“Fue todo muy vergonzoso. Me quedé sin aliento, francamente”. Las palabras pertenecen a Sue, la mujer del ahora exmiembro del Parlamento británico Neil Parish. No es para menos. Su esposo tuvo que renunciar a su banca, la que ocupó representando al distrito de Tiverton y Honiton por doce años, por un escándalo que entretuvo a los medios de su país durante las últimas semanas. Lo habían visto mirando pornografía en su teléfono celular en más de una oportunidad en medio de las sesiones.
“Respaldamos su decisión de dimitir como miembro del Parlamento”, señaló un comunicado del Partido Conservador donde agradecen “los servicios prestados” durante la última década. Cuando explotó el escándalo, el diputado dijo que lucharía por mantener su banca. Sin embargo, terminó renunciando por el daño que, según Parish, terminó sufriendo su fuerza política, su electorado y su propia familia.
Mientras avanzaba la investigación, el primer ministro, Boris Johnson, miembro de la misma fuerza política, dijo que, de confirmarse las sospechas, estarían frente a un “comportamiento totalmente inaceptable”, que no pensaba justificar bajo ningún punto de vista. La renuncia del parlamentario suspendió el proceso y todo el asunto quedó liquidado. “Tendré que vivir con esto por el resto de mi vida. Cometí un gran error y estoy aquí para contárselo al mundo”, dijo Parish entre lágrimas en una entrevista.
La que desató el escándalo fue una ministra, que denunció al legislador que estaba sentado junto a ella en una sesión de la Cámara de los Comunes. La misma funcionaria aseguró que en una audiencia de comité, donde también estaba al lado de Parish, volvió a verlo mirando contenido pornográfico en su teléfono celular.
El diputado aseguró que esas fueron las únicas veces que lo hizo, lo que suena muy poco verosímil, pero reconoció su responsabilidad solamente por el segundo episodio. Dijo que la primera vez, el contenido se disparó en su teléfono cuando estaba mirando una página comercial que nada tenía que ver con material pornográfico. Con respecto a la segunda oportunidad, reconoció que él había buscado el material para adultos.
“Pero mi crimen, el crimen más grande es que en otra ocasión entré por segunda vez y eso fue deliberado. Estaba sentado esperando para votar a un lado de la Cámara”, manifestó Neil Parish. Según él, se trató de “un momento de locura”. Aunque quiso resistir durante la investigación, el legislador que también se desempeña como agricultor en el sector privado, dijo que “no valía la pena continuar”, al comprobar el daño que le estaba causando a su familia.