en los Quds, en la condición de homónimo, no de otra cosa”, dijo el ministro argentino cuando el tema explotó en los medios de comunicación.
En silencio, y sin las teorías públicas delirantes de hace unos meses, el chavismo insiste por estas horas ante la dirigencia argentina para que devuelvan el avión. Buscan que el Boeing 747-300 sea decomisado por la justicia norteamericana. Luego de la difusión del informe de Lloyd´s, las posibilidades de éxito de Maduro son cada vez más escuetas. Por ahora, el ministerio de Justicia argentino tiene en su poder el pedido de decomiso de la Corte de Columbia, pero Martín Soria no se ha expedido al respecto.